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— Gracias— Mariana dijo con mucho alivio en su voz, luego levantó la vista para ver a Roier y a Aldo— La policía ya viene—

Aldo y Roier suspiraron aliviados al oírlo. El castaño se pasó las manos por el cabello, sonriendo un poco, pero entonces miró la gran ventana de la oficina y su sonrisa se borró.

— ¡Mariana, cuidado!— Roier gritó para ver cómo la ventana se rompía cuando El Pescador se lanzó contra ella.

Los cristales volaron por la habitación y el hombre aterrizó justo para clavar su garfio en la espalda de Mariana.

— ¡No, Mariana!— Aldo gritó, pero el miedo lo paralizó.

— ¡No!— Roier, por otro lado, sintió que algo se prendió en su cabeza.

Justo cuando el asesino clavó su garfio nuevamente, Roier salió de la oficina y corrió por el corredor hasta una orilla, tomando el extintor de la pared y regresó a la oficina.

— ¡NO, OSVALDO!—

Cuando Roier entró, vio una escena horrible.

El Pescador tenía a su amigo contra la pared, con su garfio clavado en el estómago, lo peor es que el asesino iba subiendo el gancho, rasgando su piel.

— ¡Aldo agachate!— Gritó Roier y presionó la manija del extintor, lanzando su contenido contra El Pescador, quien se alejó de Mariana y retrocedió hasta caer detrás por la ventana, luego le tiró el extintor— ¡Vámonos!—

Roier y Aldo corrieron para levantar a Mariana y ayudarlo a salir de la oficina.

— No puedo...— El más alto dijo, quejándose a cada paso que daban.

— La enfermería está allá enfrente, vamos a ayudarte, ¿Oíste?— Dijo Aldo, pero Mariana no podía caminar.

— Esperen, esperen— El Mariana dejo de caminar, Roier y Aldo lo vieron.

El chico tenía la mirada perdida y estaba escupiendo sangre, sin contar que Roier temía que algo saliera de la gran herida que su amigo tenía en su estómago.

Los tres se detuvieron y Mariana simplemente se tiró contra la pared y se dejó caer en el suelo, sentado y sosteniéndose la herida en el estómago.

— Váyanse...— El más alto dijo con voz baja.

— No— Aldo respondió— No, Roier se va a quedar aquí contigo y yo voy a ir a la enfermería para tomar cosas y...—

— Aldo— Mariana tomó la mano del otro chico, negando con la cabeza— Hasta aquí llegué—

— No— Aldo negó, sintiendo un nudo en la garganta— Todavía podemos hacer algo, no te vas a morir—

— Vamos a salir vivos los tres— Roier dijo, fue a colocar sus manos sobre la gran herida del estómago. Había mucha sangre, el corte empezaba en la parte superior de la pelvis y se extendía hasta estar por encima del ombligo. Roier lo supo.

El castaño miró a Aldo, quien le devolvió la mirada, muy a su pesar, ambos estaban resignados.

— Roier...— Mariana habló, escupiendo toda la sangre acumulada en su boca— Eres mucho más valiente de lo que crees y eres una luz para los demás—

Roier había empezado a llorar y Aldo, ni se diga.

— Aldo...— El más alto tomó la mano de su novio con más fuerza— Nunca te olvides que te amo—

Survivor (Sproier AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora