XIII

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Los días pasaban rápidamente, tener a Sanzu conmigo era un gran alivio y una bendición, porque si él no estuviera conmigo, no sabía cómo hubiera podido afrontar todo lo que estaba sucediendo conmigo

Mi pequeño crecía mas cada día, y al entrar al séptimo mes de embarazo mi vientre seguía creciendo y se notaba incluso de un día al otro como este aumentaba, pero a pesar de ello, mi bebé no se movía, no había sentido siquiera un revoltijo o una patada por su parte, lo cual me entristecía mucho

Mi doctora aseguraba que él estaba bien, sano y fuerte, había hecho muchos estudios para dejarme tranquila, todos habían dado bien, mi bebé era un pequeño sano, en muchos sentidos, pero al parecer había salido muy perezoso, porque se negaba a moverse y no había nada que hiciera que provocara que él

Sanzu solía decirme que el pequeño se movería cuando estuviera incomodo o preparado para gastar sus energías, que no debía estresarme por ello, que no significaba que no me quisiera o estuviera mal, solo disfrutaba de su lugar seguro dentro de mí y que estaba tan cómodo que era por ello que no se movía

Quería creer en todo lo que me decía e incluso lo hacía, pero una parte de mí también se sentía muy triste al no poder sentir a mi niño moverse dentro de mí

Finales de diciembre siempre había sido mi época favorita, más específicamente el veinticuatro, esa fecha había sido muy importante para mí, desde niña la navidad era mi festividad favorita, mi hermano solía llevarme a cenar a un gran restaurante y pasábamos la noche comiendo, riendo y estando juntos, algo que no podría hacer más, porque el bastardo no se había molestado siquiera en llamarme desde que Mikey me había echado de la Kanto

Había amanecido bastante triste y durante toda mi mañana había estado dando vueltas por el departamento sin saber qué hacer, al menos fue así hasta la hora del almuerzo

¿Qué debería hacer hoy?- pregunté apoyándome en el sofá frustrada, masajeando mi frente hasta que escuché mi celular sonar y lo tomé confundida, viendo que era Sanzu, por lo que atendí rápidamente- ¡Haru!

¿Estás libre, ángel?- preguntó

Si, ¿Porque? ¿Sucedió algo?- me alteré un poco- ¿Estás bien?

Tranquila, estoy bien- afirmó- pasaré por ti en cinco minutos, ponte unos zapatos cómodos que caminaremos mucho ¿Si?

De acuerdo- asentí- te estaré esperando

Apenas corté la llamada caminé hacia el armario para tomar unos pantalones negros junto a una blusa blanca, la cuales me puse para luego abrigarme con un suéter y cuando escuché que golpeaban la puerta me coloqué una chaqueta larga, no quería enfermarme, me faltaban menos de dos meses para que mi pequeño nazca y quería disfrutar al máximo ese tiempo, así que resfriarme estaba fuera de mis planes

Abrí la puerta con una enorme sonrisa cuando estaba lista y me encontré con el pelirrosa frente a mí, luciendo unos pantalones negros con un suéter blanco, igual que la bufanda que llevaba en su cuello

¡Haru!- lo abracé con fuerza y besó mi cabeza antes de que me alejara de él que estiró su mano en mi dirección, entregándome un pequeño pastelito

Hola ángel, te compré algo que sé que te encantará- afirmó

Muchas gracias- lo miré emocionada- justo estaba antojándoseme algo dulce, eres como un adivino

El pequeño y yo tenemos una conexión única- dijo orgulloso- no soy adivino, aparte te conozco muy bien, más de lo que crees- le di una mordida al pastelito- ¿Estás lista?- asentí sin dejar de comer- bien, vamos

Tomó mi mano libre haciendo que caminara hacia el ascensor, cerrando la puerta detrás de nosotros y poco después nos encontrábamos saliendo del edificio

Confusion | Sanzu y Mikey | +18 (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora