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habían pasado ya dos meses de la huida de julian y pep hacia el país sudamericano. eran muy felices en brasil, viviendo en una pequeña ciudad en medio del amazonas. la policía los buscaba por cielo y tierra, pero ellos no daban señales de vida. la teoría de que se habían suicidado ya empezaba a ser vista como una realidad.
aquel trágico día, ambos huyeron sin dejar rastro, solamente la cabeza putrefacta de phil en la heladerita. sin embargo, las huellas de guardiola estaban bien marcadas no sólo en la cabeza, pero también en el cuerpo mutilado del menor.

ahora, ambos disfrutaban una bella tarde bajo el sol, bañándose en un bello río oculto entre los frondosos árboles de la selva amazónica. guardiola miraba como el cuerpo de julian brillaba por el sol, relamiendose al pensar en lo hermoso que era. el menor se dio cuenta y fue con él a abrazarlo.

alvarez no pensaba en la terrible diferencia de edad entre ambos, ni en el hecho de que pep muchas veces lo veía como un morbo, y ni hablar del terrible crimen que habían cometido... al contrario. se enorgullecia de estar con un hombre tan apuesto y educado como guardiola, según él. le encantaba la forma en la que lo besaba, como lo mimaba y la manera en la que lo miraba cuando estaba distraído.

guardiola por su parte, cada vez se encontraba mas hundido en sus cuestionables pensamientos. trataba de ocultarlo pero como dice el dicho, el sol no se puede tapar con la mano.

- amor, ¿no venis? está hermosa el agua. - julian dio una vueltita y sonrió, era estupidamente adorable y eso lo volvía loco al calvo.

- bueno, pero no me salpiques. - respondió pep, yendo hacia el agua y tocándola un poco con su pie primero. el menor no se resistió y salió corriendo para poder tirarlo al agua.

el castaño reía a carcajadas, hasta que sintió a guardiola tomándolo de un brazo para tironearlo en su dirección, haciéndolo caer a él también.
julian salió del agua y lo abrazó, quedando su cara muy cerca de la del mayor. podía sentir el fuerte aroma a cerveza que cargaba pep encima, mientras que el contrario se deleitaba sintiendo el aroma a coco mezclado con gancia que tenía el menor.

y sólo mírame, con esos ojito' lindo'...

guardiola acariciaba la cintura de julian mientras analizaba sus bellas facciones, no se resistió mucho y besó apasionadamente al otro lentamente convirtiéndolo en algo mas erotico. el calvo manoseaba a su gusto el culo del castaño, haciéndolo sonrojar.

- a-aca no... basta... - decía el argentino mientras intentaba zafarse del agarre del mayor.

pep sonrió lascivamente y pudo sentir como su pene se ponía duro escuchando a julian negarse así, le encantaba sentir al menor siendo tan vulnerable y él aprovecharse de eso para corromperlo en todas las formas posibles.

- no... ya sabes lo que haces... ahora estoy duro y es solamente tu culpa, ojitos. - le dijo pep mientras le apoyaba su erección latente de sexo.

- te dije que no quiero, tenes que respetar... - alvarez no pudo terminar de hablar porque de un tirón, guardiola lo habia tirado al agua.

el mayor lo tomó con fuerza del pelo, y bajándose su short de baño reveló su duro miembro. el castaño se negaba y lloriqueaba cuando pep comenzó a refriegarle su pene por toda la cara.

- yo no siento respeto por un simple tarro de semen inútil. - dijo el calvo entre jadeos.

julian abrió su boca un poco, pero recibió un fuerte cachetazo y dos dedos abriéndole la boca bruscamente, lo que lo hizo exaltar.

- si no vas a abrir esa maldita boca de zorra que tienes, te la voy a cortar. y bien sabes que soy capaz. - amenazó guardiola, a lo que el cordobés asintió y abrió grande su boca.

𝐓𝐈𝐓𝐔𝐋𝐀𝐑 » 𝗃𝗎𝗅𝗂𝖺𝗇 𝖺𝗅𝗏𝖺𝗋𝖾𝗓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora