Cuento de Hadas y Dioses

Capítulo 64

"Todo soldado piensa algo en los aspectos morales de lo que está haciendo. Pero toda guerra es inmoral y si dejas que eso te moleste, no eres un buen soldado".

— Curtis LeMay

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"¡Si estuviéramos en el mismo equipo, dominaríamos a la competencia!".

Blake echó un vistazo hacia donde hablaban sus dos objetivos prioritarios, número uno "evitar a toda costa".

"Mhm."

O, bueno, menos que estuvieran hablando y más que el Schnee había emboscado a Nikos mientras ella recogía cosas de su taquilla.

"Tú serás el mejor en combate del curso —obviamente— y yo he conseguido la máxima puntuación en la sección académica del examen de clasificación. Seremos los dos mejores alumnos de la escuela como compañeros!".

"Ah, sí, eso suena encantador".— no podía faltar la plasticidad de la voz de Nikos.

"Me alegro de que pienses así, ¡seremos excelentes compañeros!".

Tal vez no.

"Bueno, aún tenemos que ver cómo se determinan las parejas. Puede que no podamos elegir a nuestros compañeros", dijo el luchador campeón, sonando extrañamente esperanzado de que no fuera voluntario.

"¡Oh, tonterías! Tienen que dejarnos ser compañeros, incluso estamos asociados a través de Perc... er... ¡Perseus! Aunque nunca le he visto luchar, ¿es tan bueno como dicen los rumores?".

"Ajá, sí... ¡Es... muy bueno!"respondió la pelirroja, con un entusiasmo forzado que se filtraba en cada palabra.

Blake dio un respingo, cerrando su propia taquilla. La princesa de hielo podría ser la persona más socialmente inconsciente que jamás había visto. Estaba claro que estaba alejando a la campeona con cada nuevo intento de conquistarla.

Justo antes de que Blake se alejara, se dio cuenta de que un chico rubio se interponía entre las dos, hablando con la Schnee, que parecía bastante molesta de que se interpusiera entre ellas. Lo último que vio antes de atravesar la puerta de salida del baño fue a Nikos lanzando una sonrisa de agradecimiento a la nuca del chico. Vaya, Blake no era la única que tenía un mínimo de percepción social.

Un momento después le recordaron que, aunque no era la única, seguía estando en minoría.

"Hola, pequeña, oscura y misteriosa", la chica bulliciosa que se había negado a dejarla sola la noche anterior -¿Bang? ¿Yang? Eso era - se acercó a caminar junto a ella. "¿Has dormido algo?"

"Mucho. Blake se quedó muda, sin que la chica se diera cuenta de la evidente falta de entusiasmo en su voz. Ya era bastante malo que fuera demasiado enérgica —especialmente para esta hora de la mañana—, pero para colmo era amiga de Nikos. Si Blake se quedaba atrapada como compañera de la rubia en un equipo con las dos mascotas favoritas de Perseo, bien podría tomar el siguiente vuelo a las tierras sombrías en lo que a su esperanza de vida se refería. Aunque tuviera problemas con el Colmillo Blanco, en ese momento sería preferible abandonar Beacon y arriesgarse a huir.

"Bueno, eso es bueno, necesitas tu energía para la iniciación, ¿verdad? ¿Estás emocionada?"

¿Qué le pasaba a esta maldita chica?

"Extasiada", volvió a decir, considerando la posibilidad de decirle a la rubia que la dejara en paz.

No, eso podría darle la salvación temporal, pero llamaría la atención. Lo último que necesitaba era que una chica alta, brillante y pelirroja se acercara a regañarla por herir los sentimientos de su amiga.