Wang Darren, es un tímido y tierno Omega, mitad lobo y mitad brujo, que pertenecía al clan Wang, el reino de los lobos.
Hijo de la omega Carman Lee, la bruja más poderosa del clan Lee, el reino de las brujas y de Wang Ziteng alfa heredero del reino de los lobos.
De ahí su linaje de ser mitad lobo y mitad brujo, a temprana edad el lobito se convirtió en un fugitivo de su propio clan.
Debido que según su abuela por parte de madre y la nana de su padre, él, había sido el elegido de la madre luna, por una profecía que decía que el sería el portador que llevaría en su vientre el destinado del futuro rey vampiro.
Quienes serían los que volverían a unir al mundo a los cuatro reinos de cómo eran al principio dónde todo era paz, dónde había tranquilidad, dónde no existía la codicia.
Cuando el líder del reino lobo, Wang Ming, se enteró de dicha profecía, atacó a sus padres para poder tomarlo y secuestrarlo y así mismo hacer con el experimentos hasta que pudiera dar a luz al elegido.
Wang Ming era un alfa que muchos conocían como un monstruo psicópata que tenía hambre y ambición de poder, ninguno de los reinos lo quería tener de enemigos.
El convocó a una reunión a los dos reinos restantes, brujas y humanos para poder atacar al clan de los vampiros, al reino Xiao, porque ellos eran los más poderosos y quiénes gobernaban la mayor parte a nivel mundial los vampiros y negocios multimillonarios.
Aunque ellos eran los segundos al mano, se dedicaban a la investigación la mayoría eran científicos y algunos otros a la medicina naturista.
Pero el quería gobernar los cuatro reinos, quería que todos estuvieran a sus pies, su ambición lo llevo a perder la cordura y así mismo a su reina Omega, madre de su cachorro Wang Ziteng.
Debido a que Wang Ming descubrió que Darren, era parte de la profecía que el también conocía, al pequeño Omega no le quedó de otra que a temprana edad inmigrar solo al Clan vampírico, al reino Xiao, en medio de una fuerte batalla entre sus padres y el líder de los lobos.
Quienes hicieron hasta lo imposible, con tal de que su cachorro saliera ileso de la manada Wang y fuera con los reyes Xiao quiénes eran muy buenos amigos de ellos, sabían que lo protegerían cómo a su propio hijo.
Sus padres habían sido muy claros y exigentes, al decirle que debía correr lo más rápido que pudiera y llegar donde los reyes para que lo protegieran.
Corrió como nunca lo había echo en toda su vida, sentía como sus pulmones quemaban por la falta de oxígeno, no le era suficiente y a eso agregarle el ataque de pánico que estaba teniendo en esos momentos, por haber escuchado un fuerte gruñido de su padre cuando fue golpeado por su abuelo.
Quizo regresar para apoyar a sus padres, el podía sentir por medio de su lazo fraternal, que ellos estaban sufriendo con tal de salvarlo.
A punto de girar para volver cuando escucho la voz tan dulce y relajante de su madre que le hablo por su lazo materno.
- No pares mi niño, sigue corriendo, no te preocupes por nosotros que pronto te buscaremos, sabes que tu padre es el lobo más fuerte, el no va caer fácilmente con tu abuelo.
- Pero mami, yo quiero ir ayudarles - susurraba entrecortado el lobito de pelaje gris.
- No mi niño, no puedes volver, debes ser fuerte y no caer en las manos de tu abuelo, oh te convertiras en un conejillo de laboratorio para sus experimentos, asi como todos aquellos omegas que han caído en manos de tu malvado abuelo, así que sigue corriendo todo lo que puedas, hasta que estés con lo reyes me sentiré tranquila.
- Pero papá y tu mami - el y su omeguita lloraban de dolor, podía sentir las emociones de sus padres.
- No te preocupes mi amor, yo protegeré a tu padre y estaremos contigo muy pronto, ahora no voltees atrás y corre mi amor.
Y eso fue lo último que supo de ellos, la última vez que escucho la dulce y suave voz de su madre y de su padre lo último fue el gruñido fuerte y no volvió a saber más de ellos, su lazo se cortó.
No pudo soportar por más tiempo el dolor y a punto de llegar al reino Xiao su corazón no soporto y cayó inconsciente, lo único que recuerda fue haber visto y sentido dos presencias cerca de él.
Su Omega aún en sus últimos momentos lúcidos logró poder susurrar destinado y todo quedó en oscuridad.
Cuando despertó, estaba asustado al ver que había una habitación con paredes blancas, su lobito lloró en agonía, pensando que habían sido atrapados por su abuelo y que de nada había servido el sacrificio de sus padres.
- No, no, no - gritaba de desesperación y sollozos lastimeros, empezó a quitarse el suero que estaba en su mano.
- Shhh, tranquilo lobito, no te haré nada - susurro una voz suave y profunda.
El lobito Omega, abrió sus ojitos de a poco y suspiro profundo, al sentir un delicioso aroma de chocolate con menta que empezaba a relajar a su Omega.
- Nuestro destinado - le susurro su omeguita y movió su colita emocionado.
Sin ser consiente, Wang Darren dejo salir sus feromonas, su dulce aroma de fresas con frambuesas y un toque de menta al igual que las feromonas de su destinado.
No podía quitar la mirada de esos ojos color chocolate al igual que la embriagante aroma del alfa.
Su Omega se volvió tímido y se sonrojo hasta el cuello, cuando notó como los labios del alfa se curvaban hacia arriba en una linda sonrisa, al ver cómo respiró profundo su exquisita y dulce fragancia, que podía volver loco a cualquiera.
Hasta ese momento fue consiente que sacó su aroma, tapó su rostro con sus manos, para que no lo viera de esa manera.
Ambos salieron de sus pensamientos al escuchar un carraspeó, quitó sus manos para ver quién era el recién llegado y pudo notar un color entre marrón y rojo en esa mirada tan intensa que sentía le desnudaba hasta el alma.
Al parecer su aroma no solo volvía loco a su destinado, había alguien más inquieto por su fragancia, así que hizo todo lo posible por esconderla al escuchar con el alfa que su omeguita decía era su destinado le gruñía posesivo al recién llegado.
Su pelea de miradas terminó cuando vio llegar a una pareja, que por su vestimenta se imaginaba eran los reyes Xiao que sus padres le habían hablado.
- Hola - sonrió la que parecía era la reina - como te sientes, has descansado lo suficiente.
El bajo su mirada tímidamente y sentía sus mejillas calientes de sonrojadas que estaban.
- Mmmm, si, gracias por preguntar, dónde estoy disculpe - mordió su labio inferior de los nervios que sentía.
- En el reino Xiao, el clan vampírico - respondió una vos fuerte y profunda - podrías decirnos quién eres jovencito.
- So. Soy Wa..ng.. Wang Dar..rren - decía muy nervioso al ver que tenía cuatro miradas sobre él.
- Wang Darren - pronunció fuerte su nombre, haciendo que el Omega diera un brinco del susto - y se puede saber que hace un híbrido mitad lobo y mitad brujo en mi reino.
- Mi rey - susurró suavemente y tomando su mano la reina Xiao al rey Fengmian, al ver cómo el lobito empezó a temblar del miedo.
- Re..Rey - susurró con esperanza el lobito y sus ojitos brillaron al levantar su rostro, ellos eran los amigos de sus padres, llevó sus manos a su cuello y se quitó el collar - ando buscando a los reyes Xiao.
- Y para que los buscas - se paró frente a sus padres el príncipe, con su ceño fruncido y una mirada incrédula y muy frívola.
- Vengo de parte de Wang Ziteng y Carman Lee, soy su hijo, papá me dio su collar para que se los mostrará a los reyes - mostró en sus manos un hermoso collar.
Xiao Fengmian, abrió sus ojos sorprendido y con dolor en su mirar, sus ojos se pusieron acuosos, un nudo se formó en su garganta al ver el collar en las manos del omega.
Ese hermoso collar tenia un gran significado tanto para el como para su gran amigo del alma, ellos lo habían echó junto a Wang Ziteng cuando aún eran niños, se habían conocido en el colegio.
En esos tiempos de paz, los cuatro reinos enviaban a sus hijos a estudiar en los mismos colegios, no importaba que reino fuera, no había acepción de personas, de rangos, ni nada, todo era felicidad y armonía entre los reinos.
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El Hijo de Wang Darren
FantasyTe odio como no tienes ideas, eres igual a ellos dos, maldita la hora en que te conoci y no sabia que especie eras. Todos tenian razon al decirme la clase de ser que eras, cai como un tonto en tus juegos, me enamore de ti como nunca lo habia echo, t...