A bad trip to the vet

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════════    𝗞𝗜𝗧𝗧𝗘𝗡𝗦    ════════

Harto, así estaba. Había maullidos en cualquier lugar de la casa y su cabeza estaba a punto de explotar al igual que el teléfono de la veterinaria.

De alguna manera Milly había llegado a la puerta del apartamento y ambos gatos maullaban mientras seguían encerrados en cuartos separados. Sonó el timbre y abrió la puerta pues ya sabía quién era.

—¡Milly, ya casi viene tu dueña por ti! —la puerta se abrió —Ah, Hola Nico, perdón por lo de la gata, en serio perdón. ¿Iv y Rodri están bien? Hasta acá se escuchan sus maullidos.

—Eh.. Ah sí, sí, pues no están enfermos así que supongo que sí. ¿Quieres salir luego? Para conocernos más.

—Eh, sí, me mandas mensaje y acordamos.

Un gato carbón salió de entre las piernas de Nicolás, ciertamente Iván tenía buenas habilidades cuando se trataba de salir de dónde se encontraba encerrado. Pero el gato era Rodrigo. Claro que era Rodrigo, Rodrigo estaba encerrado en el baño, Rodrigo salió del baño porque no había cerrado la puerta cuando fue a abrirle a Erick por hacerlo con rapidez.

Agarró al gato en cuanto su mente lo proceso, mala idea. A los gatos macho en celo no les gustaba mucho el contacto físico que digamos, Rodrigo lo arañó.

—¡Ey Rodrigo, comportate!

—Eh, yo ya me voy con Milly porque veo que estás ocupado. Nos vemos luego, chau. —Oh, mierda. Había olvidado que tenía a Erick frente a su puerta, ahora se moría de vergüenza, quizá pensó que lo ignoró.

Adentro de la casa volvió a encerrar a Rodrigo y se aseguraba de que Iván siguiera en el cuarto. El ruido del teléfono causó un sobresalto en él y sus ojos brillaron; era una llamada de la veterinaria.

—¿Hola? Sí, soy Nicolás. Hablo para ver si pueden atender hoy a dos gatos en celo, tienen 8 y 10 meses.

—Ah, buenas tardes señor Nicolás. ¿Son Iván y Rodrigo? ¿Para qué hora querría la cita? Para ver si tenemos cupo, el doctor Bonilla ha estado con la agenda llena.

—Eh, sí, sí son ellos. Para cualquier hora está bien, mientras más pronto mejor.

—Deme un momento por favor.

Esperó por unos minutos a qué la señorita Claudia le dijera sobre los horarios. Su cabeza dolía por los constantes maullidos y su ayuno; había estado tan preocupado en sus mascotas que ni siquiera había desayunado.

—Hoy el único horario libre es a las diez de la noche, ¿Está bien?

Maldita sea, ¡¿hasta las diez?! Está bien, faltaban ocho horas, está bien (claramente no lo estaba, si seguía en su apartamento iba a explotar).

—...Sí, a esa hora está bien.

En cuanto supo que ya estaba agendada cortó la llamada, debía hacerse de comer.

[•••]

—Vamos, Iván, solo es meterse al transportador. Vamos por favor, estamos tarde. ¡Rodrigo, vuelve al transportador!.. por favor chicos, esto es para su bien.

Por fin había logrado llegar al veterinario, había sido un viaje terrible. Tuvo que aguantar gruñidos, intentos de arañadas, bufidos, escupidos y lo que el suponía eran "palabras" de odio entre sus gatos.

Lo normal en sus citas con el veterinario era que podían andar 'libremente' por el lugar, las mascotas en celo tenían que ir a cuartos aislados por lo que no había riesgo. Ahora lo había.

—Bien, dice que entraron ambos en celo ¿No?

—Supongo, no soy un experto en gatos.

—Eh, bien. Iván está prácticamente en el límite de la pubertad para tener su celo, está bien. Rodrigo es algo joven pero como está en pubertad también está bien. ¿Sabe por qué el celo ocurrió?

—Antier trajeron a una gata al edificio, creo que podría ser eso. En la mañana estaba en la puerta de mi casa y no paraban de maullar.

—¿Iván y Rodri estaban juntos?

—Eh, no, no, busqué en internet y me salió que debía separarlos así que los encerré en habitaciones separadas ¿Estuvo bien? Aunque en un momento Rodri salió y quiso ir con la gata, cuando lo volví a meter a la casa quiso ir con Iván y sé maullaban mutuamente, fue raro.

—Quizá el olor de la gata se mezcló con el de Rodrigo e Iván y sus instintos se reconocían como hembras. Están bien de salud por lo que lo único que se puede hacer es esperar a que termine el celo de ambos, sin hacer nada; tardaríamos más porque puede que acabe el celo de Iván y el de Rodrigo no y vuelva a entrar en celo o viceversa. O la otra opción que es tener esperanzas de que se "ayuden" —hizo comillas con los dedos —entre ellos, o sea no separarlos y que se monten, sin penetración obviamente pero se "aliviarían" —volvió a hacer comillas. —, tú decides. Además, por su edad no podemos darle algún supresor porque alteraría su sistema endocrino y eso podría traer consecuencias en su salud y organismo.

Ah, no sé. ¿Juntarlos sería lo mejor? —El doctor asintió. —Entonces hay que hacerlo...

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