Andy
Tanto tiempo lejos de aquí y ahora volvía a estar en este castillo que yo vi caerse en pedazos, no imaginaba volver, no imaginé tenerla de nuevo en mi vida, y aun así la historia se repetía de nuevo, la maldita corté se interponía entre nosotros y quería matarla otra vez, de nuevo corría peligro y estaba a punto de perderla y tal vez para siempre.
Frustrado aventé todo lo que estaba en el escritorio de la biblioteca.
—Andy, tranquilo— dijo Camile y me gire a verla
—Van a matarla, por mi culpa de nuevo— le dije con tristeza
—Eso no pasara, todos estamos aquí reunidos para protegerla— me tomo del hombro —Sabes que al menos tu clan va a apoyarte a proteger a la mujer que amas
—Todos vamos a morir, no se como mierda sobrevivieron a su muerte— dije cansado —Y si no puedo matarlos, y si eso nos pone en desventaja no podré protegerla a ella ni a nadie
—Habrá que averiguar todo lo que podamos de ellos, tenemos que anticipar cualquier cosa.
—Por dios Camile, son la corte no hay registro de ellos, nunca lo a existido no hay forma de saber nada sobre ellos— solté — Sabes mejor déjame solo— la corrí de ahí, esto me ponía de malas y no podía seguir escuchando especulaciones estúpidas
—Tranquilo, estaremos bien— su preciosa voz se escucho y me gire a verla, ella tenia sus ojos clavados en mi, me veía con ternura, me acerque hasta ella y la abrace
—No puedo perderte otra vez, ya no lo soportaría Mai— susurre
—No vas a perderme, no vamos a dejar que nos separen, no de nuevo— dijo y tomo mi rostro entre sus manos —Esta vez vamos a pelear contra quien sea
—Voy a matar a todo aquel que se atreva a ponerte una mano encima— dije y junte sus delicados labios con los míos
Ashley P.
Estaba tirado en mi cama boca a arriba con solo los boxers puestos, no podía creer que Alexandra estuviera aquí, ¿por que ahora?, ya había encontrado a alguien que me gustaba y ella aparecía, yo sabía bien que Mailen estaba con Andy, pero aún no estaba decidido y yo quería tener la oportunidad de poder hablar con ella, de decirle todo lo que yo sentía
—Te ves bastante cómodo, Purdy
—¿Que quieres, Alexa?— pregunte y ella apareció de las sombras
—¿Que sientes por Mailen?— pregunto sin rodeos
—¿Que te importa?, tú y yo no somos nada— le dije
—Eso no decías hace 100 años— comenzó a acercarse
—Tu lo has dicho, hace 100 años, ahora ya no me importas— la mire serio —Y si, siento algo por ella me gusta y no me importa cuánto tenga que esperar para estar con ella, a final de cuentas tengo una vida muy larga
—Me estas mintiendo, bebé, aun soy tuya y tu mio— dijo y se tiro encima mio, comenzó a besarme de manera desesperada y con necesidad
Desgarre toda su ropa y en un movimiento ágil quede encima de ella.
—No juegues conmigo Alexandra, ya no soy el de antes— me quite, tome mis pantalones y salí de la habitación, no dejaría que me engañara, algo tramaba y lo descubriría pronto.
Yo la conocía muy bien, y Alexandra era traicionera una mujer fría y sin escrúpulos, me había enamorado de ella y ella simplemente no le había importado cuando me traicionó.
No iba a caer tan fácil, no dejaría que jugará conmigo, quería alejarme de Mailen pero no, no le permitiría que eso pasara.
Tenía que hablar con Mailen, antes de que pasara algo malo necesitaba decirle lo que sentía.