Hace mucho tiempo, en una isla desconocida en medio del océano, vivían las poderosas tribus bestia, humanos que tenían una conexión muy cercana con la tierra y vivían en armonía con su espíritu animal. Eran diversas razas que coexistían, pero una de las tribus más poderosas y respetadas eran los reptiles, liderados por el gran maestro cocodrilo, uno de los líderes más poderosos de todos los tiempos.
—Señor —dijo uno de los guardias al entrar a su despacho—, es hora general. El líder cocodrilo se levantó de su asiento.
—Al fin es el día en que conoceré a mi sucesor —dijo con una sonrisa en su rostro—. ¿Qué haces ahí parado? Llévame al lugar donde está mi esposa —el chico dio un salto al escuchar la petición de su general y comenzó a correr para guiarlo.
—He esperado con ansias este día —se colocó un collar con un diente—. No te haré esperar, hijo mío —un aura verde oscura lo cubrió y salió a una velocidad sobrehumana de la habitación.
—Señor —dijo la enfermera al verlo llegar.
—¿Cómo está mi esposa? ¿Están bien los dos? —la enfermera asintió, comenzando a guiarlo a la habitación donde se encontraba su esposa.
El aura del general estaba inquieta; se notaba su emoción mientras se acercaba a los cuartos. Finalmente, entraron a la habitación donde descansaba su esposa.
La habitación estaba iluminada tenuemente por unas cuantas antorchas. El general se acercó a la cama donde estaba su esposa.
—Hola, querida —dijo mientras se acomodaba junto a ella.
—Crocky, llegaste, querido —dijo su esposa con un débil tono de voz.
—¿Cómo estás, querida? ¿Te encuentras cómoda? —Crock tomó su mano mientras se acercaba a ella.
—Estoy bien, querido, solo algo cansada —giró para verlo mejor—. Tenemos un niño sano y fuerte —sonrió al decirle eso a su esposo—. Al igual que tú, cariño, estoy muy feliz por eso.
Crock besó su mano, se levantó para ver a su hijo y, temblando por los nervios, caminó hacia la cuna. Lágrimas de emoción se formaron en sus ojos al ver a su hijo en la cuna.
—Es tan pequeño, pero serás un gran guerrero, hijo mío —lo cargó en sus brazos, y una pequeña manifestación de color verde claro en forma de cocodrilo apareció sobre su hombro izquierdo del pequeño niño—. Oh, mira, tu espíritu animal se manifestó demasiado rápido —intentó tocarlo con una mano, pero esta lo atravesó, molestando al animal—. A ver, chiquitín —cubrió su mano con su aura para poder tocarlo—. Trataré de no hacerte daño con esto —al intentar tocarlo, el pequeño cocodrilo se lanzó sobre la mano de Crock—. ¡Ay! Espera, no te haré daño —comenzó a mover su mano para intentar liberarse.
—Cariño, te dije que era fuerte —dijo su esposa mientras comenzaba a reír.
—No pensé que lo fuera tanto, es que míralo —volteó para que su esposa notara cómo el cocodrilo lo mordía con tanta fuerza que incluso con su mano levantada, su mandíbula no lo soltaba—. Es un orgullo para su padre —regresó a su hijo a la cuna, y al hacerlo, el pequeño cocodrilo lo soltó y se acostó junto a él.
—Es mi mayor orgullo —dijo Crock mientras se ponía una venda en su mano, y su esposa lo miraba con el ceño fruncido—. Sí, tú también eres uno de mis mayores orgullos —volvió a sentarse junto a su esposa—. ¿Has pensado en algún nombre para él? —preguntó Crock.
—Pensaba en llamarlo Drile —dijo su esposa mientras se acomodaba en su cama—. ¿Qué te parece? —Crock soltó una pequeña risa—. Me encanta ese nombre —se acercó a su esposa para besarle la frente—. Será un gran guerrero y una persona que será recordada por generaciones —dijo mientras se dejaba caer en su silla.
—Cariño, no hagas tanto ruido —Crock se tapó la boca al darse cuenta y giró para verificar si el bebé no se había despertado, viendo cómo el espíritu animal de su hijo asomaba la cabeza por arriba de la cuna, dio un suspiro de alivio al ver que seguía dormido.
—Sé que será un gran guerrero. Estoy demasiado orgulloso de él. Pero —dio un suspiro—, tengo miedo de que no cumpla tus expectativas y te decepcione —Crock tomó su mano—. No creo que eso pase. Él será, pase lo que pase, mi mayor orgullo —su esposa soltó un suspiro de alivio—. Me da demasiada paz oírte decir eso —relajó su cuerpo en la cama—. Creo que podré descansar por un rato —Crock se levantó de su silla y salió en silencio de la habitación.
—General, ¿cómo están los dos? —preguntó el guardia que estaba afuera de la habitación.
—Fue demasiado gratificante, pero no es momento de festejos —se acercó a la ventana que dejaba ver el cielo nocturno de la isla—. Es momento de que nos preparemos para lo que se avecina —dijo mientras tocaba el dije que tenía en su collar.
ESTÁS LEYENDO
Jungle Beast War
Aksiyonen una isla remota, viven los clanes animales gente que tiene una conexion muy grande con su espiritu animal, ellos vivian en paz hasta que una raza se quiso alzar entre las demas