Cap 열셋

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Chaeyeon continuó desabrochándose la blusa. Inmediatamente me levanté y caminé a paso veloz hacia la puerta. Sabía que si me quedaba allí terminaría haciendo algo de lo que me arrepentiría toda la vida. Y no porque no quisiera vivir esa experiencia con Chaeyeon, sino porque sabía que no podía corresponderle después como ella quería. Eso sólo la haría sentirse aún peor. Me levanté y de inmediato pedí otro coche para irme a la casa y dar por terminado el asunto. Chaeyeon se molestó, ni siquiera se despidió de mí, pero no me quedaba de otra.

Esa noche me la pasé dando vueltas en la cama, pensando en qué hubiera sucedido de no haberme retirado del departamento de Chaeyeon justo cuando lo hice. No pude evitar imaginar cómo hubiera sido tener relaciones con ella, como tantas veces lo imaginé cuando éramos novios. Con ese pensamiento me quedé dormido.

De pronto estaba en medio de un bosque, justo a un lado de la carretera. Había una fila larga de carros varados en el camino. La gente se salía de sus vehículos para ver qué sucedía. Comencé a caminar hacia el lugar de donde provenía una nube de humo gris que pintaba el cielo. Al llegar descubrí los restos de un coche que yacía en el pavimento. Estaba despedazado. Las luces de una ambulancia pintaban el entorno de azul y rojo. De pronto me atacó un sentimiento de soledad. Caminé lentamente hacia la ambulancia que tenía las puertas abiertas. En el interior me encontré con dos siluetas que, cubiertas cada una con una sábana blanca, aguardaban sobre una camilla. Sentí como si me llamaran por mi nombre. Me acerqué lentamente. Cuando estaba por llegar a las dos figuras, me interrumpió un ruido que se escuchaba fuera de lugar y, al mismo tiempo, me parecía familiar. Fue entonces cuando reconocí el sonido de mi reloj despertador.

En el colegio, como todos los días, después del primer periodo de clases, nos juntamos en las escaleras frente a los salones. Existe una dinámica que nadie te explica cuando entras, pero que todos dan por entendido: dependiendo del año que estés cursando, te corresponde uno u otro nivel en las escaleras. Por ejemplo, a los del último curso nos toca juntarnos en el pequeño descanso del segundo piso, justo frente a las aulas; los de nuevo ingreso se reúnen en el quinto piso, donde está el auditorio; y así, cada curso tiene su propio espacio.

-¿A dónde vas? -le pregunté a Minho cuando lo vi subiendo las escaleras de dos en dos. Lo hice a propósito, pues sabía muy bien que en esa dirección estaban los salones de segundo curso. Me causó gracia que tratara de hacerlo sin que yo me diera cuenta.

-No tardo.-Fue todo lo que me dijo.

Igual me cruzó por la cabeza la idea de seguirlo para ver si por casualidad me topaba con Lix, pero la idea de encontrarme con Chaeyeon hizo que desaparecieran las ganas. Chaeyeon y Felix  van en el mismo curso, casualmente. Después de lo sucedido la noche anterior con Chaeyeon no sabría cómo reaccionar al tenerla en frente.

Minho regresó justo antes de que el maestro de Matemáticas cerrara la puerta, marcando esa delgada línea entre un retraso y una falta.

-¿Cómo te fue? -le pregunté.

Me contestó con una media sonrisa, una que me indicó que había conseguido lo que quería. Luego me mandó un mensaje de texto con el contacto de Lix.

-Te pasaste - le dije. Acto seguido chocamos los puños-¿Cómo...?

Minho me contó que fue idea de Han, y que lo hizo sin que su amigo se enterara.

-Me dijo que no le dijeras que fue ella quien te lo pasó.

-Ok. ¿Y tú, qué sucede entre Han y tú? Minho no pudo contarme nada porque el profesor nos interrumpió para exigirnos que pusiéramos atención en clase o que al menos dejáramos que los demás pudieran tener la oportunidad de aprender. El hombre no exigía nada fuera de lugar. Yo aproveché el momento para tratar de iniciar una conversación a través del chat con Lix. Envié un simple: "Hola, ¿cómo estás?". Esperé toda la clase a que me respondiera, pero nunca lo hizo. Más tarde, ya a la hora que acabaron las clases, noté que el mensaje se había marcado como leído con dos flechitas azules. Me quedé un rato mirando la pantalla de mi teléfono para ver si recibía una contestación.

Nada.

¿Por qué será que entre más lo traten a uno con indiferencia más se aferra?

Ese día por la tarde recibí un mensaje de Chaeyeon, en el explicaba que estaba muy apenada por lo ocurrido la noche anterior. Le marqué y nos quedamos hablando un buen rato. Siempre hemos conversado muy bien, y esta ocasión no fue la excepción. Antes de que me pidiera disculpas le aclaré que no había necesidad de hacerlo. De todos modos, que se disculpó.

-No quiero que te quedes con esa mala impresión -me dijo.- No quiero que jamás dejemos de ser amigos. Es mi mayor miedo.

-Nunca vamos a dejar de serlo, Chaeyeon. No importa qué suceda. Tenemos tanta historia que sería imposible. Yo te quiero mucho, y eso nunca va a cambiar.

-¿Me lo prometes? Se lo confirmé con el corazón en la mano.

Continuará


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⏰ Última actualización: Feb 25, 2023 ⏰

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