II

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Desde que tenía memoria siempre habíamos sido Hajime y yo, nuestros padres trabajaban todo el día para mantener nuestro hogar de pie, eran los típicos padres que creían que el dinero podría solucionar todo, pero no era así, o al menos eso pensaba cuando tenía solo seis años

A esa edad no me importaba el dinero ni todos los regalos que nos hacían nuestros padres como disculpas por no asistir a días importantes en el instituto, yo no quería todo eso, quería a mis padres, pasar tiempo con ellos, un abrazo o palabras de cariño, pero jamás lo tuve, y con el tiempo dejó de importarme

Cuando cumplí los doce años lo único que me importaba era tener a mi hermano, éramos nosotros contra el mundo, donde él iba yo también lo hacía, y así fue como conocí a los Inui, dos hermanos que marcarían nuestras vidas por siempre

El día que los conocimos fue uno lluvioso, ambos habíamos olvidado nuestros paraguas y Hajime se había sacado la chaqueta para ponerla sobre nuestras cabezas, intentando cubrirnos del diluvio que estaba cayendo sobre nosotros intentando que la helada agua no nos mojara tanto para impedir que enfermáramos

Pero como caídos del cielo esos dos rubios aparecieron frente a nosotros cubriéndonos con sus paraguas y se quedaron con nosotros hasta que la lluvia disminuyó y pudimos caminar los cuatro hasta casa, ya que se habían ofrecido a acompañarnos y mi hermano había aceptado con la excusa de que no quería que me enfermara, pero había visto su mirada al ver a la rubia, eso había sido amor a primera vista...

Desde ese día, esos dos rubios se volvieron importantes para nosotros, Akane era un amor de persona, era mayor que nosotros mientras que Seishu tenía nuestra misma edad

Fue fácil que la amistad surgiera entre Seishu y nosotros, a los tres nos gustaban las mismas cosas y era muy divertido, a Akane la admiraba mucho, pero no tenía casi contacto con ella, ni mi hermano ni yo la veíamos mucho realmente, ella estudiaba y tenía sus clubs, así que la solíamos ver en la biblioteca cuando íbamos a estudiar o cuando el rubio nos invitaba a su casa a jugar

Todo iba bien, a pesar de ser niños casi sin padres, vivíamos bien y nos teníamos a nosotros aparte de un gran amigo, pero no siempre la vida es justa, y todo lo bueno que nos pasaba, se vio opacado en un solo día por un maldito accidente

Vamos, camina más rápido que llegaremos tarde al instituto- se quejó mi hermano

Me duelen los pies- hice una mueca

Eso te pasa por practicar tus bailes absurdos- bufó deteniéndose y me golpeé contra su espalda

Aww- sobé mi frente- ten cuidado, ahora también me duele la nariz

Súbete a mi espalda, te llevaré, iremos más rápido de esa manera

Me abracé a su cuello y sentí como me sujetaba de las piernas comenzando a caminar rápidamente, mis padres se negaban a pagarme clases de baile, por lo cual intentaba aprender viendo videos, pero era muy difícil y muchas veces terminaba doblándome los pies como había pasado la noche anterior

Llegan tarde- nos regañó Seishu cuando mi hermano me dejó junto a mi escritorio- tienen suerte que el profesor aún no ha llegado, ¿Qué te sucedió Aiko?

Me doblé el pie- lo miré avergonzada

Ya veo, ¿Te duele?- asentí y lo vi girar su cuerpo hacia mí ya que se sentaba en el banco de adelante y golpeó su pierna- pon tu pie aquí, si lo dejas descansar quizá deje de doler

Gracias- sonreí levemente apoyando mi pie donde él me indicó

Lo vi girar su cabeza hacia mi hermano que se sentaba a su lado y comenzó a hablar con él tranquilamente, involucrándome de vez en cuando a mí en la conversación

Confusion | Sanzu y Mikey | +18 (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora