Obsesivo [KTH] COMPLETA

𝚀𝚞𝚒𝚗𝚌𝚎

Capítulo 15
¿Estás rompiendo conmigo?

Esta noche no iría al departamento, en su lugar me quedaría con mis padres quienes me animaron a ir a la policía luego de contarles lo que había visto, habían tomado nota de lo que les dije durante la tarde, aun así, no me tomarían del todo enserio si Hoseok o sus padres no colocaban la denuncia. Por supuesto, mamá fue la primera en llamar a la señora Jung comentándole de lo sucedido, mi cabeza no deja de repasar todos los momentos desde que lo conocí y he llegado a la conclusión de que TaeHyung sólo está obsesionado conmigo.

Me he vuelto paranoica.

Cuando mi teléfono se ilumina al encenderlo, tengo varias notificaciones tanto de mensajes como llamadas de Kim TaeHyung. Mensajes donde me pide que lo llame y pregunta dónde estoy.

— ¿Qué pasará si de repente notas que has perdido el tiempo conmigo?

—Eso no pasará.

— ¿Por qué lo dices?, todos cambian de parecer.

—Difícilmente lo hago, una vez que me gusta algo me cuesta dejarlo ir—sus ojos toman un brillo cuando dice eso. Con nerviosismo sonrío sintiendo la incomodidad de anoche.

—Eres obsesivo.

— ¿Qué?

—Si te gusta algo y a esa persona no le gustas, pero sigues insistiendo se vuelve obsesivo, te vuelves obsesivo a esa persona.

—No creo que sea tan malo.

—Lo es, comienzas a ser aterrador para esa chica—retomo la caminata. Tae me detiene tomando mi muñeca, miro sus ojos levantando un poco la cabeza.

—No quiero asustarte, DaHee, sólo quiero mostrarte que me gustas enserio y que estoy seguro en lo que digo.

Doy un respingo cuando el teléfono vibra en mis manos. Está llamándome, me levanto de la cama caminando por la habitación, inhalo varias veces armándome de valor y entonces respondo aclarando mi garganta.

—¿Hola?

—Gracias al cielo que respondiste, estaba muy preocupado por ti—me parece descarado de su parte que diga eso después de lo que vi— ¿En dónde estás, DaHee?

Si él mentirá, yo también lo haré.

—Lo siento, mi teléfono se descargó.

—No te preocupes, ¿Te encuentras bien?

—Sí—mi voz no es tan segura como espero.

—¿Segura?, te escucho...extraña.

"¿Enserio va a decirme eso?"

—Hoseok tuvo un accidente esta mañana—coloco atención a lo que pueda escuchar—Lo vi discutir con alguien y esa persona lo empujó a la calle—no dice nada—Falté a clases y al trabajo por eso.

—Ah—parece desinteresado—Ahora entiendo porque no te vi en el salón. ¿Él está bien?

—Estará unos días en el hospital.

—Espero que se mejore. ¿En dónde estás?

Que insista en eso me pone más nerviosa. Saber que las señales siempre estuvieron allí me hacen tener miedo, no dejo de pensar en Tina, ¿Y si TaeHyung le hizo algo?, ¡No!, no puede asesinar a alguien, ¿Cierto? Aunque luego de lo que vi...esa idea me hace dudar.

—Debo colgar.

—DaHee, ¿Sucede algo?

—Sí. Estuve pensando todo el día y...creo que deberíamos...darnos un respiro—no sé cómo explicarle lo que ya es evidente—A veces las parejas se dan un respiro, ¿Sabes?, no es malo. Todos necesitamos respirar.

—¿Vas a terminar conmigo?

Esa voz seria me asusta.

—No dije eso...—y entonces cuelga.

▪︎▪︎▪︎

Tuve un sueño extraño anoche, Tina estaba conmigo, nos escondíamos de algo o alguien, todo estaba oscuro y apenas se podía ver algo, pero recuerdo claramente lo que mi amiga me dijo:

"Si el monstruo siente tu miedo sólo harás que se vuelva más fuerte"

—Llamé a la madre de Hoseok antes de que despertaras—dice mamá al servirme el desayuno.

—¿Qué te dijo?

—Los sedantes tienen tranquilo al chico, necesita recuperarse, su padre iría a la universidad para comentar sobre su estado y pasaría por la comisaría para repetirles la denuncia.

—Me llamó anoche—sus ojos se posan en mí—TaeHyung me llamó.

—¿Te amenazó?

—No, no admitió ni negó nada, sólo...me colgó cuando le dije que nos tomáramos un tiempo.

—Iré contigo.

—No, debes quedarte...

—Ese chico provocó un accidente, puso la vida de Hoseok en peligro y mírate, no pareces tranquila, DaHee—toma mi mano—No quiero que estés sola.

Y yo tampoco quiero estarlo. Ella no sabe de esos supuestos "sueños", si le cuento entrará en pánico.

—Recogeré mis cosas, ¿Me recibirías de nuevo en casa?

—Claro que sí, cielo—me sonríe cálidamente—Eres mi hija, te abriría la puerta todas las veces necesarias.

—Entonces me iré luego de desayunar, recogeré todo y entregaré la llave.