II

49 19 25
                                    

Lunes 20 de octubre, 2014

Ya ha pasado una semana desde de inicié la preparatoria. Durante la semana pasada, aparte de explicarnos todas y cada una de las normas, también nos encargaron varios informes, por suerte, todos ellos son en parejas; obviamente, Allison y yo vamos a hacerlos juntos. Se puede decir que es una costumbre.

Sin duda alguna, esta última semana fue bastante desagradable; por supuesto, resaltando el hecho de que, el profesor de matemáticas, o como yo prefiero decirle, "voz tenebrosa", no me ha querido quitar el ojo de encima. Es bastante obstinante, ¡literalmente se puede decir que me vigila! Allison me ha dicho que no le preste importancia, pero no sé qué pensar...

—¡Mathew, despierta! —Llama mi mamá.

—Cinco minutos más —Balbuceó aún somnoliento.

—Hijo, ya despierta—ordena—. Allison te está esperando.

—Que siga esperando —Suelto.

A decir verdad, sí tengo bastante sueño; últimamente no he dormido muy bien. Los pensamientos invaden mi mente de una manera totalmente agobiante.

—Me parece muy grosero de tu parte —pronuncia la anteriormente mencionada.

—Lo lamento —respondo sin más.

—¡Ya levántate! —ordena Allison— Se nos va a hacer tarde.

—¡Bien! —Articulo, levantándome de mala gana.

No entiendo por qué el apuro. Me levanto de la cama sin mucho ánimo, tomo la toalla y me dirijo al baño, dejando a Allison en mi habitación. Luego de ducharme, me cepillo los dientes y me coloco el uniforme escolar, éste es de un color negro grisáceo.

A modo de desayuno, me como un sándwich de queso, junto con una tasa de café negro. Y sí, pertenezco a ese pequeño porcentaje de jóvenes que les gusta el café negro. ¿Qué puedo decir? Esos son mis gustos.

—Nos va a dejar el autobús —Suelta Allison.

—Relájate—ordeno—, apenas son las 6:30. Se supone que el autobús pasa a las 6:50.

—¿Cómo puedes ser tan perezoso? —Pregunta desesperada.

—Ni siquiera yo lo sé —Pronuncio.

Ante mi afirmación, es obvio que Allison se muestra mucho más que molesta. Esto lo sé porque automáticamente frunce el ceño, como señal de desaprobación. Muchas veces me gusta molestarla, digamos que casi se vuelve parte de mi rutina.

Cuando termino de desayunar, rápidamente busco mi mochila para irme, no sin antes despedirme de mis padres. Mi padre, sorpresivamente, aún no se ha ido a trabajar; supongo que, o bien le dieron el día libre, o entra tarde hoy.

Allison y yo salimos de mi casa y vamos en dirección a la parada del autobús escolar; ésta queda a 2 cuadras de nuestras casas, por lo tanto, nos queda bastante cerca; así que, ¿para qué tanto desespero? A los 2 minutos que nos encontramos allí, llega el autobús. Allison y yo nos sentamos en los primeros asientos, aprovechando que estaban libres.

Durante el camino ninguno de los dos expresa palabra alguna; una que otra vez le dedico una mirada furtiva a Allison. Ella, por otro lado, se mantiene observando por la ventana; parece que está sumergida totalmente en sus pensamientos, y yo no pienso interrumpirla; aunque no lo niego, quisiera saber en qué está pensando.

Finalmente, cuando llegamos a la preparatoria, ambos nos bajamos del autobús. Si soy sincero no tengo nada de ánimos, solamente quiero quedarme en casa durmiendo.

—¡Mathew, apresúrate! —Regaña Allison.

—Bien, bien, no tienes que gritar —Contesto irritado.

Volver a vivirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora