Capítulo 21: KIDO

13 1 0
                                    

Desde ese jueves el tiempo se pasó volando, fue tan rápido que ya habían transcurrido tres meses y un poquito más. El día favorito de Mamoru Endou, digo, de Rei Kageyama eran los sábados, ya que ese día únicamente lo pasaba con su papá, porque, a petición de su mamá, se les ordeno a ambos tener más contacto entre ellos, más que nada era un tiempo de calidad entre padre e hijo únicamente.

— ¿Entonces a dónde vamos a ir hoy papá? — Preguntó aquel niño de cabellos cafés que ahora vestía un traje morado con zapatitos negros y su típica banda en color blanco.

Ambos estaban saliendo de su casa después de comer, acordaron dar un paseo para pasar el rato de forma relajada, pero el celular del líder tuvo que sonar cambiando un poco los planes del par — Le haremos una visita a un amigo mío, así que nos dirigiremos a la mansión Kido — La respuesta para su hijo, fue una orden para su chofer, en este momento quien manejaba era el señor Kageno que con un simple asentimiento tomó camino rumbo a dicho hogar, en donde ya los esperaban.

— ¡Oh! — Llevó sus manitas a sus mejillas con asombro — Me suena muy divertido e intrigante conocer al señor Kido — Medio había escuchado hablar de aquel hombre, más ir a visitarlo le parecía algo excelente — Papá ¿Él señor Kido no tiene hijos verdad? — Preguntó al verlo.

— Estas en lo correcto campeón, más puede que le planteemos tener uno, todo depende de como se den las cosas, y como se que todo se va a dar bien, para la siguiente visita tú tendrás un amigo con quien jugar — Aseguró el terror del fútbol al acariciar la cabeza del arquero, quien soltó unas risitas por las muestras de afecto favoritas que su persona recibía por parte de su papá.

Fueron conversando de varias cosas, como el último partido de futbol de la temporada tanto profesional como escolar, una cosa que se les hizo costumbre es que Mamoru no se perdía ningún partido de Teikoku Gakuen, su padre siempre lo llevaba para que conociera el poder y el legado de su futura secundaria, además de que ya tomaba algunos apuntes, daba opiniones y puntos de vista también.

Unos diez minutos antes de llegar a su destino, él millonario entrenador de una secundaría se puso en contacto vía celular con la familia a cargo del Sun Garden, les pidió una lista de los niños que seguían sin ser adoptados.

— Te digo que es una lastima que ese par de hermanos fuera separado — Miraba y miraba un gran libro, mientras pensaba si sus acciones del día de ayer fueron las correctas — Insistí que se llegaran a los dos, pero la familia que vino solo se llevo a la niña — Tal vez tuvo que insistir más — Él niño no ha dejado de llorar y rogar por que le regresen a su hermana menor — Quien estaba al teléfono desde su oficina era la jefa del lugar, estaba en calma por que sus hijos estaban en casa con su padre — Pero sabes, ese niño siempre juega con un viejo balón mientras sostiene una revista algo deteriorada, a ojo de buen cubero tiene una gran calidad para nuestro deporte favorito —

Reiji se había puesto el teléfono en el hombro, para que su niño no pusiera atención en su teléfono, le dejo jugar con otro teléfono que siempre cargaba con fines de ocio — Me agrada que ese niño tenga convicción, puede que hoy mismo le demos un hogar, así que quítalo de la lista de disponibles y empieza a prepararme toda la papelería — Pidió a la peli roja quien al tener empezar con todo lo que se le solicito colgó la llamada — Mamoru ya fue mucho tiempo de celular, es hora de dejarlo — Su hijo le entrego el aparato al momento en que le dijeron que su tiempo con el aparato había terminado — Gracias campeón —

Ahora sí, la llegada a la mansión Kido ya no se retrasó, cuando el automóvil se detuvo primero bajo el chofer para abrirles la puerta a sus patrones y dejarlos bajar con comodidad — Con cuidado mi señor —

Quien esperaba en la puerta de su humilde morada era un hombre con modales de primera, muy educado y cortes, de aprécienla alta y robusta, su cabello canoso delataba que no era tan joven como se creía, un empresario importante para le economía japonesa de barba al mismo tono de su cabellera — Es una alegría muy grande recibirte en mi pequeño hogar — Saludo al adulto frente suyo, pero al notar a un infante lo saludo con una sonrisa — ¿Quién es este pequeño angelito? — No dudo en cuestionar al no saber como referirse al niño presente.

— Kido ¿Cuánto tiempo ha pasado desde que te vi, viejo amigo? — Reiji regreso el saludo cuando les invitaron a entrar — Es un rayito de luz que Ani y yo amamos con todo el corazón — Le paso un contexto muy flojo — Hijo por favor preséntate como se debe —

El infante por fin salió de detrás de su padre, acomodo su corbata para estar totalmente preparado, hizo un discreta, pero presente reverencia para el otro adulto — Es un gusto conocerlo Señor Kido, mi nombre es Rei Kageyama, soy el único hijo de mi mamá Ani Oyuki de Kageyama y mi papá Reiji Kageyama — Levantó la cabeza para darle una de sus sonrisas de oro.

Al ver tan esplendida actuación del pequeño Kageyama su sonrisa se volvió a hacer presente — Es un gusto joven Rei — Ambos se saludaron de un apretón de manos como la gente grande lo hacía, eso había emocionado al infante.

Tras algunos momentos de estar charlando, el dueño de la pequeña casa, que de pequeña no tenía nada, ya estaba al tanto del plan de sus aliados — Bien, me apunto — Dicto su veredicto sin dudar — Sabes Reiji, ya me siento algo cansado, digo, no seremos jóvenes siempre, así que es bueno buscar a alguien que pueda continuar con mi legado —

— Me sorprende escuchar eso de ti, pero me alegra oírlo — A pesar de la hora en que se reunieron, el tiempo que estuvieron charlando, y el tiempo que se llevaron de camino, por fin habían llegado al Sun Garden.

— Llegan justo a tiempo para ver al pequeño jugar solo — Akane guio a los recién llegados al patio trasero donde Kido pateaba su vieja pelota y sostenía su tan desgastada revista, él niño tenía los ojos algo hinchados de haber dejado de llorar hace poco, tampoco se había percatado de la presencia del grupo por estar concentrado en pequeña distracción.

Mamoru al reconocer a su amigo estuvo a nada de ir a su lado para jugar, pero en vez de eso su papá lo mando de vuelta al auto por su celular, — Él se llama Yuto — Compartió para dos de tres adultos presentes, antes de regresar al vehículo que lo trajo.

— Deja que yo me acerque a él, se ve un poco sensible — Kido en vez de permitirle a Reiji acercarse primero tomó la iniciativa de hacerlo él solo, el balón del infante por cosas del destino llego a sus pies — Hola jovencito ¿Por qué estas jugando solo? — Le preguntó al ver que esos ojos rojos no le miraban, solo estaban clavados en el balón — Es de mala educación no ver a quien te habla — Le corrigió con mucho tacto y delicadeza.

— Lo lamento, pero ¿Me puede devolver mi balón por favor? — Solicito el niño de rastas al ver por fin al gran hombre.

— Claro que te lo devolveré, más antes contesta mi pregunta — No iba a ser rudo con él pequeño huérfano, más necesitaba analizar un poco más su comportamiento.

No tuvo otra opción más que hacer caso porque en verdad quería su balón de regreso — No tengo amigos ya, mis amigos ya fueron adoptados y solo tenía a mi hermana menor, pero ella también ya fue adoptada, así que para distraerme un rato me pongo a jugar yo solito — Dio la explicación que querían, pero su balón no regreso a sus pies — Señor, me puede dar ya mi balón por favor — Insistió al proteger su otra pertenencia con algo de temor por que también se la quitaran.


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Teikoku no Rekishi o Sai Kochiku SuruDonde viven las historias. Descúbrelo ahora