Saga de Subaru: Capítulo 9

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Dentro de la posada de la aldea se Esgrain, en una de las habitaciones de la planta superior, Lafanpan y Latina dormían, bajo la vigilancia de Subaru.
Este estaba sentado, con su equipo completo de combate, frente a la puerta, apoyada su espalda en esta. Era bien pasada la medianoche, y aunque no estaba del todo dormido, cabeceaba ligeramente, aunque sus sentidos permanecían atentos a cualquier sobresalto.

En el lecho de la habitación, Lafanpan permanecía dormida junto a la niña Neferi que habían rescatado, cuando en sueños la hada percibió una extraña energía, un Od que la arrancó de su sueño. En esa presencia vital, la hada percibió dolor, ira y miedo, y tras unos segundos de confusión, reconoció aquella presencia como la de la pequeña a su lado.

-¿Latina-chan...?- Al observarla, iluminada por la luz de la luna que entraba a través de la ventana sobre la cama, pudo ver que la niña Neferi se revolvía en sueños, respirando entrecortadamente y sudando copiosamente, un sudor helado que empapaba su cuerpo.

Alarmada, la hada se acercó a ella, pero de repente, la niña abrió los ojos y grito presa del pánico

-¡MAMÁ!- Un grito agudo, corto pero intenso, surgió de su garganta, al tiempo que un repentino pico de energía surgió de la figura de la pequeña, un repentino estallido de energía arcana que sorprendió a Lafanpan y la hizo retroceder ligeramente por el pulso de energía.

-¿¡Qué ha sido eso...!?- Se dijo Lafanpan tras sentir esa energía. Fue solo un instante, y se desvaneció tan rápido como apareció, pero nunca había percibido tanto Prana en un cuerpo físico, menos aún en el de una niña.

-¿¡Qué está pasando!?- El grito despertó de su ensoñación a Subaru, quién rápidamente se levantó y fue directo al lecho.

Allí, la pequeña Latina permanecía absorta, con la mirada perdida y respirando agitadamente, con sus ojos dilatados y su cuerpo tembloroso.

-¿¡Latina-chan, estás bien!?- La niña no respondía, tan solo permanecía con la cabeza agachada, temblando, y con las pupilas dilatadas de terror.

-Está al borde un ataque de pánico- Se dijo Subaru al ver el estado de la pequeña Neferi -Parece haber tenido una pesadilla, pero parece demasiado atemorizada incluso para eso...¿qué le ha pasado?-

-¿¡Latina-chan, estás bien!? ¡Respóndeme, por favor!- La niña no reaccionaba, tan solo murmurando palabras inteligibles, así que, sin saber que más hacer, Lafanpan usó su magia para tratar de calmarla.

La estancia se llenó entonces con una luz esmeralda que provenía de la hada, y que embargó a Latina, la cual se calmó un poco, respirando de forma más calmada y dejando de temblar tan bruscamente, aunque sus pupilas seguían dilatadas, y el terror no desaparecía de su rostro.

-Oi, Latina, ¿qué es lo que ha pasado, que te ocurre?- Con delicadeza pero forme, Subaru piso su mano eh el hombro de la niña, notando el leve temblar que aún sacudía su cuerpo.

El contacto de Subaru pareció hacer reaccionar a Karina, la cual dio un respingo, pues estaba algo desorientada, pero se calmó al ver que quien la tocaba se trataba de Subaru, el guerrero que la rescató de los aldeanos.

-¿Estás bien, Latina, que ha pasado, has tenido una pesadilla?- La niña, aún confundida, no respondió inmediatamente, tan solo se quedó mirando a la nada, tratando de articular unas palabras.

-¡Ca...casa...yo...tengo que...el bosque...!- Trataba de decir Latina, articulando las palabras a duras penas.

-Tranquila, trata de calmarte Latina-chan- Le dijo Lafanpan con voz suave, volando a su lado.

Las Espadas de la SombraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora