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"Buenas tardes Niako" saludó la chica al gato una vez había cerrado la puerta.

Niako le devolvió el saludo dando un maullido.

La peli rosa suspiro y, como siempre, colgó su saco en el perchero para estar más cómoda.

Había terminado su horario laboral y aunque hoy solo patrullo, se sentía muy cansada.

Probablemente sea por quedarse hasta tarde pensando en todo lo que ocurrió en esa playa y después de eso.

Naoko se sonrojó un poco al recordar eso y dirigió su mirada al oxidado anillo que tenía en el dedo anular, como si estuviera casada.

Le daba algo de vergüenza llevarlo así al trabajo, pero no que quería sacárselo, después de todo le recordaba a su peli azul, y es como si fuera una pequeña parte de él.

Ella se dirigió al baño para tomar un baño, el cual la limpiaría y la relajaría.

Se quedó un rato largo, hasta que sus dedos se arrugaron y el agua comenzaba a enfriarse, y en todo ese tiempo admiraba el anillo.

Sin quererlo, empezó a imaginarse una vida con su amado, una vida de casados, en los que ellos eran un matrimonio, que cuidaba a los rubios como si fueran sus hijos, una vida llena de amor y risas.

"Espero que no lo haga... me daría un infarto si me ofrece un anillo" dijo y rio, imaginándose la situación mientras salía de la bañera

Se dirigió a su habitación con una toalla enganchada a su cuerpo y otra a su cabeza para comenzar a vestirse.

Se puso algo cómodo, un suéter y unas calzas, perfecto para este día nublado, según ella.

Se dirigió a la cocina, verificando que todavía no había llegado ninguno de sus compañeros.

"Creo que solo seremos tu y yo" dijo la chica mirando al gato.

Naoko se dirigió a la heladera para ver si había algo rico para comer, notando la heladera vacía.

"Mierda..." insultó al ver que ni siquiera había un tomate.

Normalmente le diría a Aki que vaya a comprar, pero él no se encontraba en este momento, así que lo tendría que hacer ella.

Fue al cuarto del mayor para buscar algo que cubriera sus cuernos, de no ser por ellos podría simular ser un humano perfectamente, ya que sus ojos podrían aparentar unos lentes de contacto.

Tomó el primer gorro de lana que encontró y salió como un rayo de la casa, ya que no era su idea quedar atrapada en la lluvia.

Llegó al supermercado, evitando las miradas humanas, para evitar que le digan algo por ser un demonio.

Tomó lo necesario, frutas, verduras, etc., y lo fue colocando en el carrito.

Cuando ya tenía todo listo, se dirigió a la caja para pagar, comenzando a pasar los productos por la cinta.

"Parece que va a llover..." dijo la cajera pasando los productos.

"Si... eso parece" dijo la peli rosa.

No sabía cómo hablarle a los humanos, nunca supo hacerlo, siempre terminaba diciendo algo que los asustaba o incomodaba.

"Aunque estos días son mucho más lindos, ¿No crees?" dijo la otra.

"¿No te parecen algo tristes?" preguntó curiosa la femenina.

"No, de hecho, me parecen románticos" dijo soltando una risa.

Naoko sonrió al respecto, nunca había escuchado eso de la lluvia, siempre escuchaba que era triste o melancólica, pero ¿romántica?

Definitivamente esa chica era rara.

DESEOS || Aki HayakawaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora