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Two┊go or die║▌│█║▌│ █║▌│█│║▌║
Habíamos decidido irnos.
Aquel hombre muerto en la tienda solo podía significar dos cosas. Le había disparado uno de los Otros o el era uno de ellos y el crucifijo era un truco.
Sea como sea, el bosque ya no era seguro y Cassie tenía que cumplir una promesa.Preparamos las mochilas. La tienda de campaña había sido nuestro hogar durante un largo tiempo, pero era demasiado grande y ocupaba espacio que podía servir para almacenar agua y comida. Cada una llevaba lo básico. Armas de fuego, armas blancas, medicamentos, botellas de agua, comida enlatada y uno que otro chocolate rancio. Rancio pero al final chocolate.
—¿Qué haremos con los libros? —Pregunté y Cassie se sobresaltó. No supe muy bien si lo hizo porque aún seguía nerviosa con lo sucedido en la tienda o por qué llevábamos mucho tiempo en silencio.
Sullivan miró la pila de libros y sonrió. No de una forma alegre, fue una sonrisa nostálgica.
—¿Qué sucede? —Hacía tanto tiempo no había visto una sonrisa, que hizo que me diera ganas de sonreír también.
—Nada es solo que… —hizo una pequeña pausa,— mi Papá salía con la carretilla de mi hermano pequeño para traer libros a casa. Todos buscaban comida, armas y agua. Y simplemente llevo libros a casa. Solía decir:
<<—Hay que pensar en el futuro. Cuando esto acabe tendremos que reconstruir casi todos los aspectos de la civilización.>>Sonreí aunque me dieron ganas de llorar.
—Mi padre hizo algo parecido. —Empecé a contarle, sin saber bien por qué. —Durante los meses del verano trabajé en diferentes lugares para poder comprar una guitarra, lo logré y me compré una guitarra pero no era la que quería originalmente. Ni mi familia ni yo teníamos el dinero para darme ese gusto.Cassie escuchaba con atención.
—Cuando todo comenzó mi papá llegó con una de las Guitarras más caras que existían —Continúe.— Dijo que la tienda estaba abonada y que no había problema con tomarla. Después de eso la lleve a todos lados. Por lo menos hasta que llegue al refugio.
—Fue un lindo detalle.
—Lo fue —suspiré. —Tal vez cada una pueda llevar su libro favorito y dejar a los demás.
Seguí empacando.
Cuando en una tienda encontré una copita menstrual casi bailó de la emoción pues ya casi no tenía toallas. Está y mi cepillo de dientes iban primeros en mi lista de higiene personal.
Dos cuadernos de tapa dura y lapiceros de colores. Vale, esto tal vez no sea lo "esencial" pero tanto los lapiceros cómo los cuadernos eran parte fundamental para mí Diario-terapia.
Por último empaqué una cajita de metal que contenía fotos de mis padres, Ben y Dany, mi mejor amiga. También había joyería que tenía significado especial para mí, cómo el collar de medio año de novios de Ben, la pulsera de mejores amigas o el anillo que mis padres me habían dado por mi cumpleaños número doce. Esa cajita era como oro para mí.
Ahora solo quedaba escoger un libro de bolsillo. ¿Mujercitas? O ¿El retrato de Dorian Gray?. La guerra de los mundos ni siquiera es una opción, por mi le prendo fuego.
Al final me he decidido por Mujercitas. Este libro era reconfortante, o por lo menos así me hacía sentir. Me hacía feliz, aunque cierta muerte me atormentará y tuviera que fingir que no había sucedido.
*・῾ ᵎ⌇ ⁺◦ 🛸 ✧.*
Nos detenemos al llegar al final de los árboles. Un terraplén de seis metros baja hasta los carriles que van en dirección sur; está cubierto de coches abandonados, ropa, bolsas de basura rotas y los restos quemados de tráileres. Hay coches accidentados por todas partes: algunos no se dieron más que golpes pequeños, mientras que otros se vieron involucrados en choques en cadena que abarcan kilómetros y más kilómetros de la interestatal.
La primera ola me había arrebatado a mi Dany. ¿Lo peor? La busqué durante días sin saber que su corazón ya no latía. Ella y toda su familia habían muerto en un accidente contra un autobús. No me enteré hasta que me encontré con su tía en las calles.
Fue la primera muerte por la que lloré hasta quedar dormida.
—Un montón de gente se marchó —dijo Cassie de la nada y la miré.—Como nuestros vecinos, los Majewski. El sexto día llenaron hasta arriba su autocaravana y se pusieron en camino, porque, por algún motivo, cualquier otra parte parecía más segura.
Asentí. Miles de personas se fueron a las montañas, al desierto o a los pantanos. Ya sabes, a otra parte.
—¿A dónde fueron? —pregunte.
—Disney World.
No me sorprendió. Disney batió todos los récords de asistencia durante esos diez días anteriores a la primera ola.
—Papá le preguntó al señor Majewski: «¿Por qué Disney World?». Y el señor Majewski respondió: «Bueno, porque los niños no han estado nunca». Sus «niños» ya iban a la universidad.
Solté una risita sarcástica. Tal vez debí haber hecho lo mismo y largarme a alguna isla exótica para morir.
—Catherine, mi vecina, que había llegado a casa de su primer año en Baylor el día anterior, me dijo:
<<—Tienen que irse. Primero atacarán las ciudades.
—Supongo. Jamás se les ocurriría arrasar el Reino Mágico. Le contesté.
—¿Cómo preferirías morir?. ¿Escondida bajo la cama o montada en la montaña rusa?>>
Esa era una buena pregunta.
—Yo prefiero no morir.Durante esos primeros diez días, no hubo mensajes de nuestros aguafiestas galácticos. Ni espectáculos de luces, ni aterrizajes frente a la Casa Blanca, ni tipos de ojos saltones, cabezas de culo y monos plateados que exigían ser llevados ante nuestro líder. Y no obtuvimos ninguna respuesta cuando enviamos nuestro mensaje, que era algo así como: «Hola, bienvenidos a la Tierra. Esperamos que disfruten de su estancia. No nos maten, por favor».
Hubo gente que se quedó en casa. Otra que huyó. Algunas personas se casaron. Otras se divorciaron. Unos cuantos se pusieron a fabricar bebés. Otros tantos se suicidaron. Pero todos eran incapaces de comprender la magnitud de lo que sucedía.
La humanidad no puede creer que algo va a suceder hasta que sucede.
Mis padres seguían yendo al trabajo y yo a la escuela. Había días en los que iba con Ben y su hermanita a pasar la tarde juntos como antes de que los Otros llegarán. Jamás hacíamos cosas de "grandes" solamente jugábamos juegos de mesa tirados en el suelo de la sala.
Tal vez sea ahora de hablar de Ben. O tal vez no.
Cómo sea, yo no sabía que sentía por él. Me gustaba que él fuera mi novio y que siempre pudiera contar con él; pero por alguna razón yo no podía devolverle su amor en la misma forma y cantidad.De hecho unas de nuestras grandes y primeras peleas fueron por esa razón. Porque, según él, lo seguía tratando como un amigo más y no como lo que era, mi novio.
En cierto punto desee terminar con el, pues no sabía cómo llevar una relación pero verlo tan feliz sosteniendo mi mano, me frenaba. No quería lastimarlo.
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Sobreviviendo. ˗ˏˋLA QUINTA OLAˎˊ˗
Fanfiction☆○o𝙏𝙃𝙀 𝙁𝙄𝙁𝙏𝙃 𝙒𝘼𝙑𝙀o○☆ →˚₊· ܴೈ ━La humanidad no puede creer que algo va a suceder hasta que sucede❞ Dónde Cassie Sullivan le da un nuevo propósito de vida a Max. Después de perderlo todo Max decide ayudar a una hermana a encontrar a su ú...