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Toda nuestra vida... fue feliz.
Una cama cómoda donde dormir, ropa blanca, comida en tu plato tres veces al día, un lugar donde jugar, personas a las cuales querer.

Una vida hermosamente perfecta.

—¡Ciel! ¡Vamos a jugar! -Una niña de 5 años con cabello naranja y una antena estaba motivando a otro niño de su misma edad a jugar a las traes.

¿Ahora? Preguntó el niño con pena—.
—¡Sí! ¡Vamos, vamos! La pequeña brincaba mientras tenía los brazos alzados, de verdad quería que Ciel jugara—.

El niño de cabello azul miró a Emma, pensativo, dudando.

—No puedo. Tengo que acompañar a mi hermano.
—¡Aww! La pequeña se quejó e hizo un puchero mientras se cruzaba de brazos ¡Qué injusto! ¡No quieres jugar!
—No, no quiero —dijo Ciel con una sonrisita orgullosa—.

—Iré con él, tú ve y juega —Ciel se despidió dejando a Emma sola. La pequeña seguía haciendo un puchero en signo de enojo, pero decidió dejarlo pasar y volver al juego—.

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Ciel ahora se encontraba luchando por alcanzar la perilla de la puerta, era tan pequeño que ni poniéndose de puntillas lograba alcanzarla. Solo rozarla con sus dedos que se resbalaban.

—Solo... un poco más... Un poquito más... —Sus brazos cayeron rendidos al ya estarse estirando, malditas puertas para gente con altura de jirafa—.

Para su suerte, un hombre bastante alto le abrió. Ese hombre era conocido como "papá", y ese era el nombre que el pequeño Ciel usaba para referirse a él.

—¡Papá! —El niño gritó felizmente al ver que la puerta estaba abierta—.
—Ciel, ¿qué haces aquí? Sabes que no puedes entrar.

Sebastian dejó que Ciel entrara, pero antes de que el pequeño niño pudiera correr a una de las camas, lo detuvo.

—Escucha bien, Ciel. —Se agachó para estar a la altura del menor y lo tomó de los hombros Solo te permitiré esto una vez ya que sé que no lo has visto en mucho tiempo. Pero solo está vez, ¿de acuerdo?
—¡De acuerdo! —El pequeño exclamó con seriedad, a Sebastian le pareció tan tierno que no pudo evitar sonreír—.

Sebastian se puso de pie y llevó a Ciel a una de las camas donde un niño con el mismo cabello de color azul que él estaba dormido, totalmente cubierto por las cobijas que tenía encima.

—Alguien vino a verte~ —Sebastian se acercó al pequeño y lo sacudió de manera suave para despertarlo—.

Los ojos de Ciel brillaron al ver a su hermano despierto, aún medio dormido, pero con los ojos abiertos.

—¡Astre! —El pequeño sonrió grandemente y levantó los brazos. De inmediato quiso lanzarse a la cama de su hermano gemelo que había estado enfermo por haber salido en la lluvia—.

—Alto ahí, jovencito. —Sebastian lo agarró antes de que pudiera saltar— Aún está en un estado delicado, y tú podrías terminar igual si te le acercas tanto.

𝕶𝖚𝖗𝖔𝖘𝖍𝖎𝖙𝖘𝖚𝖏𝖎 𝖓𝖔 𝕹𝖊𝖛𝖊𝖗𝖑𝖆𝖓𝖉 // TPN X Kuroshitsuji A.UDonde viven las historias. Descúbrelo ahora