CAPITULO 12: La Resolución

2 2 0
                                    




Estaba nervioso mientras me acercaba a su puerta. Después de meses de terapia y auto-reflexión, finalmente sentía que estaba listo para enfrentarla, para disculparme y para hacer todo lo que estuviera en mi poder para demostrarle que había cambiado.

Toqué el timbre y esperé con el corazón en la garganta. La puerta se abrió y allí estaba ella, tan hermosa como siempre, pero también tan lejana. Pude ver el escepticismo en sus ojos mientras me estudiaba, y no podía culparla por ello. Sabía que había causado un gran daño y que iba a tomar mucho tiempo y esfuerzo para repararlo.

"¿Qué quieres?", me preguntó con frialdad.

Respiré hondo y dije lo que había estado practicando en mi cabeza durante semanas. "Quiero disculparme por todo el dolor que te he causado. Sé que te lastimé profundamente y no hay excusa para ello. Pero quiero que sepas que he estado trabajando en mí mismo, en mis problemas de egoísmo y en mi comportamiento dañino. He estado yendo a terapia, leyendo libros y hablando con gente que me puede ayudar a ser una mejor persona. Sé que no puedo borrar el pasado, pero quiero hacer todo lo posible para que pueda ver que he cambiado y que merezco otra oportunidad".

Ella me miró con un poco más de suavidad en los ojos, pero todavía estaba lejos de ser amable. "No sé si puedo confiar en ti de nuevo", dijo. "Pero aprecio que hayas hecho un esfuerzo para mejorar. ¿Qué es lo que quieres de mí?"

"Solo quiero que sepas que todavía te quiero", le dije, luchando por contener las lágrimas. "Quiero ganarme tu confianza de nuevo, si me lo permites. Quiero hacer todo lo posible para demostrarte que puedo ser la persona que mereces tener a tu lado".

Ella me miró durante un largo momento, y luego finalmente asintió. "Tal vez tengas razón", dijo. "Tal vez mereces una segunda oportunidad. Pero esto no va a ser fácil. Tendrás que demostrarme que has cambiado, y tendrás que ganarte mi confianza de nuevo. Y si alguna vez vuelves a comportarte de la misma manera egoísta e irresponsable, no habrá una tercera oportunidad".

Prometí que haría todo lo posible para demostrarle que había cambiado, que había aprendido de mis errores y que estaba dispuesto a hacer lo que fuera necesario para salvar nuestra relación. La vida después de nuestra separación no fue fácil, pero valió la pena. Juntos, trabajamos para reconstruir nuestra relación y fortalecer nuestra comunicación y compromiso mutuo. Aprendí a poner sus necesidades y deseos antes de los míos, y aprendí a aceptar la responsabilidad de mis acciones.

Hoy, puedo decir con confianza que soy una persona mejor gracias a ella. Aprendí que el amor no se trata de lo que recibes, sino de lo que das. Y aunque no siempre es fácil, estoy agradecido de tenerla en mi vida, como mi mejor amiga y mi amada compañera.


F I N

Un Home Run al egoísmoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora