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Yeonjun miró atentamente ante el rubio lindo que jamás creyó volver a ver y se tensó al verlo correr hacia el.

—Hola Jun.— le sonrió. Mierda santa, la sonrisa de Beomgyu era tan linda. Choi no la recordaba, pero verla de nuevo le desbloqueó bellos recuerdos.

—Beom... yo...

—No te preocupes. Se que no me estás siguiendo.— rió. Esa pequeña risa fue como una curación para el mayor.— Bien, ¿Qué haces aquí?

Yeonjun no sabía como responder. Estaba helado, es decir, hace cuatro años no veía a su posible víctima fatal y ahora se le acercaba como si jamás pasara algo.

Qué valor  pensaba para sus adentros. Que gran valor tenía Lee Beomgyu para seguir viviendo su vida luego de tal infierno que vivía en aquellos tiempos. Yeonjun no podría seguir con tal experiencia pasada.

—Estás con compañía por lo que veo...— se limitó a responder.

—Oh... digamos que si.— volteó a ver a los que lo acompañaban.— Oye no me cambies de tema.

El mayor rascó su nuca y evitó mirar al menor. Pensó en que responder.

—Yo... um... bueno...— titubeó.— En realidad... vine a ver a mis padres, y... de casualidad vengo al parque a caminar y...

—Me encuentras aquí.— terminó su frase. El mayor asintió.

—Beom...— llamó unos segundos luego, sintiendo el corazón en la garganta.— ¿No deberías ir con ella?

—¿Mmm? Oh no, solo estábamos haciendo boberías, pero está con los demás.

—Ya veo...

Choi dirigió su vista al grupo. Mierda, estaba Soobin, su esposa, la cual recientemente supo que lo era, Taehyun, una bella chica alta y sumamente hermosa. Yeonjun miraba al grupo atento a lo suyo, Soobin junto a su esposa, parecía que apenas tenía semanas de embarazo, no tenía panza pero el menor de los Kang lo había mencionado. Taehyun y la otra chica estaban jugando a la pelota con un bebé gateando, parecía que era el hijo de Soobin y Soyeon, se veía adorable.

Sonrió inconscientemente, la felicidad que le daba que luego de tantas mierdas ellos lograron salir adelante, cosa que Choi no pudo.

—¿No es increíble? Es como un hilo rojo.

El mayor fijo su vista dudosa en el perfil del rubio. No comprendía a que se refería.

—Pasamos por cosas horribles pero siempre terminamos juntos. Es cuestión de  tiempo, tal vez sea una conexión cósmica lo que quiere unirnos y...— hizo una pausa.— Que no nos alejemos.

—No lo creo.— negó rotundamente.

—No creo que estaremos juntos de nuevo, pero de cierta forma siempre volvemos a cruzarnos... como en el aeropuerto.— le hizo memoria al recordar esa última vez.

Cuando ya no tuvieron más tema de conversación, Beomgyu tomó la mano de Yeonjun y empezó a acariciarla lentamente. Jugueteó brevemente con sus dedos, el mayor se dejaba tocar aunque su respiración era tensa, cortada y nerviosa, al igual que su expresión facial. Beomgyu tomó la mano de Choi y la sostuvo un buen rato, mirando fijo al mayor y sin expresión alguna. Luego de unos cuantos segundos, le sonrió de par en par, sin separar los labios.

Fue soltando el agarre, deslizando lenta y suavemente su mano con la del mayor, quien llevó su vista abajo.

—Adiós Yeonjun...

Mientras Choi estaba en un trance, Lee se acercó a el y le dio un corto beso en su mejilla. El mayor le miró anonadado por lo que acababa de hacer.

—Esto es como un recuerdo.— le sonrió.

Beomgyu lo vio por última vez, caminando hacia atrás. Se volteó completamente y bajó la pequeña colina que dirigía al parque. Una vez más, giró para saludar a Yeonjun con su mano. El mayor apenas alzó la suya, sin cambiar su expresión.

Todos los presentes juntaban sus cosas, parecía que se iban. Soobin alzó al bebé y abrazó a su esposa, Taehyun daba pequeños saltitos tomando los hombros de la chica y Beomgyu caminaba, tomando una conservadora donde tenían algunas cosas guardadas. Se dirigían al estacionamiento para irse.

Desde el auto, mientras todos guardaban las cosas, Beomgyu dirigió su vista al otro extremo y vio que Choi seguía allí. Nuevamente le saludó, siendo disimulado, y sonrió grandemente. El mayor no saludó, Lee soltó una pequeña risa.

Luego de eso, Yeonjun se fue del parque, sin voltear a ver al menor, quien se encontraba esperando que lo viera una vez más.

Yeonjun volvió a su casa. Vio el auto de su padre estacionado allí, por lo que temía entrar y discutir con el. Se quedó sentado en el cordón de la calle, mirando la bella noche que estaba formándose. En el largo momento que estuvo allí sentado, se puso a pensar en todo lo que ocurrió en aquellos años. Suspiró y tomó una decisión.

Miró la casa nuevamente, tuvo la tentación de entrar y despedir a sus padres. Dicho y hecho, abrió la puertita del patio y se acercó a abrir la puerta de la casa.

Apenas entró, las miradas se fijaron en el. Su padre, quien leía un diario y tenía un vaso de whisky a su lado, se levantó con tal furia que su esposa no sabría como controlarlo.

—¡¿Qué hace este desgraciado aquí?!— le gritó el hombre.

—Descuida. Solo quise venir a despedirme.— le sonrió con debilidad.

—¿Te vas a Australia?— preguntó nerviosa su madre. El joven negó sin borrar su sonrisa.

—Ustedes descuiden. Quería saludarlos una vez más.— se acercó a su padre.— Gracias a ti supe que era lo que debía hacer hace mucho tiempo. Algo que tu debías hacer cuando yo era niño, pero que no tuviste el valor de hacer.— le miró desafiante. Dio unos pasos hacia atrás y miró a sus progenitores una vez más.— Gracias por estos años, viví un infierno aquí y puedo decir que no les perdonaré jamás que me hicieran ser un enfermo de mierda, pero les agradezco porque me ayudaron a encontrar mi sentido. Nos vemos...

Choi se acercó a la puerta y tomó la llave del auto de la cómoda. Fue en un segundo donde sus padres no le vieron sacar la llave, por lo que podría dar con su objetivo...

Su último objetivo

💔💔💔

Felix, Jake, Lily y la señora Moon estaban en el departamento discutiendo. Felix recientemente había llegado de Corea.

—¡¿Cómo que se fue?!— exclamó. Entró corriendo a la casa, buscando entre los muebles la llave extra de su casa.

—¡Se fue! ¡No sabemos donde está! Ni siquiera atiende el teléfono. Dios ¡¿Qué mierda está pasando?!— chilló histérico, Sim.

Lily balbuceó y pensó en como decir lo que había escuchado.

—Lix...

—¡¿Qué?!— gritó tirando todas las cosas del cajón al suelo.

—Hace unos días vi a Yeonjun viniendo a tu casa. Lo escuché gritar y luego se fue...— mordió sus uñas.

—¡¿Y hasta ahora me lo dices?! ¡Carajo!

Felix se desesperó y encontró la llave. Fue al departamento y abrió la puerta, encontrando la llave tirada frente a esta y viendo su casa en total desastre. El pecoso se agarró el cabello, no sabía como reaccionar.

—Dios mío... ¡Dios mío!

Felix salió corriendo. Detrás de el salieron Lily y Jake. La madre de los jóvenes sabía que estaba por pasar, su intuición le estaba gritando por dentro y desde que llegó a la casa no dijo ni una sola palabra. Tampoco los detuvo, ella sabía que estaba pasando y donde estaba Yeonjun.

Fueron unos largos treinta minutos donde los tres estaban nuevamente en el aeropuerto y fueron cuatro eternas horas donde esperaban un avión que los llevara hacia Choi...

Lo que no tenían idea es que era demasiado tarde para ir por el...

Muy tarde.

Unforgivable~ YeonjunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora