Taehyung había vivido su vida siendo esclavo de su propia familia lleno de alfas, en la sociedad actual de la manada Kim un omega era vergüenza para su familia. Taehyung jamás sintió qué es el cariño, no puede hacer o decir algo sin pedir permiso. É...
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— Te irás a tu habitación y no saldrás hasta que mis joyas aparezcan— demandó con voz de mando Irene, la alfa de la manada Kim, mientras miraba con asco al pequeño hombre tirado en el suelo.
El omega sólo asintió aún con la mirada baja sin mencionar nada, temía moverse o hacer algo mal y recibir dolorosos golpes de la alfa.
— ¿Algo que decir omega?— nuevamente Irene miró al suelo en donde yacía el menor. El omega negó frenéticamente y se arrodillo en muestra de sumisión.
— Bien, ahora vete que no aguanto verte— Irene escupió a la cara del omega con un sonrisa burlona, sabiendo perfectamente que el omega jamás se defendería.
El omega se puso de pie aún cuando sentía un molesto dolor en su espalda por los recientes 20 látigos que recibió, pero a pesar del dolor el no podía decir nada ni quejarse, no si quería vivir.
— ¿Otra vez dando problemas?— Kim Lisa bajaba las escaleras haciendo notar su vestido negro ceñido al cuerpo que portaba. —¿Qué hizo esta vez?—
— Esa escoria robó mis joyas de nuevo— Irene señaló al omega que yacía subiendo las escaleras despacio para no propagar el dolor.
— A parte de omega nos saliste ratero, Taehyung - Lisa miró con enojo al omega. — Demasiado mal, pero ya nada me sorprende viniendo de ti.
Taehyung palidecio al verla bajar en su dirección, rápidamente se arrodillo en el escalón que antes estaba parado. No quería más problemas, tampoco quería más golpes.
— No entiendo porque la luna nos castigo con un omega— Lisa miró con desagrado al omega.—Ruega por que papá no se entere o te matará.
— Claro que Taeil se enterara, te aseguro que así será— Irene chilló angustiada, sus valiosas joyas se habían extraviado y sólo había una persona en el mundo que podía tenerlo.
— Vaya que mala suerte Taehyung— Lisa sonrió y se agacho un poco a la altura en donde Taehyung yacía arrodillado. —Y¿Te digo algo?— Lisa sonrió al ver la negativa de Taehyung para mirarlo. —Yo tengo esas joyas.
Taehyung abrió sus ojos de sorpresa, le castigarán por algo injusto y el no podía hacer nada. Así que solamente apretó sus pequeñas manos en un puño de la cólera que sentía, más no hizo nada.
Después de todo, era en vano tratar de defenderse.
— Lisa alejate de ese desecho, ve a la reunión que mencionaste— Irene miró a Taehyung. — Vete ya Taehyung, que no soporto verte.
Taehyung se puso de pie y siguió caminando hacia el lático, que ellos le dieron por habitación.
— Recuerda llegar antes de la cena Lisa— la alfa le recordó a su hija. — Taeil nos tiene un mensaje importante que darnos y no podemos faltar— Lisa asintió y salió de la mansión Kim, debía desaparecer esas joyas antes que sus padres busquen en su habitación.
