Survivor (Sproier AU)

4

Roier lloraba mientras intentaba moverse por el muelle, quejándose debido a la herida en su pierna. Miraba detrás de él y aquel sujeto se le acercaba lentamente, empuñando el gancho cubierto de sangre en su mano derecha.

El castaño trató de correr, pero por su pierna herida terminó cayendo al suelo, quejándose más.

— ¡Ayuda!— Gritó con fuerza, empezando a arrastrarse por la madera.

Mientras lo hacía, escuchó un silbido detrás de él y sintió un escalofrío recorrer su columna vertebral.

Mientras se alejaba, sintió que le tomaban de un pie y empezaron a jalarlo, Roier gritó mientras trataba de aferrarse a las tablas del muelle mientras lo arrastraban. El asesino lo giró para que quedara boca arriba.

— Por favor...— Roier imploró mientras el asesino pasaba el gancho por la piel del rostro del adolescente, quien chilló más por el miedo.

El asesino levantó su brazo derecho y Roier miró la punta filosa del gancho, se veía amenazante, listo para atravesar su piel, pero justo en ese momento, una flecha atravesó el brazo del asesino.

El Pescador gritó por el dolor y su gancho cayó al suelo, entre las piernas de Roier, quien empezó a arrastrarse nuevamente mientras el asesino, entre muchos quejidos, sacaba la flecha de su antebrazo.

— ¡Aléjate de él!—

Roier miró detrás del asesino, ahí estaba la señorita Edurne, con un arco y una nueva flecha, amenazando al asesino.

— No lo diré de nuevo— Comentó la mujer— Deja al chico—

Edurne se quedó de pie, con una mirada retadora en su rostro, sosteniendo aquel arco contra El Pescador.

— Roier—

Roier salió de su trance al oír la voz de Spreen, ahí se dio cuenta de que presionaba su taza tan fuerte que tenía que la cerámica se rompería entre sus manos.

— Perdón, me distraje— Dijo el chico.

Spreen solo le presionó un hombro antes de colocar una taza de café frente al alguacil.

— Gracias— Staxx agradeció y Spreen solo fue a sentarse junto a Roier.

— Entonces ella...—

— Lamento mucho esto— El alguacil comentó— Sé que para ustedes sobrevivientes la pérdida de uno de ustedes es algo duro para afrontar—

Roier solamente asintió en silencio.

— Y también, debo hacer unas cuantas preguntas de rutina— el policía informó.

— ¿Qué querés decir con preguntas de rutina?— Preguntó Spreen.

— Solamente necesito saber dónde estuvieron ustedes dos anoche— Preguntó Staxx.

— ¿Está sospechando de nosotros?— Preguntó Spreen, frunciendo el ceño.

— No es sospecha, es descarte, no estoy diciendo que alguno de ustedes haya asesinado a Edurne—

— Estuvimos aquí toda la noche— Roier respondió— Llegamos aquí como a las 7:30 y no volvimos a salir. No he estado en mi departamento desde ayer en la mañana—

— Bien— El alguacil escribió algo en un pequeño bloc de notas— Pero, esto es lo más serio que quiero tratar con ustedes—

— ¿Ahora qué?— Preguntó el pelinegro, más fastidiado.

— Esto es extra oficial, no debería darles toda esta información, pero necesitan saberlo— Staxx comentó— En la escena del crimen encontramos recortes sobre la masacre del campamento—