El Otro Stilinski

I.- Stuart Stilinski

La noche cayó sobre Beacon Hills, un pequeño pueblo de California, donde vivían la mayor cantidad de sobrenaturales, ya que eran protegidos por la manada Hale; en ese momento una de los dos druidas de la manada se encontraba en parto. Claudia Stilinski se aferraba con fuerza a la mano de su esposo mientras que Deaton, el otro druida, le decía que pujara más y más, Thalia Hale acariciaba la cabeza de su mejor amiga y le animaba a seguir.

— Respira, Clau. Falta poco para que puedas ver a tus pequeños.

— Juro que mataré a alguien. — gritó la druida mientras pujaba con fuerza.

El primer llanto se escuchó, después de que lo checaran Noah tomó al bebé entre sus brazos.

— Hola, pequeño Mieczyslaw, tu hermano no tarda en llegar. — le dijo Noah con ternura y felicidad.

Unos minutos después el segundo y último llanto se escuchó.

Ambos pequeños eran de cabello castaño, piel completamente blanca como la nieve y toda ella era adornada por lunares, como una constelación adornando su cuerpo; lo que los distinguía era que uno tenía un lunar un poco más grande que los demás debajo del ojo izquierdo, Mieczyslaw, y el otro tenía uno igual pero detrás de su oreja izquierda, Stuart Genim.

— Son nuestros pequeños. — dijo Claudia viendo con profundo amor a sus hijos.

— Ellos crecerán felices y juntos, se tendrán el uno al otro, incluso si todo el mundo les falla.

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Diecinueve años después...

Stuart Genim Stilinski, ahora con diecinueve años era uno de los druidas de la manada Hale, Deaton había dicho que se mantendría con ellos sin importar que pero decidió mantenerse lejos y enseñarle a Stuart todo lo que sabía, a chispa de su interior no era tan poderosa por el momento y no sabía como activarla así que solo le enseñaba todo lo que sabía.

Thalia Hale junto con los demás habían sobrevivido al ataque de los Argent años atrás, pero había decidió retirarse para que sus hijos tomarán el mando, Laura dejó el pueblo para viajar por el mundo así que Derek fue quien tomó la chispa alfa.

Después de la muerte de Claudia, su esposo Noah estuvo mucho tiempo en duelo pero ahora había encontrado a su compañero, Peter Hale, el hermano de la antigua matriarca de los Hale.

Los miembros de la manada más recientes eran los jóvenes betas que Derek había convertido cuando apenas tenía quince años, Stuart fue quien se los presento y ayudó a que se volvieran parte de la manada, el chico no solo era su druida sino un hermano menor para él, después de todo habían crecido juntos.

Stuart es un chico animado, de hermosa sonrisa e inteligente, además de que siempre buscaba a ayudar a los demás, era leal a su manada y los protegía, aunque sentí una carga por llevar todo eso sobre sus hombros. Tampoco le había dicho a nadie, ni siquiera a su novio, que sentía un gran vacío en su interior como si le hiciera falta su otra mitad.

— ¿Todo bien? — le preguntó Jordan a su novio, el chico se encontraba sanando uno de los lobos que habían buscado refugio en su territorio. Había notado a su chico bastante distraído desde hace unos días y no tenía idea del porqué.

— Si, solo no he podido dormir bien.

— ¿Otra vez pesadillas?

— No sé si llamarlas así, pero no cambian.

— Deaton dijo que tus sueños pueden ser visiones o alguien esta tratando de comunicarse contigo, pero se necesitaría un vínculo.

— No lo sé, Jo. No lo sé, solo quiero dormir bien.