Una nueva amistad

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¿No te pasaba de chiquito que cuando te dormías en cualquier lugar luego aparecías en tu cama? Pues esa fue la sensación que tuvo Neteyam cuando se despertó, por reflejo quiso ver la hora en su celular, lo buscó en su mesita de noche, pero entre las sabanas se dio cuenta que estaba en su bolsillo, algo raro si no fuera porque se había dormido en el sofá con sus hermanos y sabía que había quedado ahí por eso. Al mirar la hora casi se cae de culo si no fuera porque ya estaba acostado, eran las 4 am, había estado en 9 horas de un profundo sueño, casi que podría decir reparador, también vio algún mensaje que decidió ignorar, después se encargaría de ello.

Pensaba y pensaba, solo se levantó y bajó las escaleras para llegar a la cocina, no se había interesado en ver si Lo'ak estaba en la otra cama, trató de hacer el menor ruido, teniendo en cuenta la hora, al abrir la heladera se encontró con un túper que decía "la cena", lo agarró y se sentó en la mesa a comer, estaba a oscuras y eso le dificultaba la tarea, también teniendo en cuenta el dato de que no se acostumbraba del todo a tener 5 dedos, como lo hacían sus hermanos? Le parecía tan complicado, para un humano debería de ser fácil, pero claro, ahora mismo ese lado parecía estar durmiendo porque después de todo el sigue siendo un na'vi, cierto? Se le cayeron varios trozos de comida sobre su ropa, dejándola llena de manchas de diferentes colores, aunque no solo fueron sus prendas, sino que también terminó decorando el bello mantel de su madre, ahora si sentía algo de miedo y no por la oscuridad, eso nunca le había generado temor, hasta le parecía preciosa, era tranquila y solitaria, definitivamente eso le gustaba, excepto por el hecho de que manchó todo. Buscó un trapo para limpiar lo que había dejado, sin embargo no le serviría de mucho, pero valía la pena intentar, agarró uno que vio por ahí y lo mojó por si así fuera mejor, se acercó a la mesa y lo estuvo pasando con mucha dedicación, después de unos minutos tratando de arreglar el desastre lo pudo camuflar un poco, o eso pensaba debido a la poca iluminación, cansado de limpiar dejó el túper para lavar y salió por la puerta, algo raro pensaría la gente, salir a las cuatro y media de la mañana? Si, puede ser peligroso y si sus padres supieran lo retarían, pero como ellos no están despiertos no lo sabrán.

Caminaba hasta el nombrado parque, las calles se encontraban solitarias y su única iluminación eran los postes de luz, todo calmado, tranquilo, perfecto para Neteyam que quería algo de tranquilidad por un rato, en su camino pensaba en el día que había tenido, algo duro a su pesar, era complicado explicar lo que sentía, sabía que tenía que encontrar la forma de volver, pero ahora mismo no recordaba muy bien su obejtivo, solo llevaba dos días y ya no se sentía con tantas fuerzas, y no por haber estado en cama con cara de muerto, no sabía muy bien como enfrentar la situación, que le quería decir la gran madre? Solo le queda actuar como un chico normal, bueno, tratará, ya de por si no puede manejar bien el tema de los 5 dedos que va a saber de otras cosas, espera, poder seguir sacando conocimientos de su parte humana, eso era, tendría que investigar por ese conocido lugar llamado internet, un na'vi en la Tierra, que podría malir sal?

Ya había llegado al lugar y solo caminó hasta uno de los árboles, así adentrándose más en el parque, se veía realmente precioso, un silencio invadía el ambiente, pero no era un silencio incomodo, esa falta de sonido indicaba que no había acción humana alrededor, al lado del gran tronco se sentó, apoyando su espalda contra el mismo, suspiró y miró el gigantesco espacio solitario, la oscuridad le daba un toque sonoro al lugar, mientras se acompañaban los cantos de los grillos en esa venerada noche, era verdaderamente agradable, le recordaba a su hogar y eso lo hacía más importante para él, no había la misma clase de criaturas y de seguro la energía no se movía igual, pero esta tranquilidad en una equilibrada esencia nocturna le encantaba, podía recordar el suave toque de la naturaleza, pudo saborear el sabor de la sal del mar y así ante sus ojos pudo ver el brillo que brindaba el arrecife, una luz hermosa que acompañaba el sonar de las olas rompiendo en la orilla, esa sensación de arena entre los pies le recorría de nuevo, la sencilla, pero pícara voz de Aonung lo abrazaba, el momento que había soñado, ese bello deseo de estar con alguien, podría decir que fue solamente divertido, sin embargo conoce a la perfección el reflejo de las estrellas en los ojos del chico, se veían mejor ahí, en esos luceros del mismo color que uno diría como "océano", claros y con calma, ofreciendo paciencia para Neteyam, porque es el único al que esa mirada se lo daría, el único al que Aonung amaría. Una lenta y nostálgica lágrima saluda, quiere abrir los ojos, pero sabe que si lo hace ya no va a estar ahí, solo quiere amar, aún sin saber que ya lo hace, sin saber que su corazón late y no late por otra cosa que no sea amor, ahora debería latir y lo hará, porque con una unión tan sincera, no habrá nada que lo parará.

𝓛𝓪 𝓯𝓸𝓻𝓶𝓪 𝓭𝓮 𝓻𝓮𝓰𝓻𝓮𝓼𝓪𝓻 ° 𝓝𝓮𝓽𝓮𝔂𝓪𝓶 𝔁 𝓐𝓸𝓷𝓾𝓷𝓰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora