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OHM

Nanon se aleja un poco, mirando mis ojos y suspira, colocando las manos en mi cuello.

—Sigo aquí —dice Chimon y cuando volteo está apoyado en la pared.

Lo ignoro.

Miro a mi alrededor, recordando que hay mucha gente cerca.

—Perdón —le digo de nuevo a Nanon y él baja la mirada.

—Perdóname tú, no quería hacerte sentir así, solo... pensaba en estar bien yo.

—Yo debí pensar más en ti.

—Tú siempre fuiste claro con esto, yo no lo soporté, esa no es tu culpa, simplemente ambos queremos cosas diferentes.

—No es así —aclaro acariciando sus mejillas con mis pulgares— queremos lo mismo.

Las luces cambiando están mareándome, pero no despego mi vista de él, porque quiero una respuesta.

—¿En serio?

Asiento chocando mi boca con la suya, solamente un par de segundos.

—Siempre he sido solo para ti, pero tienes razón, es solo un trabajo, puedo conseguir otros, pero tú eres todo, y no quiero perderte a ti.

Siento sus manos bajando por mi pecho y hace una mueca, mirando la puerta.

—¿Podemos ir a tu casa para hablar con menos ruido? —pregunta mirando mis labios.

—Sí —susurro asintiendo rápido.

—Bueno —dice Chimon caminando a la salida— si van a coger, yo debería retirarme.

Giro los ojos, porque es molesto.

Creo que nosotros necesitamos hablar de verdad, no todo se trata de coger.

Pero supongo que habrá tiempo para eso luego, porque después de un corto camino en el taxi, apenas entramos en casa y cierro la puerta, cambio de opinión.

Es que lo necesitaba tanto.

—Rompiste la cama —menciona riendo.

—También estoy en el piso, Nanon, ya me di cuenta —respondo con ironía, acercándome.

Estamos en el colchón sobre las maderas que se han caído, y me aseguro de que esté bien, mirando su cuerpo.

—¿Te hice daño?

—No, pero estoy sorprendido, porque llevabas mucho tiempo sin romperla.

—Tenía muchas ganas, esa es mi justificación.

—¿Estuvo bien? —me pregunta agitado.

—Estuvo perfecto —respondo apoyándome en su cuerpo— siempre es perfecto contigo.

Noto que baja la mirada, y ya entendí que tiene mucha inseguridad al respecto.

—No he podido estar con otro desde que te fuiste, incluso si me quiero obligar con pastillas —le cuento pasando mis dedos por su abdomen.

—Me hacia sentir muy inseguro de mí.

—Lo sé.

—Tal vez creas que estuve exagerando...

—No —niego rápido acercándome más— oye, lamento haber actuado como si lo que sientes no fuera importante, sí, es trabajo, pero te hace mal, ¿qué clase de persona continuaría haciendo algo que le causa tanto daño a la persona que ama?

—No quiero que te sientas culpable, porque fue sencillo al principio, pero después... mientras más te amaba... es que conozco tus sentimientos, pero no aguanto pensar en que alguien más puede tenerte como yo, incluso si solo es físicamente.

—Lo entiendo —afirmo entrelazando sus dedos con los míos— yo no soportaría pensar en que alguien más te tocó a ti.

—¿No estás diciendo esto porque te sientes obligado a dejarlo?

—No existe otro cuerpo en el mundo que yo quiera tener en mi cama, es mi decisión, no tienes que pedírmelo, ahora tengo claro lo que quiero, porque no funciono si no estás, y lamento haber estado a la defensiva al principio, porque fue duro pensar en soltar la vida que tenía antes de ti, pero quiero avanzar, y quiero hacerlo contigo, por eso compré el anillo, Non.

Sonríe y me acerco a sus labios, presionándolos suavemente con los míos.

—Y dejarás tu trabajo también —agrego sonriendo.

—¿Qué?

—Deberíamos empezar a establecer límites, y mi primer límite es que no veas más a ese señor.

—Es mi jefe.

—Ya no lo es, tú le gustas, no me agrada por eso.

—No le gusto, pero voy a aceptar esto, porque odio ese trabajo de mierda, incluso pensé en buscar a Chimon para aceptar el suyo.

—Basta de eso, no es gracioso.

—¿Sería gracioso si me tocara trabajar contigo?

—No.

—¿Por qué eres así? —pregunta haciendo un puchero.

—Nunca he tenido algo parecido a lo que tenemos, y lo quiero mantener así, esto es nuestro, no quiero quitarnos una intimidad que nunca había tenido antes.

Él asiente, apoyando la cabeza en mi hombro.

—Entiendo.

—Y no quiero que alguien más vea tu cuerpo, me importa un carajo todo, tú eres mío.

Sonrío, porque sonríe.

—¿Todo esto significa que me quieres de vuelta acá?

—Quiero preguntarte esta vez, si me quieres para siempre.

—Dame el anillo ya —dice chocando su nariz con la mía.

—¿De verdad?

—Sí, no soporto la idea de volver a separarme de ti, porque fue horrible.

—¿Entonces me amas? —pregunto haciendo un puchero y él asiente— ¿Y quieres casarte conmigo?

—Sí —susurra besándome— te amo, y quiero casarme contigo.

Rainbow• [Ohmnanon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora