Capítulo 16: Un día a día (4)

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— Papá se ve alguien muy duro y estricto, pero sé que en el fondo él es muy bueno y una persona de gran corazón, fue el primer adulto que me extendió sus manos después de mi tía Akane, quiero demasiado mucho a papi y a mami — Sin querer su balón se le resbaló de la cabeza y al momento de querer recogerlo le dio un pequeño golpecito que provocó alejarse el esférico de su persona, fue persiguiendo su balón unos treinta metros adelante hasta que chocó con pared que extrañamente se escuchó hueca, pero ese detalle se le fue al bajarla de pechito — Por poco — Por suerte no había roto nada, pero había llegado a una sala de sillones rojos con decoraciones doradas, supo que era la sala de estar de su papá por la gran foto que tenía de su mamá con su vestido de novia — Tengo que tener cuidado de no romper nada, tampoco me gusta que me regañen ni me griten, así que voy a hacer lo más cuidadoso posible dentro de la casa, entiendo que estas cosas valen mucho y personalmente no tengo nada para pagarlas — Para ser un pequeño niño estaba pensando cómo alguien muy grande, otra de las virtudes de este castaño, aparte de su mega sonrisa, era su inigualable inteligencia y raciocinio, sin pensarlo dos veces se sentó en uno de los sillones para descansar un poco mientras memorizaba todo a su alrededor — Les agradezco mucho a mamá y a papá por adoptarme no puedo dejar de decirlo y cuando tenga el suficiente valor se los diré a ellos frente a frente — Dejo su regalo en el sillón para ver mejor toda la sala, como si buscara algo en específico — Se que no es suficiente con decirles lo mucho que los amo, así que les voy a demostrar que nunca se equivocaron al adoptarme a mí y no a otros — Tocó su pecho al levantarse de un brinquito del cómodo lugar — Aunque también espero que a ellos los adopten pronto — Con ellos se refería a sus amigos que había hecho en los meses pasados — Oh, ¿Qué dulces son estos? — Por andar de curioso movió de su lugar un alhajero de cristal en forma de balón de fútbol, antes de que se diera cuenta que una puerta en la falsa pared se abriera metió un chocolate a su boca — Están ricos — Festejo saboreando lo amargo de la golosina — Tomare otro y me lo guardare para después de comer — Cuando el dulce estuvo en la bolsa de su ropa una corriente de aire frio le llamo la atención, él no había abierto nunca ventana para que la habitación cambiara de temperatura — ¡¿Eh?! — Ladeo su cabeza al darse cuenta de que una pared tenía una puerta secreta.

Rei se la pensó dos veces en entrar, primero retrocedió un poco queriendo hacer más distancia, tomó ripiadamente su balón e instintivamente salió corriendo de la sama, más a medio camino algo le hizo regresar — Tengo que cerrar eso para que no sepan que hice travesuras — Se dijo al buscar como arreglar lo que provocaba su curiosidad — Esto no es posible, como no me di cuenta de cuando abrí esto — Sin encontrar alguna pieza que le diera alguna pista se acercó a la abertura donde perdió el equilibrio al asomarse de más, inclinando su cuerpo hacía adelante — ¡Ayuda! — Gritó al azotar de cara contra un tuvo, que resultó ser un tobogán bastante extenso.

Fue bajando con miedo y diversión por el largo recorrido, cuando logro salir del juego termino acostado en un suave colchón que convenientemente estaba donde cayó — ¿En donde estoy? — Se preguntó el infante al sacudir su ropa, en ningún momento soltó su pelota — ¿Esto sigue siendo parte de la casa? — Mamoru estaba completamente confundido por la oscuridad del lugar — Quisiera encontrar un interruptor para encender la luz o una linterna — Sin tener que pedir más las luces se encendieron por si solas y una de las cámaras del lugar lo vigilaba con cautela — ¡Qué grande! ¡Esto esta increíble! — Dejo su pelota en el colchón para poder observar todo mejor, se subió a las dos sillas giratorias para leer lo que decía cada botón de un largo tablero, como todo niño fue apretando estos objetos intentando saciar su curiosidad.

Quien miraba todo esto desde su trabajo era nada más y nada menos que el nuevo padre del pequeño de cabellos cafés, Reiji se encontraba en Teikoku Gakuen preparando unos entrenamientos hasta que en una de sus tabletas electrónicas le llego la señal de que alguien sin autorización había llegado a su centro personal de entrenamientos, para no asustar a su hijo prefirió silenciar todas las alarmas y de paso lo dejo explorar libremente el lugar — Creí que tardarías más en descubrir esto, pero bueno ya que te adelantaste mi querido Rei me alegra haber puesto ese colchón de entrenamientos allí — Antes de que algo imprevisto pasara bloqueo el funcionamiento de cada botón del tablero que su niño aplastaba, así pudo manejarlo a su antojo.

Creía que cada cosa que se iba activando era otra suya, pero nunca se percato de que alguien le miraba con tanta atención desde detrás de un lente, al oprimir otro botón la luz de un tipo de cilindro se dejo ver enfrente de él — ¿Qué será eso? — Bajo de la silla de donde estaba con un brinquito, tomó de nuevo su balón y se acercó a la puerta de lado izquierdo del escritorio, al notar que estaba cerrada, dejo ahí su balón para volver a buscar el botón que le diera acceso, después de oprimir más botones por fin la puerta se abrió.

— Adelante hijo mío veamos que tan bueno eres en esto — Reiji decidió dejarle entrar a la capsula de entrenamientos especiales que Ani ocupada últimamente para mantener su figura — No me decepciones Rei —

— ¡Guau! ¡Esto es increíble! — Él niño no lo pensó dos veces para entrar en el nuevo espacio al que tenía acceso, como quería tocar todo dejo que su balón cayera al suelo de nuevo, primero le dio una vuelta a las pareces haciendo una circunferencia a la vez con su mano tocaba la pared que era lisa, pero en un punto se detuvo por que la textura cambio — ¿Por qué esto es diferente? Parece como si alguien hubiera roto la pared — Se sentó en cuclillas para ver mejor el cambio — Estas marcas no son parte del diseño de este lugar, fueron hechas después — Aseguró al hablarle a la nada según el pequeño — Bien, si el tablero controla esto quiere decir que cada botón hace algo claramente, pero ¿Qué hará cada uno? — Mamoru se levantó para girar su vista al máximo objeto de atención.

Esa pregunta fue un tipo de señal para su padre adoptivo quien empezó a mover sus piezas sin preguntarle a nadie — A la orden mi pequeño heredero, no quiero que te sobre esfuerces ni que mi Anini te regañe por ensuciarte ese lindo traje — Para evitar levantar sospechas evidentes, abrió una compuerta que guardaba un pequeño uniforme de fútbol en tonos azules con morado dejando algo de polvo a la intemperie — Tú siempre serás el número uno mi hijo — ¿Por qué había un mini uniforme en esa sala que convenientemente le podría quedar más grande al infante? Tres sencillas razones, la primera es que la pareja de casados siempre había deseado tener un bebé, la segunda es que ese sueño se fue yendo de sus manos con los tres abortos que sufrió la adulta de ojos azules y la tercera es que nunca perdieron la esperanza de tener un mini humano en su familia, una estrella que siguiera sus pasos.

— ¡Qué bonito uniforme! — Sin saber lo que ese pedazo de tela cocido representaba para sus padres, él infante de trajecito lo tomó para verlo bien, le dio la vuelta descubriendo que tenía un número en especifico en el dorsal — ¡Tiene un 1 como el de los porteros profesionales! — Festejo al salir de nuevo de la capsula para cambiarse lo más rapido que pudo, más alto faltaba — No puedo jugar con estos zapatos, mamá se enojaría si los maltrato — Iba a volver a cambiar su ropa, pero pudo alcanzar a ver una caja de cartón debajo del escritorio, sin pensarlo más tiempo fue por esta hasta que la tuvo en sus manos, al abrirla su emoción creció a un más, al sacar unos hermosos tenis deportivos de color blanco — ¡Perfecto! — Al ser un infante estas cosas le hacían concentrarse únicamente en lo que le entretenía, no sé puso a pensar más allá de lo que quería ver — Bien, ahora si puedo jugar — Dio otra vuelta para subir a una de las sillas — ¿Qué puedo hacer con estos botones? —

Kageyama padre activo la función de tres botones los cuales empezaron a brillar — El nivel cero empezó para ti hijo mío — Al momento que en Endou los presiono el piso del cilindro se empezó a mover haciendo la función de una caminadora.

— Yo voy a probar eso — Mamoru dio un brinco de nuevo para entrar al gran espacio, cuando sintió que si no sé podía las pilas empezó a trotar, estuvo trotando un largo rato hasta que... 

Teikoku no Rekishi o Sai Kochiku SuruDonde viven las historias. Descúbrelo ahora