☆○o𝙏𝙃𝙀 𝙁𝙄𝙁𝙏𝙃 𝙒𝘼𝙑𝙀o○☆
→˚₊· ܴೈ ━La humanidad no puede creer que algo va a suceder hasta que sucede❞
Dónde Cassie Sullivan le da un nuevo propósito de vida a Max.
Después de perderlo todo Max decide ayudar a una hermana a encontrar a su ú...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
La verdad es que Cassie y yo nunca fuimos demasiado cercanas durante nuestra estadía en la escuela, pero todos sabían que estaba enamorada de Ben. Lo cual hace incómodas algunas charlas. Pero después de lo que sucedió en el campamento... Descubrimos que solo podemos confiar en nosotras.
Ben está muerto. Lo sé. Bueno, no lo sé, pero es preferible creerlo. No tiene porque haber rivalidad entre nosotras, porque eso podría costarnos la vida.
Hablando sobre salvarnos la vida y sobrevivir, querido... ¿Diario?, Sullivan y yo pasamos demasiado tiempo escogiendo el mejor momento para viajar.
La oscuridad es lo mejor si te preocupan ellos, pero la luz del día es preferible si quieres detener a un teledirigido antes de que te detecte.
Los teledirigidos aparecieron al final de la tercera ola. Tienen forma de puro, son de color gris mate, y se deslizan a toda velocidad y en silencio por el aire, a cientos de metros de altura.
Al final, nos hemos decidido por ir de día, de esa forma podremos derivar a algún teledirigido antes de que nos derribe a nosotras, ¿Buen plan, no?
Hace un día soleado y sin viento, pero frío. Cielo despejado. Al caminar siento la mochila rebotar en mi espalda, las hojas crujir bajo mis pies, y el frío metal del arma en mi mano.
El arma parece pesar más al recordar la primera que la tuve en mis manos.
Papá había muerto en el campamento de refugiados enfermos. Había contraído la gripe.
Antes de enfermar llegó a caso con la mejillas rojas, la cara sudorosa y el pecho agitado. Había corrido y por la forma en que había cerrado la puerta tras de él apenas entró a la casa, supe que había huido de algo o de alguien.
Papá pareció reparar en que estaba ahí. -Max -susurro, se limpió el sudor de la frente con la manga de la camisa. -V-ven a amor.
Estaba asustada. Demasiado como para notar que había manchas de sangre en su ropa y en su frente. Di pasos lentos hacia él, temblando.
-Ten amor -entonces ví el arma que me extendia para tomarla. -Hice algo. Ya no podemos confiar en nadie.
Mis ojos se llenaron de lágrimas y mi labio tembló. -¿Papá...?
