『④』𝐅𝐀𝐈𝐘 ❚ Camilla ya no es la tonta que se enamora, es la diabla que seduce y toma. Y Carlos... oh pobre Carlos. En definitiva no está preparado para enfrentar su pasado.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
━━━━ CHAPTER TEN ━━━━ La jefa
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
📍🇮🇹 Maranello, Módena 📆 12 abril 2021
CARLOS
Lo más cómodo de correr en Imola era que quedaba a tan solo una hora de Maranello, de modo que cuando nos pidieron a Charlie y a mí estar en la Fábrica el martes, pudimos hacer el viaje en coche ya habiéndonos instalado en el Hotel al que teníamos planeado volver ese mismo día.
—Mamma mía — gruñó Charles en italiano, provocando que apartara la mirada del móvil para ponerla sobre él, que se detuvo de golpe antes de que pudiéramos atravesar las puertas de entrada — ¡Escríbele de una vez! La última media hora del viaje no dijiste una palabra por estar mirando el teléfono.
Torcí la boca en una mueca dudosa y volví a bajar la mirada a la pantalla, donde se mostraba abierto el chat en blanco con Camilla. Le pedí a Caco que me consiguiera su número y por fortuna lo hizo sin que ella se enterara, el problema es que ahora no sabía que hacer con esos dígitos. Quería llamarla pero me daba miedo parecer demasiado intenso y aún existía la posibilidad de que me ignorara; por otro lado también podía escribirle pero pensar en el eterno sufrimiento que pasaría mientras le daba la gana responder me daba ya dolor de cabeza ¡Peor si me dejaba en visto! No, no podía torturarme de esa manera.
Joder.
Me sentía como un adolescente, esperando impaciente que empiece el fin de semana para volver a verla. Si al final Caco si tenía razón en algo, con lo estúpido que me tenía, Camilla sí parecía mi crush del insti.
Solté un largo suspiro y sacudí la cabeza, apagué el teléfono y me lo guardé en el bolsillo de los vaqueros. Charles se pasó una mano por la cara, frotándose la piel con fastidio.
—Mira tú mejor no me digas nada que estás peor con Aurora — le advertí, entrando de primero a las instalaciones en tanto escuchaba a mis espaldas el jadeo indignado que soltó.
Pronto me alcanzó, cuadrando sus hombros con los míos.
El lugar estaba medio vacío, seguro que ya todos estaban esperando por nosotros para la dichosa reunión. Normalmente alguien siempre estaba para recibirnos pero supongo que el llamado de última hora tomó a todos por sorpresa.