X.III

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—Oye, Alli.

—¿Eh? —suelta ella— ¿Qué pasa?

—¿Te parece si cocinamos juntos?

Ella asiente y, rápidamente, se levanta para seguirme hasta la cocina.

Ambos quedamos en que vamos a preparar macarrones con queso. Un platillo simple, lo sé; pero ambos tenemos hambre, y no queremos esperar.

Tan pronto como el agua comienza a hervir, Allison echa los macarrones en la olla; mientras tanto, yo preparo la salsa de queso, la cual debo admitir que es un poco complicada de hacer, pero sin duda vale la pena.

Luego de que todo está listo, Allison vierte los macarrones en una bandeja y yo, les echo la salsa de queso por arriba. Lo dejamos en el horno por al menos unos 10 o 15 minutos.

Mientras transcurre el tiempo, Allison y yo conversamos.

—Oye, Mat, ¿qué crees que dirán en la escuela cuando sepan lo nuestro?

—¿A qué te refieres?

—Ya sabes, me refiero a Ted y a los demás. ¿Crees que se sorprenderán?

—No creo que Ted se sorprenda—digo recordando los sermones que él me ha dado para animarme—. Los demás, pues, quizá sí… no tengo idea.

—Yo muero de ganas por contárselo a las chicas

—Oh, claro. Ja, ja.

—Quizá deberíamos llegar al colegio tomados de las manos.

—¿Estás loca? Recuerda que va en contra de las normas de comportamiento.

—Ah, cierto.

No puedo creer cuán increíblemente despistada puede llegar a ser esta niña… ¿en serio tiene el tercer mejor promedio de la clase?

—Hey, no hay que preocuparse por eso.

Tomo su mano, y plasmo un tierno beso en el dorso de esta.

Ella sonríe tiernamente, causando que los huequitos que se forman en sus mejillas sean notorios.

«Ah, en serio amo a esta chica» Pienso.

Todo el bonito ambiente se ve interrumpido por causa del ligero olor a quemado que comienza a hacerse presente.

—¡Oh no!

Maldigo internamente mientras voy yendo a revisar.

(……)

—Qué bueno, no se quemaron tanto.
Los macarrones, a pesar de que sí quedaron bastante “doraditos”, al menos aún son comestibles. De hecho, su sabor no se vio afectado para nada.

Allison solo ríe al ver mi expresión.

—Es un alivio, ¿no?

—Sin duda.

Suspiro.

Luego de servir los macarrones, subimos nuevamente a mi habitación.

—Woah, ¡están delicioso! —exclama Allison— No parece que se hayan pasado un poco de cocción.

—Um, sí, tienes razón. No están para nada mal.

—Pero la próxima vez no hay que dejar que se quemen.

La observo con una expresión seria.

—Cierto. Esto pasó porque tú estabas distrayéndome.

Estallo en risas al ver la expresión que pone.

—¿Perdón?

—Sí, estás perdonada.

—A veces me caes mal, sabes.

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⏰ Última actualización: Sep 20 ⏰

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