Survivor (Sproier AU)

Final

Spreen miró con horror como Ari les apuntaba a los tres con la pistola y entonces fue que él reaccionó.

— ¡Corran!— Gritó Spreen empezando a empujar a Juan y Quackity.

— ¡Al sótano!— Gritó Juan justo antes de que otro disparo sonara.

El de gafas alcanzó a abrir la puerta, usándola también como escudo para las balas. Juan logró meterse y meter a Quackity al sótano mientras que Spreen se asomó dentro de la cocina y tomó un cuchillo de la barra antes de correr a la puerta del sótano, cerrando la puerta detrás de él.

Spreen bajó por completo, esquivando a Quackity, quien estaba sentado en los últimos escalones.

El de ojos morados analizó a las dos personas junto a él en el sótano. Quackity estaba llorando, abrazado al barandal de las escaleras. Juan era un manojo de nervios, parado junto al refrigerador. Ambos lucían igual de alterados.

Pero él no podía confiar en ninguno de los dos.

— ¿Ahora que hacemos?— Preguntó Juan, pero Spreen tomó el cuchillo con ambas manos y apuntó hacia el frente.

— No sé, pero ninguno de ustedes se me acerque— Spreen dijo, llamando la atención de ambos.

— ¿Ahora que mierda te pasa?— Preguntó Quackity al verlo.

— Uno de ustedes también es un asesino— El azabache dijo— Si Ari fue atacada en la biblioteca es porque tiene un cómplice—

— ¿Y vas a culparnos a nosotros?— Preguntó Juan.

— No confío en nadie— Spreen dijo mientras empezaba a caminar— Quackity, largo de las escaleras—

— ¿Ahora que vas a hacer?— El de gorra dijo, poniéndose de pie.

— Ir por Rivers, la dejamos allá arriba con una puta asesina psicópata— Spreen avanzó hasta las escaleras, subiendo los primeros escalones, pero aún viendo hacia Juan y Quackity.

— ¿Y si Rivers es la otra asesina?— Dijo Quackity.

— ¿Qué decís?— Spreen frunció el ceño.

— Digo... Ari fue directo contra nosotros y no hizo nada contra ella aún teniéndola al lado— Quackity se explicó— Si Ari fingió un ataque, Rivers tampoco pudo—

— Y como sabemos que no eres tú el otro asesino— Juan lo acusó— Y solo nos vas a dejar aquí para tender una trampa—

— Sos un imbécil, Juan—

— ¡Nadie puede confiar en nadie ahora mismo!— El de lentes gritó— El otro asesino también podría incluso ser Roier—

— ¡Cerra el horto!— Spreen gritó— La única persona en quien confío ahora mismo es en Roier y no voy a pasar un segundo más acá con ustedes—

Spreen volvió a subir las escaleras poco a poco, mirando hacia el interior del sótano hasta que llegó a la puerta.

— Disfruten matándose entre ustedes, pelotudos— Spreen abrió la puerta y salió rápidamente del sótano aún con el cuchillo levantado para defenderse.

Pero no había nadie cerca.

Se asomó a la sala, la cual estaba vacía, aún con la película reproduciéndose. Luego caminó a la cocina, la cual también estaba vacía, sin señales de vida más allá de las botellas vacías de cerveza en el mesón.

Spreen siguió caminando hasta llegar a las escaleras de la casa. Sin bajar la guardia, empezó a subir lentamente, la extraña calma en la casa le daba una atmósfera mucho peor a la situación. Spreen quería aparentar tranquilidad, pero estaba muriéndose de miedo.