II. Hindsight: Villain

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II.

Aún en el suelo, Dean seguía ensimismado en sus pensamientos mientras acariciaba la marca que nuevamente tenía en su hombro izquierdo. Estaba llorando, enojado, pero enojado consigo mismo. ¿Cómo pudo haber olvidado la existencia del ángel que puso un nuevo sentido a su vida? ¿Cómo pudo alguna vez olvidar su mirada profunda, sus medias sonrisas, su voz, esas pequeñas arrugas que se formaban en sus ojos cuando este se tomaba la libertad de sonreír sin preocupaciones?

Lo había olvidado todo. Sin embargo, esa desestabilidad en su mente le repetía que había dejado atrás algo importante. Ya lo entendía...y por ello todo el tiempo tenía dolores de cabeza y una sensación de vacío en su corazón.

Le faltaba Cas.

Se puso de rodillas y, después de muchos años, muchísimos años humanos, juntó sus manos a modo de oración, esperando que sus súplicas llegaran a ese ser de luz. Tenía la boca seca, las palabras no le salían, estaba asustado. ¿Qué le podía asegurar que Castiel lo escucharía? Había pasado tanto tiempo ya, y el ángel no se había molestado en ir a verlo.

"Bueno, Cas ayudó...", fue lo que Bobby le dijo hace un tiempo, confirmándole que Castiel estaba a salvo, posiblemente en el cielo, ayudando a Jack como su mano derecha, la mano derecha del nuevo Dios. ¿Ya no querría verlo? ¿Se habría sentido tan cómodo en su nuevo puesto que el hecho de visitar a sus viejos amigos ya no sonaba tan interesante? ¿Cas se habría olvidado de los largos años juntos?

Largos años...Sí, largos años que no fueron precisamente los mejores. Bajó las manos, decepcionado de sí mismo y de su maldito egoísmo. Si bien Castiel le había confesado lo que había en su corazón antes de desaparecer con Billie hacia el vacío, eso no borraba el hecho de que ese ángel había sufrido mucho debido a él y a su mal carácter, a sus demonios.

Lo había culpado muchas veces aun siendo inocente. Si hacía un mea culpa de todo el tiempo que pasaron juntos y Castiel vio difícil el panorama, a Dean se le acabaría el día enumerando todos los malos momentos que afectaron su relación con el ángel.

 Si hacía un mea culpa de todo el tiempo que pasaron juntos y Castiel vio difícil el panorama, a Dean se le acabaría el día enumerando todos los malos momentos que afectaron su relación con el ángel

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Castiel llegó a su vida como un maldito milagro, como un monstruo temible, algo desconocido, como alguien apegado a las reglas, altivo, orgulloso y bastante severo. Era ese prototipo de tipo destructor y sin sentimientos que en ocasiones lo hacía temblar del nerviosismo...y le exasperaba lo recto y obediente que era hacia su "Dios". Tiempo después, se había hecho costumbre verlo venir de sorpresa, invadiendo su espacio personal, viéndolo dormir, haciendo preguntas incómodas sobre cuestiones humanas que lo dejaban muchas veces sin habla. Se había habituado a su pésimo sentido del humor, a su curiosa inocencia y a la forma en que solía experimentar con su lado humano al revivir o perder su gracia. Nunca lo admitiría, pero estuvo muy feliz de que la maldita hija de perra que se llevó la inocencia de Cas muriera con dolor. Entre otras cosas, Dios, el tipo era un desastre, pero lo adoraba y nunca se lo pudo decir. Contrario a eso, gracias a sus descuidos, Castiel murió muchas veces por salvarlo, se hizo Dios, fue controlado por leviatanes, moría y volvía para volver a dar su valiosa vida. ¿Y el maldito autodestructivo Dean qué hacía? Lo culpaba siempre por todo. Lo culpó por la muerte de Charlie, por Mary, por Jack, por Rowena y hasta se había atrevido a decirle que las cosas no salían bien porque él era el problema.

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