"𝙈𝙮 𝙍𝘦𝘢𝘭𝘪𝘵𝘺" © [1]

𝑬𝒙𝒕𝒓𝒂 𝑰𝑰: 𝓣𝓱𝓮 𝓐𝓹𝓸𝓵𝓸𝓰𝔂 𝓢𝓸𝓷𝓰

"𝑴𝒊 𝒎𝒂𝒚𝒐𝒓 𝒎𝒊𝒆𝒅𝒐 𝒔𝒆 𝒗𝒐𝒍𝒗𝒊𝒐 𝒆𝒏 𝒖𝒏𝒂 𝒓𝒆𝒂𝒍𝒊𝒅𝒂𝒅 𝒂𝒍 𝒅𝒆𝒔𝒑𝒆𝒓𝒕𝒂𝒓 𝒆𝒏 𝒖𝒏 𝒍𝒖𝒈𝒂𝒓 𝒅𝒆𝒔𝒄𝒐𝒏𝒐𝒄𝒊𝒅𝒐. 𝑷𝒆𝒓𝒅𝒐𝒏𝒂𝒎𝒆 𝑱𝒖𝒍𝒊𝒆𝒏, 𝒑𝒐𝒓 𝒏𝒐 𝒆𝒔𝒕𝒂𝒓 𝒂 𝒕𝒖 𝒍𝒂𝒅𝒐 𝒄𝒐𝒎𝒐 𝒍𝒐 𝒑𝒓𝒐𝒎𝒆𝒕𝒊𝒎𝒐𝒔".
—𝙆𝙖𝙧𝙡 𝙁𝙖𝙣𝙖𝙡𝙤𝙠𝙖.

Los años pasaron, se dió la boda de los protectores y guardaespaldas de su alteza real, El rey Julien XIII. Quién bendijo la tan esperada celebración, por lo tanto también felicitando a los novios ya que a pesar de su posición social, siempre fueron parte de su pequeña familia.

El reino prosperó con el fin de la guerra al mudarse cerca del mar debido a los daños que ocasionaron el reino enemigo. Y con esto se llegó la renuncia de Karl como enemigo del monarca. La razón era tan simple, planeaba casarse con aquél lemur que siempre le brindaba calidez y amor a su corazón de piedra; estaba nervioso, ya que se replanteó demasiadas veces sobre el casamiento al igual de la opinión de Julien acerca de esa idea.

Esperó a que el traslado se llegara de forma exitosa al nuevo territorio, todos hicieron lo posible para crear nuevos asentamientos en nombre del señor de los lemures, ya que él fue el de la idea.

Fue muy duro abandonar lo que algún día era su hogar, pero la motivación de su monarca y del consejero real aportaron fuerzas de abrir una nueva puerta hacia un mejor futuro. Eso esperaba la civeta, necesitaba proponerle matrimonio a su pareja, así que planeando y consiguiendo lo que requería, citó a Julien para dar un paseo y el contrario aceptó ya que deseaba salir junto con Karl, porque no lo veía muy seguido.

—Karl, agradezco mucho que te tomarás la molestia de salir conmigo.— El muchacho se notaba muy nervioso —Pero ¿no crees que este lugar es algo..peligroso?

—Querido, no hay ninguna fosa o cualquier tipo de peligro cerca. Confía en mí, nada nos va a pasar.— Afirmó el mayor con una voz suave.

—Si eso es lo que dices.— El lémur se aferra al hombro de su novio.

Con el pasar de los minutos llegaron a su destino. El lugar era indescriptiblemente hermoso y la luz de la luna llena estaba en su mayor auge, sin dudas Madagascar tenía demasiadas maravillas que lo podían comparar con un paraíso.

También que sin dejar de lado la constante necesidad de atención y amor que Julien guardaba inconscientemente debido a los golpes feos que le dió la vida, produjo un sentimiento de paranoia conjunta con ansiedad. De eso estaba consciente su ex- enemigo y no iba a permitir que un extranjero se metiera con su pareja.