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Kanto no era un mal lugar, sin duda esa pandilla era mi familia, no solo porque mi hermano estaba en ella, sino porque todos los que estaban allí eran buenos, de una forma diferente a la que todos pensaban

Durante más de un año viví con ellos, y a pesar de ser parte de la pandilla, yo no tenía misiones, no entrenaba ni aportaba mucho allí, en realidad era parte de ella solo por estar con Mikey

Mi día a día era aburrido, los únicos buenos momentos era cuando pasaba tiempo con Sanzu, quien solía comprarme dulces y veíamos películas aburridas, las cuales nos la pasábamos criticando

Manjiro odiaba que pasara tiempo con él y había intentado convencerme de que no pasara tanto tiempo con el pelirrosa, algo que no había logrado hacer, mi tiempo con Sanzu era lo único que me mantenía feliz y alegre durante el día y no pensaba perder esos momentos

Mi relación con todos había mejorado muchísimo, convivir con ellos había hecho que conociera a todos un poco más y eso nos había permitido acercarnos un poco más, aunque no todo era bueno, porque si bien me había acercado a los demás, sentía que Mikey se alejaba cada día un poco, sabía que no quería lastimarme y siempre intentaba mantenerme a salvo, pero aunque lo intentaba, veía como él día a día se hundía en una oscuridad que cada vez se me hacía más difícil sacar

El chico alegre del cual me había enamorado estaba desapareciendo poco a poco, Manjiro siempre me prestaba atención cuando le hablaba o le pedía algo, pero ese brillo con el que me miraba se había ido desapareciendo, sus muestras de cariño se había vuelto más, me esforzaba a diario para intentar que sonriera o pasara un bonito momento, aunque no siempre lo lograba

Al comienzo de nuestra relación, con solo sonreírle, Mikey enseguida me devolvía el gesto y me llenaba de besos haciendo que ambos termináramos riendo a carcajadas, sabía que a medida que pasara el tiempo, maduraríamos y nuestra relación se haría más firme, pero las cosas no estaban siendo así, el hombre al cual amaba cada día era más distante con todos, incluso me hacía pensar que estaba alejándose de sus propios sentimientos, esa bella sonrisa que me había enamorado, ya no visitaba su hermoso rostro, sus preciosos ojos negros no tenían más el brillo característico en él, y el semblante de protector, ahora se había convertido en uno oscuro

Nadie se atrevía a mirarlo o dirigirle la palabra, solo Sanzu y yo hablábamos con él con normalidad, los demás le temían, y no los culpaba, cuando clavaba sus ojos vacíos en las personas, estaba segura que se orinarían en los pantalones en cualquier momento, yo lo haría si no supiera que a pesar de todo, me ama y jamás me lastimaría, o eso creía

Me encontraba sentada en la sala como ya era costumbre, mirando un recital de una pianista en el gran televisor frente a mí

Oye, guapa- giré para ver a Ran recargado en el marco de la puerta

¿Uhm? ¿Y a ti que te sucede hoy, trencitas?- incliné mi cabeza- ¿Qué quieres?

Mi hermano me dijo que estás organizando una fiesta para esta noche- caminó hacia mí, sentándose en el apoyabrazos del sofá- ¿Es verdad?

Sí, es un día especial- afirmé

¿Y eso porque o qué?- negó confundido

Ustedes sí que son unos brutos- suspiré- es el cumpleaños de Haru

Ohh ¿El drogadicto cumple años?- levantó una ceja

Deja de llamarlo así- le tiré con uno de los almohadones que estaban en el sofá

Pero es lo que es- tomó el almohadón para tirármelo en la cara- que tu no quieras admitirlo no es mi culpa

Es solo una etapa, él no es un drogadicto- lo defendí

Confusion | Sanzu y Mikey | +18 (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora