Jungle Beast War

Capítulo #9: El Intruso

Ambos se separaron después de forcejear por unos segundos; los nudillos de Drile se enrojecieron por el esfuerzo que había hecho para detener el ataque. Nunca había usado un arma que no fueran sus guantes, pero eso no evitaría que peleará con toda su fuerza. El intruso volvió a acercarse a él, y Drile aprovechó su velocidad para evitarlo. Estaba analizando el estilo de lucha; algún movimiento debía delatar qué espíritu animal tenía. Se había percatado de lo escurridizo que era después de varios ataques.

—"¿Una sanguijuela? No, sus colores son más opacos, y no es una babosa por su velocidad".

Los choques de sus armas continuaron por unos minutos. Al parecer, ambos estaban a la ofensiva, aunque ninguno se había herido durante la batalla.

—"¿Está haciendo tiempo? ¿Por qué?" Lo miró fijamente por unos segundos, intentando descubrir sus intenciones. "Bueno, si tú no quieres terminar esto rápido, yo lo haré".

El aura de Drile aumentó de tamaño y comenzó a unirse a su cuerpo. Sus brazos se cubrieron con una armadura de piel parecida a la de su padre, aunque había áreas que solo las cubría su aura con mayor intensidad. Sus hombros y su espalda eran los más notorios en ese detalle.

El intruso dio un salto hacia atrás; la forma bestia de Drile, aun estando incompleta, lo intimidó. Su fuerza y su velocidad aumentaron al hacer uso de esta.

—¡Hey! ¡Hey! ¡Hey! No sabía que pelearía con alguien que pudiera utilizar el modo bestia.

Drile comenzó a rodearlo a gran velocidad, estaba dispuesto a darle un golpe mortal para terminar con esta pelea.

—Qué bueno que yo también puedo utilizar el mío— dijo el intruso con un tono burlón.

El aura del intruso lo cubrió mientras se convertía en una armadura samurái completa de color negro con diseño de pulpo que se extendía desde el torso hasta los brazos.

—Ahora sí, prepárate para una buena pelea— dijo antes de ser cubierto por el casco de su armadura.

Drile se puso nervioso; su forma bestia era inferior si la comparaba con la de su rival. No perdió el tiempo y comenzó a buscar algún punto débil en su armadura. Era una tarea difícil, ya que ahora se movía más que antes. El poder analizar la armadura se volvió algo de vida o muerte para Drile, aunque logró su cometido. Se percató de que en su espalda tenía una extraña marca que el intruso trataba de ocultar con mucho esmero. Drile no perdió el tiempo y se lanzó sobre ella con toda su velocidad. Pero antes de que pudiera llegar a ella, cuatro tentáculos en forma espiritual salieron de la marca y lo atraparon.

—Sabía que caerías en el truco de creer que mi espalda era mi punto débil. —Se quitó el casco mientras reía— No puedo creerlo, lo hiciste muy fácil al final. —Levantó sus katanas para terminar con la batalla— ¿Algunas últimas palabras? —Sacudió su cabeza para acomodar su largo cabello.

—Sí, tengo algunas —dijo Drile mientras el intruso lo miraba—. ¡Ahora, chico!

El espíritu animal de Drile se lanzó directo al cuello del intruso, haciendo que este lo soltara.

—Nunca caigas en los trucos del cazador —dijo Drile mientras veía la escena.

Su espíritu animal no lo había mordido para matarlo, solo lo hizo para que lo soltaran. Pero el susto que le había dado hizo que el intruso comenzara a llorar.

—Tus lágrimas no son de cocodrilo —dijo mientras ponía un pie en el pecho del intruso; su espíritu animal subió a sus hombros—. Te haré una sola pregunta.

El intruso apenas podía hablar; su llanto había hecho que balbuceaba entre sollozos.

—Es que él es mi maestro —dijo mientras intentaba calmarse.