Unforgivable~ Yeonjun

8

Dos meses después de la nueva vida conociendo a Jake y pasar tiempo con el, Yeonjun tuvo una pequeña idea.

¿Qué sería viajar a su país natal con el?

Una maldita locura. ¿Por qué? ¿Para que quería ir al lugar donde todos conocían al abusivo Choi Yeonjun, marcándolo de alguien bellamente peligroso? Tuvo suerte cuando llegó a Australia, no todos sabían que hizo, ¿Pero volver a Corea?

No.

—¿Enserio quieres ir a ver a tus padres? Creí que no querían saber más de ti luego de... eso...— mencionó vagamente, Felix.

—Cuatro años han pasado... creo que estoy listo para enmendar las cosas.— respondió mientras miraba por la ventana.

—Pero si tu jamás tuviste relación con tus padres...— dijo automáticamente, dándose cuenta tarde lo que había dicho.

Es cierto. Yeonjun jamás tuvo relación con sus padres. Es más, ni lo querían. El solo fue un maldito producto de las familias desesperadas por seguir un linaje, el cual por sus horribles actos, no pudo ser heredero ni continuado del linaje Choi.

Yeonjun se dio vuelta y miró fijamente al menor, con una mirada dura.

—Esto no es asunto tuyo.— moduló lentamente.

Felix lo dejó. Sabía que había otra razón por la cual el estaba desesperado por volver a Corea.

Yeonjun se alejó de la ventana y se fue a buscar su saco y pantalón del trabajo para llevarlo a lavar. Mientras el estaba en la habitación, Lee se acercó a la mesita de luz del living, donde el teléfono del mayor reposaba. Lo prendió y vio la foto de pantalla.

—Pobre de ti rubio...— mencionó en inglés. Escuchó la puerta rechinar y se alejó del teléfono, tomando el control remoto y prendiendo el televisor.

Yeonjun se acercó a desconectar el cargador y tomar su celular lentamente, sin despegar su tensa mirada del australiano, quien le veía con inquietud y pensando en absolutamente nada.

—Vuelvo a la noche.— dijo fríamente, cerrando la puerta como un asesino serial en un drama de suspenso.

Felix se quedó en el sillón mirando hacia la puerta, sintiendo su corazón latir a mil y sus manos sudando.

—Creo que cometí un error...— mordió su labio.

💔💔💔

Yeonjun caminaba rápidamente por los pasillos de su oficina. Habían varias secretarias yendo y viniendo, muchos empleados hablando por teléfono y escribiendo en sus computadoras y los locos contadores y abogados con sus clientes mientras llamaban a sus secretarios para la entrega de café o de papeles.

El solo se fue a su oficina, sin siquiera saludar. Se encerró en su pequeña oficina y se sentó, prendiendo la computadora.

En lo que el dispositivo se prendía, abrió sus ventanas y dejó que la luz entrara. Acomodó todas las planillas que debía llenar y revisó los correos que debía mandar.

Iremos a Australia y prometo dejar de golpearte

Sacudió su cabeza levemente y empezó a llenar una ficha. Se centró por un momento en lo que los renglones decían, escribiendo lentamente y con fuerza. Por accidente y distracción, escribió algo en el último renglón.

Golpeó con su puño la mesa y trató de borrar con corrector blanco lo escrito recientemente, tratando que no se notara mucho. Dejó la ficha a un costado y siguió con el resto. La computadora ya había cargado y le llovieron los emails. Dejó de ver la pantalla y decidió terminar las fichas.