𖣔Pᴜᴇʙʟᴏ ᴅᴇᴍᴏɴɪᴏ𖣔

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No sabían cuánto habían corrido. No sabían y no les importaba, querían estar lo más alejados de ese demonio.

El frío de la noche más la luz de la blanca luna, y las brillantes estrellas, estaban acompañando a esos niños que habían corrido por sus vidas y ahora se encontraban en alguna parte del bosque, algunos tirados en el suelo, otros recuperando el aliento apenas logrando estar de pie.

El joven conde (si es que aún conserva ese puesto estando en ese mundo), se encontraba casi delirando, su cuerpo temblaba tanto del frío como del cansancio, y también por el dolor en todos sus músculos. Sudaba a chorros, sudor frío que empapaba cada parte de su cuerpo. Tendido en el suelo, jadeaba fuertemente, sintiendo su pecho enfriarse y llegarle a doler.

Detestaba, con toda su alma maldita, tener esa condición física en este mundo donde corres como loco la mayoría del tiempo.

—Emma se le acercó— ¿Estás bien, Ciel? —Le tendió un frasco con agua, pero el joven ni pudo recibirla—.

—De... —Ni siquiera podía hablar, necesitaba más respirar que hablar en ese momento. Sus pulmones se lo exigían— Definitivamente, no sirvo... para esto —logró decir mientras su pecho subía y bajaba—.

La chica de ojos verdes lo miró con leve angustia, sabía que Ciel tenía una condición física terrible (aunque era grosero decirlo), y sabía que esta vez el joven había dado todo de él.

—Trata de beber un poco, ¿sí? —Dijo Emma mientras le acercaba el frasco de agua a Ciel—.

Por más que la quisiera, no podía beberla. Ciel estaba demasiado ocupado respirando.

—Tranquilo, —dijo Emma con voz suave y una mirada igual de blanda— respira, con calma.

—Hablaba al mismo tiempo que le hacía la demostración— Inhala... exhala.

La chica pelinaranja respiraba suave y lentamente, cosa que Ciel empezó a imitar.
Le costó trabajo, pero poco a poco su respiración fue mejorando y su pecho empezaba a dejar de sentir tal ardor. Aunque su corazón aún latía fuertemente.

—¿Mejor? —Emma le sonrió tiernamente al joven que se encontraba recuperando su color de piel ya que se estaba poniendo hasta pálido—.

—A-ajá... —Balbuceó Ciel, acción suficiente para engrandecer la sonrisa de la chica—.

Emma soltó el frasco que tenía en su mano para ayudar a Ciel a sentarse en el suelo. Una vez el joven estuvo reincorporado, ella volvió a tomar el frasco que dejó en el suelo y volvió a ofrecerlo a Ciel.

—Toma —dijo felizmente, mientras el chico notaba la insistencia de la pelinaranja por que debiera el agua, aunque no podía quejarse—.
—Gracias —dijo con su voz aún exhausta, con una sonrisa algo forzada que dibujó en su rostro solo por corresponder la cordialidad de Emma—.

Apenas tuvo el frío frasco en sus manos igual de frías, se lo acercó a la boca y bebió un poco más de la mitad. Sabía que debía ahorrarse, pero una vez el agua rozó sus labios, casi no pudo parar.

—¡Oye, tranquilo! —Emma rió al ver la desesperación del chico con parche al beber el agua—.

—Ciel a duras penas alejó el frasco— Lo siento, lo siento... —Se limpió con la manga de su abrigo las gotas de agua que resbalaban por su mentón, cosa de la que se arrepintió casi de inmediato—.

𝕶𝖚𝖗𝖔𝖘𝖍𝖎𝖙𝖘𝖚𝖏𝖎 𝖓𝖔 𝕹𝖊𝖛𝖊𝖗𝖑𝖆𝖓𝖉 // TPN X Kuroshitsuji A.UDonde viven las historias. Descúbrelo ahora