Cuando Blair pensó que ya todo se había acabado, y que solo necesitaba que su cuñado lograra hacer que los monstruos entraran a la universidad, llegan ciertos visitantes que revelarán cierto lado de su familia que nadie conocía.
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Conforme esa nave bajaba, varios... rayos salían de ella, haciendo que muchos objetos fallaran y echaran chispas.
Las personas trataban de... huir, pero esa cosa era tan grande que el simple pensamiento de escapar te convencía de que era inútil. Aunque de igual manera buscaban alguna forma de mantenerse... a salvo.
— ¡Blair! —escuchaba entre los gritos de la multitud. Wyatt trataba de llegar a mí.
Aunque, pensándolo bien, esto era demasiado, incluso para los lobos. Eso explicaba por qué solo él me buscaba. Luego de... todo lo que pasó en mi primer año de alfa, los lobos no se tomaban muy bien a los intrusos. En especial si se acercaban a mí... de algún modo.
— Wyatt... —dije mientras me acercaba a él, que estaba de espaldas a mí.
— ¿Estás bien? —preguntó alzando la voz, para que pudiera oírlo entre tanto bullicio.
— Sí... —un nuevo rayo proveniente de esa nave se acercó demasiado. El primer instinto de Wyatt hizo que me abrazara con fuerza, como tratando de protegerme. Pero ese rayo cayó muy cerca de la piedra lunar, y en ese momento perdí el control de mí misma.— Ya no tanto. —era consciente de que mi tono de voz había cambiado, pero en el momento eso era lo que menos me importaba.
Me solté rápidamente de Wyatt, antes de acercarme con velocidad a la piedra lunar, con mi soulmate detrás de mí. Las siguientes en llegar fueron Willa y Wynter.
Que Zed dejara salir lo zombie, y que yo activara mi collar en forma de amenaza, era suficiente como para que todos los demás nos siguieran y se prepararan para atacar, si era necesario.
— ¡Suficiente! —todos menos una persona. Al estar al lado de Zed, me fue sencillo distinguir como él activaba su zombie-banda, para contener su lado zombie, seguido de todos los demás zombies. Los lobos eran otra historia. Yo no cedía, así que ellos tampoco.— Blair, basta. —dijo mientras se colocaba delante de mí. Sólo en ese momento volví en mí misma.
A ver, sí solía actuar como alfa cuando... la manada estaba en peligro, pero no reaccionaba así de dispuesta a atacar de un momento... a otro. ¿Qué rayos había sido eso?
Lentamente desactivé mi collar, y la manada me siguió.
Mientras yo intentaba entender qué rayos me había sucedido, noté como murmuraban algo entre los tres... que estaban más cerca de nosotros. No aparté mi vista de ellos, incluso cuando sentí como cierto lobo se acercaba a mí. Ni siquiera hacía falta mirar. Reconocía ese calor corporal, que para mí era tan diferente. También noté sus intenciones. Antes de que se pusiera delante de mí, levanté suavemente mi mano, en señal de que esperara.
