Kittens

I love you

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Por fin tenía la respuesta (o algo así); decidió creerle a sus amigos, por supuesto que confiaba en ellos, excepto por la parte de gustarle a Rodrigo.

—El siguiente paso en las películas es... ¡La confesión!

—No.

—¡Iván, tienes que hacerlo! —El perro café llamado Lokonazo apoyó como coro.

—No, mira si me rechaza y me dice que solo somos mejores amigos. —sus orejas bajaron junto a la altura de su voz.

—¡Que eso no va a pasar, Iván, entiende por favor!

[•••]

—¿Entonces ya está lo que le voy a decir verdad?

—Tú eres quién lo va a decir, deberías saber, Idiota.

—¿Por qué me gusta, Rodri? —Arrastró la pregunta con su voz y el rubio hizo un sonido frustrado, Iván de nuevo preguntaba eso.

Sabía hacer muchas cosas, salir en las calles, pelear, defenderse, conseguir comida, tenía buenas habilidades en los saltos, era rápido, sabía proteger sin ser dañado y muchas cosas más pero hablar de sentimientos, no, no sabía hacerlo.

Sí, Iván no era inseguro pero en este caso sí. Nunca le había dado tanto miedo el rechazo, de hecho, muy pocas veces había tenido miedo, recuerda cuando Nicolás lo trajo a casa por primera vez, tuvo miedo. O cuando le dijeron que Rodrigo podría morir, o cuando tuvo ese horrible sueño donde Rodrigo se moría, o cuando pensó que había demasiada gente en su casa, o cuando Nicolás los dejaba en ese hotel y pensaba que los abandonaría por su estado de salud.

Tampoco tuvo miedo cuando peleó con Oscu por una gran cantidad de tiempo, Oh, recuerda la razón de su pelea. Quién diría que aquel gato que quería sacar de su casa y que ni siquiera le iba a dar las boronas de lo que sea que Nicolás sirviera, le estaría agitando el corazón con tan solo recordarlo.

—Responde las preguntas de nuevo. ¿Piensas seguido en Rodrigo?

—Sí, porque vivimos juntos.

—¿En qué piensas exactamente cuando piensas en él?

—...En sus ojos verdes, son muy lindos; En sus patitas, son muy suavecitas, en los momentos en los que estamos juntos, en los abrazos que me da, en su bonita voz.

—¿Disfrutas su compañía?

—Por supuesto, esa es una pregunta estúpida. Basta de preguntas, me estás haciendo las mismas que hace rato... Supongo que al final tenían razón.

—Como siempre, amigo. —Lokonazo habló.

[•••]

—Eu, Rodri ¿Te puedo decir algo?

—Sipi, Ivi.

Se aclaró la garganta y empezó. —Estoy enamorado de otro gato. —Ok, empezamos directo. —Sé que parece raro, pero es la verdad. Nunca me he sentido así por ningún otro ser y no entiendo por qué.

Pero cuando lo veo, me invade una sensación de felicidad y quiero estar siempre a su lado.

No sé qué haré si algún día me rechaza, pero estaré dispuesto a luchar por nuestro amor. Por el momento, estoy feliz de estar juntos y disfrutar de cada momento que pasamos juntos, en serio amo darle mimos y cuidarlo.

Creo que el amor es ciego y no tiene por qué ser racional. —Sacó esa frase de la televisión pero aún así, la comprendía. —Así que si dos gatos se enamoran, ¿por qué no van a estar juntos? Somos seres sensibles y capaces de sentir el amor nuestro amor podría ser real y hacernos increíblemente felices...

Por si no quedó claro; Rodrigo, me gustas y te amo y te quiero y quiero estar a tu lado toda la vida y te amo y te amo y creo que ya quedó claro que te amo.

Movió su mirada al suelo —Eh... Ivi, yo. —Y cuando la levantó, Iván ya no estaba ahí.

Iván se puso tan nervioso que escapó de las palabras de Rodrigo.

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