Capítulo 2

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Gale

De camino al trabajo, aprovechó ese margen que le daba el viaje de casa a la oficina de Somchai para meterse en Hurricane of Love. Mientras la pantalla mostraba cómo se cargaba el panel de inicio de sesión, su mente por un instante la llevó de nuevo al recibidor de su piso hacía tan solo unos minutos. La sentencia de Jacob había coincidido con las últimas reuniones antes de la firma del contrato con la productora y las negociaciones estaban en un punto álgido, por lo que debía ir bien preparada para luchar.

Ahora necesitaba despejarse, y qué mejor para evadirse de los entresijos románticos de la realidad que los entresijos románticos ficticios que le reportaba aquel juego con el que había mantenido relación durante casi el mismo tiempo que con su, de momento, esposo. Era irónico como la protagonista del juego va pasando por las diferentes etapas de su vida: la adolescencia y su paso por el instituto, la juventud y su paso por la universidad, y la vida adulta con los romances que se encontraba durante el camino poniendo como broche final el casamiento. Igual que ella, aunque a decir verdad, Gale a estas alturas iba unos cuantos episodios por delante. Le quedaba ya poco para terminarlo y eso la entristecía enormemente (por suerte, hace poco se enteró de que la creadora tenía pensado sacar una nueva versión que no estaba dispuesta a perderse).

Iba ya por la mitad del capítulo cuando tuvo que ahogar una amarga carcajada por respeto al resto de pasajeros. La trama empezaba a enredarse: todo iba genial, pero a menos de una semana del gran día, un malentendido hace que la boda peligre.

«Esto es lo último que necesito ahora mismo», pensó mientras se salía de la aplicación.

Ni rastro de lágrimas. Comenzaba a asustarse por continuar en ese estado de ataraxia emocional desde que aquellas palabras salieron de los labios de Jacob. «Ella lo había amado con locura... ¿verdad?» Por suerte, su parada llegó antes de que pudiera seguir revolcándose en aquellos pensamientos. Su trabajo de ensueño la esperaba.

Miró la hora. Llegaba con unos minutos de antelación, por lo que no esperaba encontrarse a nadie cuando atravesó las puertas de cristal de aquel imponente edificio, pero en la puerta del ascensor estaba ni más ni menos que su "protegido". Peat Wasuthorn. Cada vez que lo veía tenía que ahogar el grito de emoción que amenazaba con salir. «Una no puede fangirlear de la estrella a la que representa. No está bien». Si existieran unos mandamientos del mánager ese sería de los primeros, de eso estaba segura. Mientras se iba acercando a él, juntó sus manos en cuanto hicieron contacto visual:

-¡Buenos días, Peat! -le saludó, agachando un poco la cabeza. El 'sawadee ka' le salió un tanto antinatural. «Bueno, no todos los días puedes lucirte en un idioma tan diferente al tuyo», pensó. Peat correspondió el saludo y en el ascensor se pusieron rápidamente al día. Gale prefirió no mencionar su inminente divorcio. No lo veía relevante, por duro que sonara.

Nin, la secretaria de Somchai, los acompañó hasta su oficina y esperaron a que llegara el resto.

-Estoy emocionado -le dijo Peat en voz baja-, pero también nervioso. Espero que la gente no se decepcione de lo que salga esta vez.

Aunque por dentro sienta fuegos artificiales de la ilusión, Gale no solo se esforzaba por ser profesional, sino que además había terminado por crear un vínculo muy especial con Peat. La complicidad entre ellos era palpable y muy envidiada entre otros actores y sus representantes. Era muy consciente de los problemas de autoestima a los que él se enfrentaba, así que nunca escatimaba a la hora de reafirmarle:

-Un actor con tu talento va a conseguir sacar adelante cualquier proyecto que se proponga -le dijo con una amplia sonrisa que acabo contagiando a Peat. provocando en el pecho de Gale una cálida sensación que intentó disimular mirando al frente y recolocándose el pelo.

Love in the GaleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora