Déjame volver ~Stony~

Capítulo 3

Tony vio el material, no quiso hacer nada, ni reclamar, ni contestar las llamadas de todos los demás, preocupados por su estado mental.

No, Tony no haría nada... aún.

Espero, con total calma, una llamada de Steve.

Llamada que en toda la tarde no llegó.

Sabiendo que sus amigos no se quedarían tranquilos como él, sabía que ellos le harían saber de aquella amarillista noticia, nada relevante a nivel nacional, un alza o muerte de algún podrido político, pero muy relevante en chismes, a Steve.

Fue a buscar junto a Happy a su niño, pasaron a jugar a la plaza, o mejor dicho, Happy jugó con Peter, y él, llamó a Pepper.

-Tony, ¡por el amor de dios!, hasta que das señales de vida, ¿estas bien?- dice la preocupada srta Potts.

-perfectamente querida, y por ello mismo quiero hablar contigo- fue el inicio de una larga conversación.

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Peter dormía en su habitación, ajeno a su Papá, quien esperaba en la primera planta, acompañado de Happy y Pepper, esperando al capitán y otros dos acompañantes.

Primero llega la pelirroja Romanoff, quién mira a Tony con una mueca entre rabia y pena, sintiéndose mal por él.

-ni una palabra, arañita, solo quiero saber que lo que me dijiste es cierto... no es como que sea muy de dudar de las fotos- sarcástico, dice el moreno -pero... quiero oír de tu boca, que es cierto.

-asi es, Stark- Clint, entra tras la pelirroja, quien suspira y asiente.

Es todo lo que el moreno necesitaba.
Estaba todo hecho, solo faltaba que llegara el causante de todo, a quien todos esperaban.

Pasada la medianoche es que llega el rubio, viéndose fresco como una lechuga, sin saber que tenía todo un comité de bienvenida en su sala, sin saber lo que le esperaba.

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Steve Rogers era un hombre muy pegado a su época.
La primera vez que vio a Anthony Stark notó que toda opinión o forma de ser era muy distinta a como lo imagino del heredero de su amigo.

Tony Stark era muy chapado a la antigua, era dado a los excesos y a las mujeres.

Un hombre pecaminoso.

Uno que le enamoró profundamente, él lo amaba tan incondicional y profundamente, que nunca notó que Tony le necesitaba más de lo que él creía.

El trabajo de hacer un mundo mejor para su pequeño era duro, y poco a poco fue dejando que su relación se enfriará... poco a poco comenzó a descuidar a su amada familia...

Y sin querer llegó a pensar como los que odiaba.

'Si quizás tenga algo que me motive a continuar con mi pequeña familia.'

Y así fue como comenzó a frecuentar con la agente Carter.

Hablaban sobre familia, los mejores puntos de tenerla.

Poco a poco fue encontrando la linda...

Y fue cuando pasó.

Aquel beso, aquel jodido y extraño beso.

Aquel beso que no eran de los carnosos labios de su marido.

Aquel que correspondió.

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-Steven Grant Rogers, te exijo el divorcio- fue lo primero que escucho cuando entro a la sala de estar, viendo a dos abogados, a Happy y Pepper a un lado de su marido y Natasha y Clint del otro.