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OHM

El sonido de la puerta está taladrándome la cabeza, así que me levanto para abrir.

Froto mis manos en mi cara, y veo el reloj de la pared.

Son casi las tres de la tarde.

Me arrastro por el pasillo y cuando abro, Chimon golpea su cabeza contra la puerta.

—¿Por qué te ves tan mal, Ohm?

—Llevo días sin dormir.

—Se nota —dice empujándome al baño— bañate, hoy empiezas a grabar.

Prendo el agua, deslizando la puerta detrás de mí.

—¿Vamos a viajar?

He perdido por completo la noción del tiempo y no sé qué día es.

—First no viene, necesitan las tomas iniciales, dentro de la ciudad.

—¿Tiene que ser hoy? —pregunto mirando un punto fijo en la pared.

—Muévete ya.

Obedezco sin ganas, con ese dolor en el pecho incesante que tengo desde que Nanon se fue.

Demoro solo un par de minutos.

Apenas salgo de la ducha me miro en el espejo, y no luzco como alguien a quien quieren ver en una película.

Nunca antes me había visto así de mal.

—¿Comiste? —me pregunta cuando me acerco al armario, para buscar algo que ponerme.

Llevaba días sin cambiarme.

—No tengo hambre.

—Ohm —dice serio y yo lo miro— ¿Leíste el guión?

—Ya sé sacarme la ropa y meter la polla, ¿qué tengo que leer?

Él resopla, sentándose en la cama.

—Hay un trío —me explica dándose por vencido— eres un intento de heterosexual, tienes una novia y te pones ebrio en un bar, conoces a este chico, el uno, y cogen en el baño.

Lo miro en silencio, intentando concentrarme.

—Lo llevas a tu departamento, donde vives con tu compañero de piso que es el dos, él va a tener contigo una discusión que necesitas aprenderte y coges con ambos al final.

—Ya.

—Hay muchas líneas acá, Ohm, ¿por qué no le diste al menos un repaso?

Termino de colocarme la ropa y camino afuera en silencio.

No tengo ganas de responder eso.

Me siento mal, no tengo otra explicación.

—Quiero una pastilla —le digo subiendo a su auto.

Medicarse suele ser problemático a futuro cuando es constante y prefiero evitarlo, pero no creo que pueda tener una erección hoy.

Él se sienta tras el volante y me mira, apoyándose en el respaldar.

—Ohm —dice colocando una mano en mi hombro— sé que no quieres hablar sobre Nanon, pero...

—¿Por qué tienes que mencionarlo?

—¡Porque no estás bien!

Cubro mi rostro con mis manos, sintiendo de nuevo mis lágrimas ahí.

—Llevo mucho tiempo preparándome para tener esta oportunidad —le digo con la voz quebrada— esto es lo que hago, es mi trabajo, y si Nanon nunca lo entenderá, ¿qué puedo hacer?

—No estás poniéndote en su lugar.

—¿Y tú sí?

—Yo sí —responde resoplando— él tiene sentimientos fuertes por ti.

—Yo estoy enamorado, Chimon, le demostré cada día juntos que lo amo, y nunca miré a otro hombre en este tiempo, ¿por qué no puede confiar en mí?

—Quizás no se trata de la confianza, él te amaba.

—¿Crees que ya no lo hace?

—Espero que no, porque me gusta a mí.

—¡Chimon!

—Es un chiste, quiero que te rías, llevas días enterrado en tu cama, y he visto cadáveres con mejor semblante que el tuyo.

—Lo sé.

—Necesito que te recuperes.

—No puedo —susurro con más lágrimas cayendo— no puedo estar bien, no puedo grabar, no puedo actuar como si nada estuviera pasando.

—Vas a tener que empezar a esforzarte, porque tienes un contrato que cumplir, y nos vamos la próxima semana de la ciudad.

Solo asiento, porque no tengo otra opción.

—Prepárame varias pastillas, las voy a necesitar.

Rainbow• [Ohmnanon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora