🥀🖤. III. 🥀🖤

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Brandon Hackman

La veo. La veo ahí. Justo ahí, en la puerta de su casa, esperando a salir con su amiga tal y como mi padre me lo dijo.

Él siempre está en todo lo que tiene que ver con ella por medio de mí, ya que él vive ahora en otra parte. Se sabe casi todas sus rutinas de memoria e intenta plantar la oreja todo lo que puede las veces que consigue sacar tiempo para venir a espiarla cuando sale del instituto con esa amiga suya que me importa una mierda acordarme de su nombre ahora.

Se ve que las dos son las típicas amigas que se creen que van a estar juntas para siempre, pero eso no es más que un maldito cuento de hadas inventado por niñas cursis como ese par.

La observo desde detrás de unos matorrales que hay frente a su casa. Está esperando a que la otra venga y se la lleve a no sé dónde. Esa parte no se me quedó grabada en la cabeza.

¿Qué diría mi padre, el queridísimo Bruce Hackman ahora? "Hijo, tienes que estar más atento a todo lo que tenga que ver con esa mocosa".

Y lo sé. Joder que lo sé. Por culpa del padre de esa niñata no pude llegar a conocer a mi hermana mayor porque la mataron en un accidente donde él iba borracho y al final, no resistió más y falleció.

No pude vengar la muerte de Clara, la madre que siempre amé, sin embargo, sí puedo hacerlo por mi hermana. Porque aunque nunca la conocí y ella a mí tampoco desgraciadamente, va a ser de mi sangre por siempre.

Aún está viva en el corazón de mi padre, y me lo demuestra cada día cuando lo pillo mirando su foto antes de dormir con un cuadro de los años setenta que está maltratado pero que nunca quiere tirar.

Al final, Adara pone los ojos en blanco al ver que su amiga llega corriendo hacia la casa. Está maquillada como una puerta, mientras que la chica, cuyo objetivo es servirnos de venganza a mí y a mi padre para vengarnos por la muerte de Lucía Hackman, no tiene ni una sola gota de maquillaje.

Una muy simple y la otra muy extravagante.

—¿Sabes? Creo que a la próxima, cuando digas que te quedan solo cinco minutos para llegar y que ya puedo ir saliendo de casa, no te haré caso y me quedaré ahí metida sacándome la carrera de Medicina, que hasta entonces, ya me habría graduado para cuando tú vinieras.

Ja ja. Qué humor el de esa chica. Me parto el culo.

Ejem, ejem, es ironía. Menuda patética.

—Pero si tú no entiendes una mierda de ciencias —le dice la otra con las manos apoyadas en las rodillas debido al cansancio por correr tanto.

—Precisamente por eso. Me daría tiempo incluso a entenderla toda todita. Imagínate.

Su amiga niega con la cabeza y le indica que se vayan ya. 

—Venga, vamos, que la peli empieza en media hora y no me gusta perderme ni los trailers.

—Vale. Pero mientras caminamos, te tengo que contar algo espectacular. Dios mío, no te lo vas a poder creer.

Joder. La típica escena de la chica cursi que va a decir que un tío que le mola le ha pedido salir.

—Ohhh, cuéntame.

—¡Logan me ha pedido salir mañana para cenar!

Bingo.

Empiezo a moverme y a caminar en la misma dirección a la que van ellas por detrás de los arbustos.

—¡No jodas! Hostias. Pues sí que le gustas un montón, tía. Seguro que se te va a declarar. No creo que te pida ir a cenar para que le pases apuntes de literatura.

Síndrome de Estocolmo [EN PROCESO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora