Capítulo 14

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Steve Rogers.

Lo vio entrar, resplandecía.

Era el sol, su sol.

Caminaba con esa clásica elegancia que le caracterizaba, su cabello estaba arreglado incluso, era hermoso.
A sus ojos perfecto, y no entiende como pudo engañarlo alguna vez.

Recuerda todo como si hubiera sido ayer.

Estaba harto de tantas cosas, estaba molesto por la prensa que le presionaba por tener pareja, sus constantes crónicas publicadas y los cuchicheos de gente que pensaba que debía seguir la normativa heterosexual, molesto, realmente hastiado de todo.

Y llegó Sharon, los celos, y no quería pasar tanto en casa porque... Tony le tenía algo aburrido.

Si, había caído en la rutina con su pareja y eso le llevo a tener aquel error.
Aunque jamás tuvo con Sharon más allá de unas charlas en la madrugada, bebiendo aunque nunca se emborrachara, hablando de todo y nada.

Era una buena amiga, él nunca vio más allá de eso en ella.
¿Cómo sería tan enfermo de acostarse con una familiar de su primer amor?
Quizás a veces se confundió, cuando iba a servirse más y sus manos rozaron.
Quizás se dejó llevar de más en esos ojos tan similares a su Peggy.

Pero nunca fue a más.

Excepto cuando ella le beso, dónde por milisegundos perdió la noción del tiempo, y en su mente vio a Peggy en esos ojos, en esos labios, que pronto noto no eran los que amaba, y se separó, pero fue tarde, los paparazzi ya habían tomado sus fotos, y la crónica de esa historia a manos de alguien con mucha imaginación fue hecha.

Y perdió al amor de su vida.
Que pronto noto, no era Peggy, si no, su Tony.

Al salir de sus recuerdos, noto como Tony estaba por llegar, parándose y corriendo su silla por él.
Gesto que fue recibido con una ceja enarcada por la incredulidad.

—Steve— dice Tony, quien aún así se sienta y él acomoda la silla —no entiendo que quieres hablar, entre nosotros ya no hay más, entiéndelo.

—yo... Lo sé, entiendo que lo que tuvimos ya acabo, pero... No quiero perderte.

—ya lo hiciste, hace años, lo hiciste.

—nunca hubo más que un beso, nunca— dice el rubio, sorprendiendo a Tony, quien iba a hablar —no, Tony, solo hubo ese beso, luego hablé con Sharon, ella... Se confundio, y se sintió horrible cuando supo que estábamos casados, quería disculparse contigo, pero desapareciste... Si, admito que descuide nuestra relación por pasar tiempo con ella, pero solo... Conversamos, le conté muchas cosas, aunque lo nuestro lo oculte... Pero más que nada porque me quejaba de todo, pero de tí... Nunca tuve el valor de decir nada malo de ti, porque nunca tuviste nada que reprocharte, note que tus celos tenían razón de ser, y ahora entiendo que descuide muchas cosas...

—es tarde Steve, me casare con Strange, viviré mi vida con él...— dice Tony, sintiendo su pecho oprimido por lo escuchado.

—no... Tú no lo amas, no aún...— murmura con voz tomada por la emoción.

—puedo llegarlo a hacer, él... Él me hace olvidarte, me hace feliz, me cuida... Nos cuida— susurra Tony.

Pronto traen una botella de licor, y ellos ordenan la comida.

—¿alquilaste todo por nosotros?

—necesitamos hablar— es todo lo que dice Steve, Tony asiente.

Es verdad, a pesar de todo, en su relación siempre faltó eso, comunicación.

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Déjame volver ~Stony~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora