12

22 5 0
                                    

El teléfono de la casa no paraba de sonar con ese molesto timbre y para ser más dramático, la puerta era tocada constantemente con furia en los puños de la persona detrás de ella.

Yeonjun levantó el teléfono y lo volvió a colgar, ignorando de quien se trataba la llamada. Con una furia en el, fue a abrir la puerta.

—¿Vuelves?— preguntó sarcástico, viendo a Felix afuera.

—Ya dime por que no vas a terapia. Mi mamá invierte tiempo en ti, te está llamando todo el tiempo y tu no cooperas un poco...— reclamó con un tono duro. Choi cerraba la puerta, pero Lee colocó su pie y no dejó que cerrara.— ¡Vives en mi puta casa! ¡Al menos ten un poco de respeto!

—Tu puedes volver cuando se te de la gana. Te fuiste solo después de todo.— dijo con un molesto tono sarcástico.

—No seas imbécil, Jun. Vengo aguantándote por cuatro años y lo único que debes hacer es ir a terapia. ¿Te recuerdo que estás enfermo?— alzó una ceja, cruzándose de brazos.

Yeonjun apretó su puño y respiró hondo. Relajó su rostro y su mano, viendo fijamente al pecoso.

—Tomo mis pastillas, aumenté la dosis hace un mes. ¿Con eso no basta?— preguntó relajado. Felix inconscientemente dio dos pasos hacia atrás, sin despegar su vista de el.

—No. Ve a terapia, mi madre debe verte para saber como vas.

—¡Voy increíble! Desde que conocí a Jake me siento mejor que nunca.— exclamó con cierto tono de falsedad.

Felix se quedó viendo sus movimientos y analizándolos. Convivía con una psicóloga y terapeuta que había tenido un esposo exactamente igual a Yeonjun. La forma en que exclamó, como caminaba mientras movía sus dedos haciéndolos bailar, el buscar por la cocina algo que ni el sabía que.

—Yeonjun... soy el único amigo que te queda en el mundo y eso lo sabes muy bien. No quiero discutir, solo quiero que me seas sincero y me digas que volverás a terapia.— le habló con una voz tranquila, intentando no hacerlo enojar.

—¡Te dije que no voy a ir!— azotó un plato contra la mesa, rompiéndolo al instante y lastimándose de paso.

Felix llevó sus manos a su cabeza automáticamente y abrió su boca en modo de sorpresa. Vio la mano de Choi sangrando abundantemente y como el abría cada vez más sus ojos al ver su brazo manchado, como un desquiciado.

Lee solo salió de la casa casi corriendo, sin cerrar la puerta de camino. Llegó a la casa de su madre y se encerró allí, tomando su teléfono y marcando el número del psiquiatra.

—Buenas tardes, necesito hablar con la doctora Lauren...— dijo totalmente desesperado.

💔💔💔


Yeonjun estaba sentado en el suelo con el frasco semi vacío y una sonrisa desquiciada en su rostro. Su cabeza estaba apoyada contra el respaldo del sillón y tenía su pierna izquierda flexionada con el brazo contrario apoyado en su rodilla.

Su visión se hizo borrosa. Su sonrisa era tan estúpida que no tenía razón para estar ahí. Jugueteaba con el frasco provocando que las pastillas salieran de el.

La puerta fue abierta a la fuerza y entraron dos muchachos que se llevaron a Choi. Estaba tan calmado que fue fácil subirlo a la camilla y bajarlo del edificio, y era un milagro porque gracias al efecto de las pastillas y los calmantes, Yeonjun no se volvía violento.

Los enfermeros chequeaban el estado de Choi. Tenía una gran cantidad de pastillas dentro de el que lo habían dejado fulminado y en ese espantoso estado que podía dar miedo.

Unforgivable~ YeonjunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora