⸺𝗘𝗡 𝗗𝗢𝗡𝗗𝗘; Iván esta en el peor momento de su vida,siente que acaba de tocar el fondo y que ya no hay nada que pueda hacer. Decide salir una última vez con sus amigos.
⸺𝗢 𝗘𝗡 𝗗𝗢𝗡𝗗𝗘; Alya sale de joda como cualquier otro sábado y se enc...
Había decidido agendar solo por las dudas el número de Alya. Estaba terminando de ordenar mi habitación mientras pensaba en todo ese asunto.
Rodrigo tenía razón, esa chica me había logrado calmar y ni siquiera sabía cómo, ni siquiera sabía porque. Ella simplemente se sentó conmigo, me puso encima de ella y me dormí. Fue algo mágico, algo demasiado mágico como para ser lindo.
Sentí miedo, yo no podía depender de ella, no puedo depender de nadie.
Empecé a sentir que se me apretaba el pecho, mi cabeza creaba miles de escenarios imaginarios por segundo sobre cómo no iba a poder estar tranquilo sin ella, sobre cómo no iba a poder sin ella. Me mareé, así que me acosté en la cama y como pude, tanteando con la mano sobre mi mesita de luz alcancé el frasco con las pastillas e ingerí una, esperando que por favor no sea de esas veces que la tomo y me causa un efecto contrario.
A los minutos podía respirar más pausado y lento. Pero era increíble como ella logró en mi ese efecto sin una puta pastilla. Me asustaba a sobremanera.
No quería involucrar a más gente en este problema, ya bastante había encerrado a Carre y Ross conmigo. Ellos dos son las únicas personas que tengo, lo más cercano a una familia que conocí alguna vez.
Familia, ja, que palabra divertida. Nunca consideré tener una. Mi "mamá" se hundía viendo la tele para distraerse mientras mi "papá" nos decía cosas super hirientes a mi hermana y a mí.
Mi única "familia" existente era mi hermana menor Paulina, a quien yo siempre había tratado de defender de todo. Tengo unas cuantas cicatrices internas en mi corazón por intentar defenderla ante mi papá y sus violencias psicológicas.
Esos "papás" simplemente no existían para mí. Yo había crecido solo, sin ayuda de nadie. Así que podía mantenerme solo igual que hice toda mi vida. Con mis únicos dos amigos Carre y Ross, no me hacía falta más nada.
Poco a poco me fui quedando dormido, los pensamientos en mi cabeza fueron dispersándose mientras rogaba internamente no estar dependiendo de esa mujer.
----------
Ross
Iba directo al cuarto de Iván para preguntarle si quería comer algo cuando escucho unos ruidos raros del otro lado de la puerta.
Decido tocar y preguntar
-Eu Iván, estás bien?-.
No hubo respuesta
-Iván?-. Insistí volviendo a tocar.
Como no había respuesta decidí abrir la puerta, encontrándome a mi amigo teniendo una pesadilla.
Estaba hablando mientras soñaba, murmuraba cosas pero no descifraba del todo que decía.
Le escribí a Carre para que venga a ayudarme.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Carre apareció al segundo por la puerta de la habitación
-Escuchá, está hablando, está diciendo algo-.
Iván siempre murmuraba lo mismo, no cambiaba. Así que poco a poco creímos entender.
"Ayudame" "Ayuda" "Alya" y distintas frases sin sentido relacionadas con el nombre de la chica que salían de la boca del dormido.
-Que mierda hacemos? la puta madre, no podemos dejarlo como si nada, está nombrando a la mina-.
-Carre disculpame pero yo la voy a llamar. Yo me hago cargo si se enoja, pero no lo voy a dejar así-.
Saqué el celular y le hable a la chica. Después me arreglaré con Iván.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Tres minutos después se escuchó el timbre, Carre fue a abrirle al instante.
-Permiso-. Dijo la morocha agitada, realmente había venido corriendo.
-Pasá pasá. Mira, ahí está la pieza de Iván. No para de llamarte y murmurar pero no entendemos nada de lo que dice. Capaz te está haciendo alta macumba-.
La morocha se río y pidió si podía dejarle la habitación a Iván y a ella. Obviamente accedí, diciéndole a Carre que vayamos a comer al living.
----------
Alya
Veía a Iván en el extremo de la puerta sin saber muy bien si acercarme o no. Y si no funcionaba? Y si esa vez Iván se había quedado dormido por el cansancio? Y si realmente yo no podía calmarlo?
Me hice la cabeza hasta que escuché al dormido murmurar mi nombre y me di cuenta que no podía tardar más, que tenía que actuar ahora.
Me acerqué y me acosté con cuidado al lado suyo en la cama, respetando cierto espacio entre él y yo para no agobiarlo. Estaba transpirado y en cuero, seguramente los chicos le sacaron la remera para que deje de transpirar.
Sin delirar más, recreé exactamente lo que había hecho esa noche. Empecé a dibujar con mi mano derecha formas en su espalda y con la otra mano le acariciaba la cara. Estuve atenta a la reacción que este tenía a ver si había algún cambio y noté que había dejado de murmurar, pero que su respiración seguía agitada y que se seguía moviendo. Nerviosa, intenté acordarme que más había hecho esa noche y recordé que intenté sincronizar nuestras respiraciones.
Para eso tenia que cambiar la posición en la que estaba, así que con la mano que estaba en su espalda lo tomé del hombro y lo dejé encima mío, pecho con pecho. Seguí con los trazos en la espalda y empecé a pausar mis respiraciones.
Poco a poco, Iván se calmó.
Suspiré tranquila. No podía creerlo, realmente se había calmado y él no se enteró de nada porque está recontra dormido.
Y no lo culpo, la paz que tenía el en ese momento me estaba invadiendo a mí también, tenía muchas ganas de dormir.
Empecé a abrir los ojos lo más que podía, negada a dormirme y negada a hacer algo que podría incomodarlo.
Decidí que iba a descansar de la luz cerrando los ojos cinco minutos nada más. Así que cerré los ojos e intenté concentrarme más en que mi respiración siga siendo lenta y pausada.
Esos cinco minutos se pasaron lento, tan lento que perdí la cuenta. Mi cabeza cayó a un lado y me dormí, con Ivan en cuero arriba mío.