CAPITULO 10: La Reflexión

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Después de la separación, me encontré solo en mi apartamento, rodeado de fotos y recuerdos de lo que solía ser mi vida feliz con ella. Me di cuenta de que había tomado muchas cosas por sentado y no había apreciado lo suficiente lo que tenía. Ahora que ella se había ido, me di cuenta de que mi carrera no era todo lo que había en la vida.

Pensé en todas las veces que la había ignorado o la había hecho sentir mal por mi propia arrogancia. Me di cuenta de que mi egoísmo había arruinado lo que podría haber sido una gran relación. Ahora, estaba arrepentido y deseando poder volver atrás en el tiempo y hacer las cosas bien.

Me di cuenta de que no solo había perdido al amor de mi vida, sino también a mi mejor amigo. Era doloroso pensar que había dejado a alguien tan increíble escapar por mi propio egoísmo.

No sabía cómo arreglar las cosas, pero sabía que tenía que intentarlo. Tomé una hoja de papel y un lápiz y comencé a escribir una carta, una carta que esperaba que pudiera mostrarle lo arrepentido que estaba y cuánto la extrañaba.

Escribí todo lo que sentía y todo lo que quería decirle, y finalmente, después de varios borradores, terminé la carta. No estaba seguro de si algún día tendría la oportunidad de dársela, pero al menos me había dado la oportunidad de expresar mis sentimientos.

Pasé días y noches pensando en todo lo que había hecho mal y en cómo podía hacer las cosas bien. Me di cuenta de que mi carrera no era lo único importante en la vida y de que tenía que poner en orden mis prioridades.

Finalmente, después de mucha reflexión, decidí que necesitaba hacer un cambio en mi vida. Empecé a trabajar en mí mismo, a ser más consciente de mis acciones y a tratar a las personas que me rodeaban con más amabilidad y respeto.

Aprendí que la vida no se trata solo de ganar y tener éxito, sino también de ser una buena persona y tratar a los demás con amor y respeto. Me di cuenta de que el verdadero éxito no se mide por lo que logras en la vida, sino por la cantidad de amor y felicidad que puedes dar y recibir.

Estaba decidido a demostrarle a ella y al mundo que podía cambiar, que podía ser una persona mejor. Y aunque no sabía lo que me deparaba el futuro, sabía que estaba listo para enfrentar cualquier cosa que viniera.

Un Home Run al egoísmoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora