Capítulo 5: Una fiesta de cumpleaños

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— Ni un día podemos descansar ¿Es enserio? — Su último día de vacaciones estaba pensado de ser algo super relajado, tal vez estar en casa todo el día y comer helado, o algo más simple, no hacer prácticamente nada que no tuviera ganas, pero al ver que su retoño estaba emocionado por ir solo suspiro derrotado — Esta bien, si iremos, solo que será un rato, ya si se quieren quedar por más tiempo los iré a recoger cuando eso termine — Era bien sabido que cierto entrenador no aguantaba estar en lugares con bastante gente por lapsos de tiempo alargados.

La señora de la casa sonrió ante las palabras de su esposo, ya que siempre buscaba ir a chismear con su mejor amiga cada vez que tenía tiempo libre, si ella no iba Bella venía como por arte de magia, a Reiji eso le llegaba a desesperar, esa fue una de las razones por las que tomaron vacaciones lejos de sus círculos sociales más cercanos — Gracias mi amado esposo, te recompensare por ese gran esfuerzo — Beso levemente la mejilla del mencionado para voltear a ver a su pequeño hijo que seguía en brazos de su padre.

— ¿Podre tener amigos mami? — Preguntó él pequeño niño de banda roja al ver con ojitos de cachorrito a la adulta — ¿Si tengo amigos puedo jugar seguido con ellos? — Quería más compañía para una casa realmente grande.

"Pero que tierno es mi bodoque" Estaba que se moría de tanta dulzura que desprendía su tesoro — Por supuesto que sí mi baloncito hermosos, ya verás que tendrás muchos amigos y ellos podrán ir a jugar contigo a la casa todo el tiempo que quieran —

— ¿En verdad mami, puedo hacer eso? — Volvió a cuestionar sin creerse toda la libertad que le daban — Prometo hacer muchos amigos y llevarme bien con ellos, también seré un buen amigo para nunca estar solo — Dijo al jurar con su manita.

— Ese es mi cachorro — La forma en que le acababa de decir, no sé debía a la comparación con la cría de algún animal, si no, que a ella desde que era una bebé de pañales le decían (Cachorro), es decir, ese sobre nombre se les daba a los integrantes de su familia desde varias generaciones pasadas.

— Por cierto papá — Ahora el hombre estaba con la completa atención de su infante — Los niños como yo, que mencionó de los niños feos que le hicieron cosas feas a mamá ¿También pueden ser mis amigos? — Vaya cosa que salía de la boca de Endou, perdón, digo Kageyama junior.

Se pensó unos segundos la respuesta que le iba a otorgar a quien no le dejaba de ver — Claro que si, en la semana sus familias tienen una pequeña reunión conmigo, la reunión será en la casa, les pediremos que los lleven para que se conozcan — Dictó con su temple seriedad.

Con sus manitas festejo aplaudiendo y mordiendo su playera a la vez — Gracias papás, los quiero mucho —

Después de darle más confianza al pequeño de short rojo, su charla termino a las puertas del gran complejo donde se proyectaban películas para todo público, la alegría y sorpresa del menor fue tanta que no podía escoger algo en especifico de lo que tenía enfrente, al contrario se estreso un poco, pero al final le compraron una cosa de todo lo que se ofrecía, así le enseñarían a escoger con más seguridad sus dulces e incluso ir definiendo sus gusto con el paladar.

— ¿Te gustó la película mi niño? — Cuestionó una castaña de ojos azules al salir de la sala del cine cargando los juguetes nuevos del menor a la vez con las palomitas que no se había terminado, lo demás ya no existía por que los tres eran de buen diente.

Al ir caminando daba saltitos justo enfrente de sus nuevos parientes, él cargaba en sus manos un vasito entrenador que tenía decorados de baloncitos de fútbol — Me encanto mami — Aseguró al asentir con euforia — Yo también me esforzare mucho para ser muy fuerte y así aplastar a todos los rivales que se me pongan enfrente — Esas últimas palabras fueron como un dulce tan perfecto para el adulto, quien también llevaba otra parte de juguetes de su hijo.

En el tiempo que les restaba de su día de compras las cosas fueron normales, tranquilas y agradables para una de las familias más peligrosas de todo el mundo, cuando se aseguraron de que Mamoru tuviera todo tipo de ropa, artículos de limpieza, caprichos, libros didácticos e interactivos por fin pudieron retirarse a su hogar.

— Me canse mucho, tengo sueño — Comentó, él pequeño enano al quedarse dormido en los brazos de su padre por que Ani pidió manejar en ese corto recorrido.

La cena fue divertida de nueva cuenta, a petición del niño de la casa comieron algo que desde hace tiempo tenía antojo, nada más y nada menos que una ensalada de fruta con pollo en trozos, además de otras cosas rápidas de hacer.

La mañana del día siguiente se paso volando tanto así que cuando Mamoru notó el pasar del tiempo ya estaba cambiado y subido al automóvil de su mamá para ir al evento de quien tal vez podría ser uno de sus amigos más cercanos en un futuro no tal lejano.

— Mi niño hermoso — Primero llamó al infante con ternura — ¿Si te trajiste el regalo para el sobrino de Bella? — Preguntó la castaña al notar que su pequeño no lo tenía consigo

— ¿El regalo? — Ladeó su cabecita al buscarlo por todo el asiento de atrás con su vista — ¡Lo olvide! — Llevó sus manitas a sus mejillas mostrando sorpresa — Iré por el regalo, lo deje en la sala, no tardo nada — Avisó al bajarse con velocidad y correr para traer dicha caja de tonos plateados.

Unos minutos más tarde los tres integrantes de la familia Oyuki Kageyama estaban en camino al otro lado de la ciudad Inazuma, al llegar fueron recibidos por la mejor amiga de la emperatriz del campo.

Bella Suzuno. La persona más cercaba a Oyuki Ani desde tiempos inmemoriales, amigas desde el jardín de niños, una mujer de tez clara, ojos verdes agua y de cabellos grises, cualquiera diria que el cumpleaños era su hijo, pero no, era su sobrino favorito y único familiar con vida — Pasen, pasen, sean bienvenidos a mi humilde morada — Su residencia era del mismo tamaño que la de los presentes a ojos de buen cubero — Sabes Anini, creí que no iban a venir por que les dije de ultimo minuto, pero me alegra que si estén presentes — Abrazo a la mencionada quien acepto el gesto sin problemas — Dime ¿Cómo han estado? — Preguntó al voltear a ver al salón donde varios niños ya estaban haciendo sus juegos tan característicos — ¡Fuusuke ven a ver quién vino! — Le llamó con una voz fuerte y clara al festejado.

— Veo que llegamos un poco tarde — Fue todo un dilema ver a su hermana de otra madre usar un kimono rojo con blanco en vez de sus típicos vestidos azules — Pues que te puedo decir amiga, tu ya viste que somos noticia nacional al nada más regresar de Italia —

La mencionada le prestó atención a la castaña, pero su vista fue a su sobrino que jalo un poco su vestido — Fuusuke, espero que te acuerdes de tu tía Ani — El pequeño de ojitos verdes asintió en señal de afirmación — Pero preséntate, que vino con su hijo y su esposo —

Al tener una indicación más clara salió de detrás de las telas de su tía — Buenas tardes, tíos Kageyama, mi nombre es Suzuno Fuusuke y hoy es mi cumpleaños, me alegra que nos acompañen en este día — Se presentó el menor con trajecito gris, su vista fue al otro niño que le sonrió de oreja a oreja — Es un gusto conocerte primo ¿Cómo te llamas? — Preguntó al estirar su mano en busca de saludar con educación.

Teikoku no Rekishi o Sai Kochiku SuruDonde viven las historias. Descúbrelo ahora