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"Que lindo se ve durmiendo" pensó la peli rosa por décima vez.

Ya llevaba un rato despierta, y en todo ese tiempo mantuvo su mirada en el rostro relajado del chico, quien tenía un poco la boca abierta.

Quedaron tan cansados que no notaron que durmieron en la misma cama, y tan pegados, en especial Naoko, quien estaba apoyada encima del pecho del peli azul.

Ella se sentía feliz, nunca se hubiera imaginado dormir abrazada de su amado, pero ese sentimiento de inmediato se borro.

Naoko recordó a lo que el chico se dedicaba y lo que él era.

Sabía que Aki era bastante ágil e inteligente a comparación de los demás humanos pero seguía siendo un simple mortal, al cual podían quitarle la vida en solo un segundo.

La peli rosa maldecía, no quería que él muriera, ya fuera por un demonio o por una enfermedad en la vejez, no quería que la dejara sola.

Naoko tomo una de sus manos, viendo todas las cicatrices que el chico tenía.

"¿Por qué la vida humana tiene que ser tan frágil?" pensó triste, mientras acariciaba sus nudillos.

Naoko se aferró más al abdomen de Aki, sin importar si lo apretaba demasiado, solo quería quedarse ahí con él, deseaba que ese agarre lo detuviera a despegarse de la cama e ir al trabajo a poner en riesgo su vida.

Deseaba poder compartir su inmortalidad con él, así ambos se acompañarían por siempre, terminando en un "y fueron felices por siempre".

Los rayos del sol comenzaron a despertar al peli azul, quien se quejaba por el simple hecho de haber abierto los ojos.

Aki se frotó sus ojos y dirigió su mirada a la pequeña chica que estaba aferrada a él.

"¿Qué pasa?" preguntó tocándole un poco su cabeza.

"Nada, solo pensaba" soltó la chica.

Aki asintió y se quedaron unos segundos sin moverse, hasta que él la corrió para levantarse y dirigirse al baño.

Naoko se paró y empezó a cambiarse, poniéndose el pijama que dejó tirado en el piso como una bolita.

Ella salió, encontrándose al rubio comiendo sus clásicas tostadas.

"Buenos días Denji-kun" saludó la chica.

El rubio solo movió su mano en forma de saludo y continuó comiendo su desayuno.

Naoko se sentó a su lado y se quedó observando su anillo, no tenía muchas ganas de comer así que esperaría hasta el almuerzo.

La peli rosa salió de su trance al ver como su amigo se ahogaba con un pedazo de tostada.

Comenzó a palmearle la espalda hasta que el chico volvió a respirar y empezó a reírse.

Naoko estaba confundida, ¿Acaso le daba gracia el casi ahogarse?

"¿Qué ocurre Denji-kun?" preguntó la chica.

Denji solo pudo apuntar mientras se agarraba el estomago y reía.

La chica dirigió su mirada a lo que el chico apuntaba, sonrojándose de inmediato al darse cuenta de lo que era.

DESEOS || Aki HayakawaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora