Capítulo #3: El ataque

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Hubo un silencio aturdidor por unos segundos al escuchar aquella explosión. Crock se levantó de su asiento dispuesto a ir a investigar.

—Cariño, no vayas —dijo su esposa al observar la expresión de su rostro; conocía bien a su esposo y sabía que iría a buscar supervivientes y averiguar qué pasó.

—Esto puede ser un ataque o un horrible accidente. Es mi deber como general investigar y capturar a los responsables —tomó uno de los tenedores de la mesa—. Tenemos que alertar a la población. Puede que sea una falsa alarma, pero no me arriesgaré —cubrió el tenedor con un poco de su energía y lo lanzó hacia una campana que estaba en el centro de la aldea, la cual comenzó a sonar.

—Drile, cuida a tu madre. Yo... —se detuvo al arrancarse el collar de diente de su cuello para colocarlo en el interior de un kunai con el filo acocodrilado—. Yo tengo que ir a investigar —su aura lo cubrió totalmente, tomando una forma humanoide con cabeza de cocodrilo, dio un salto que lo hizo casi volar por los aires.

Drile miró a su madre; ella tenía una cara de preocupación. Sabía lo imprudente que era su esposo. Drile tomó a su madre de la mano y comenzaron a buscar un refugio en las cercanías.

Crock comenzó a escalar salto a salto la cascada para llegar aún más rápido. La escena que vio no le dio buena espina; el templo estaba totalmente destruido. El agua que corría por el río inundaba los escombros y el sonido del agua cayendo hacía que la atmósfera se sintiera intranquila. Crock no perdió el tiempo y comenzó a buscar supervivientes entre los escombros.

—Hey, ¿estás bien? —dijo al ver una silueta moviendo algunos escombros—. Eres uno de los pocos que sobrevivió; me alegro por eso. —El chico se levantó y bajó el gorro de su capa.

—No puedo decir lo mismo —los ojos amarillos brillantes del chico miraron a Crock—. No logro encontrar algo que estuve buscando.

Crock se acercó al chico para ayudarlo a buscar lo que sabía que estaba buscando. El agua poco a poco comenzó a subir, inundando los escombros. Crock estaba preocupado; sabía que el agua y la oscuridad de la noche no les ayudaría mucho.

—Oye, chico, ¿qué tal si vamos a buscar ayuda? —sugirió Crock mientras buscaba sobrevivientes—. El tiempo está en nuestra contra. Vamos, acompáñame; buscaremos lo que estés buscando después.

El chico se detuvo al ver que el agua cubrió por completo los escombros.

—Ya es demasiado tarde; el agua cubrió todos los escombros. Lo que estaba buscando debe estar debajo de esta represa.

—Vamos a casa, chico; ya no hay nada que hacer aquí.

—¿Ir a casa? Yo no tengo un lugar al cual volver —cerró su puño con rabia—. Me lo arrebataron hace mucho tiempo.

Crock se acercó a él para intentar tranquilizarlo, pero el aura del chico se volvió violenta al decir aquello, pensó que era uno de los afectados por la guerra de bestias, al igual que él.

—Tranquilo, hijo; todo estará bien —lo tomó de sus hombros para reconfortarlo.

—¿Por qué siempre me dicen eso? —el aura del chico creció casi 5 veces su tamaño, tornándose de color amarillo oscuro, el mismo destello que se vio hace un rato—. Todo estará bien cuando mi padre sea vengado y yo recupere por lo que derecho me pertenece.

El aura del chico adoptó la forma de un dragón amarillo oscuro de cuatro patas. El chico se quitó la capucha, dejando ver un collar similar al que tiene Crock.

—Yo soy Cadmus, el descendiente del rey dragón, y he venido en busca de los dientes de mi padre —el espíritu de Cadmus le dio un zarpazo a Crock; apenas pudo cubrirse de aquel ataque con uno de sus kunais.

Jungle Beast WarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora