DESEOS || Aki Hayakawa

18

La mente de Naoko no podía dejarla ver la televisión en paz. Cuando finalmente se había podido concentrar, su mente volvía a sacarla para entrar en un trance en el que todo se movía de manera lenta y no había ni un solo sonido a excepción del de su conciencia.

No sabía la razón de esto, tenía en claro que era una persona que disociaba mucho, pero esta vez no sabía la razón de porque tanta desconexión de la realidad.

Tal vez era por lo último que ocurrió la noche de ayer, cuando ese peli negro logró robarle un beso. Parecía un buen chico, uno que le estaba comenzando a provocar mariposas en el estómago.

A Naoko le daba gracia esa frase, ¿Cómo iba a tener mariposa en su estómago? Sera tonta para elegir hombres, pero tampoco se comería un insecto. Aun así le daba ternura como los humanos tenían tanta creatividad para expresar las sensaciones que generaba el amor.

¿Cómo un demonio podía sentir amor? Quizás esa era la duda que tanto la perseguía.

No lo comprendía ¿Por qué ella era la desdichada que tuvo que sufrir tener ese sentimiento? Hubiese sido todo más fácil si fuese como todos los demás, crueles, avariciosos y fríos.

A lo mejor ella estaba equivocada, tal vez lo que sentía no era amor y era simplemente el hecho de querer cumplir su deseo el que cubría el sentimiento verdadero, que era la obsesión.

La peli rosa sale de su burbuja al sentir unos golpecitos en su cabeza que servían para llamar su atención. Sin separar su cabeza de su hombro, dirige su mirada hacia arriba para averiguar qué es lo que el rubio quería.

"¿Qué ocurre?" preguntó ella curiosa.

"¿No deberíamos despertarlo?" preguntó Denji con su vista en la tele.

"¿A quién?" dijo sin entender.

"¿A quién va a ser tonta? A Aki" soltó obvio el chico.

"¿Todavía no salió?" preguntó sorprendida la peli rosa.

Ya le había parecido raro no verlo cuando se despertó, él suele ser el primero en madrugar y en tomar el desayuno, incluso le da tiempo para prepararle algo a Power quien siempre le pide algo de carne como primera comida en el día.

"No, probablemente se quedó dormido" supuso Denji.

Imposible, él nunca se quedaría dormido. A pesar de no tener una alarma, él siempre despertaba al mínimo rayo de luz que atravesaba su cuarto sin importar cuantas horas haya dormido.

"Iré a despertarlo" dijo ella, despegándose del sillón en camino hacia la habitación de él.

Aki estaba raro, ahora que recuerda, la noche anterior tampoco salió de su cuarto para cenar. Se excusó diciendo que estaba muy cansado y que no tenía apetito, pero ahora estaría dudando de ello.

De inmediato pensó que estaba enfermo, quizás le dolía el estómago y por eso no había venido a comer ni a la noche ni ahora y no quiso molestar, o por ahí era algo peor que eso.

Naoko desvió su camino original para entrar al baño y de ahí sacar el botequín de emergencias que tenían por si las moscas. De allí saco unas pastillas que le calmarían el dolor de estómago y tomo el vaso donde se encontraban los cepillos de dientes para llenarlo con agua y pudiera tomar las pastillas.

Estando a un centímetro de tocar la puerta con su puño cerrado, Naoko se congeló.

"¡¿Qué estoy haciendo?!" se preguntó molesta y confundida.

Por un momento pensó en como estaba ella en estos momentos ¿Así de entregada se veía ante los ojos de los demás? Era penoso.

No se entendía, realmente no podía entenderse ¿Por qué seguía siendo tan buena? ¿Acaso nunca lo iba a poder superar?