004

151 22 3
                                        

Iván

Me levanté y lo primero que sentí fue un pinchazo en todo el cuerpo, me dolía absolutamente todo.

Lo segundo que me di cuenta fue que estaba acostado encima de algo, o mejor dicho alguien. Abrí los ojos y la ví, Alya. estaba dormida con la cabeza apoyada en la almohada y yo encima de ella, exactamente en la misma posición que estábamos en el boliche.

Me separé inseguro de mi cuerpo cuando me di cuenta que estaba en cuero, y que seguramente ella me había visto así.

La concha de la lora.

Como había llegado Alya acá? Que había pasado?

Claramente había pasado algo malo, si no ella no estaría acá. Empecé a conectar cables y me di cuenta que era muy probable de que esté acá por la pesadilla que había tenido. Estaba casi seguro de que Ross o Carre me escucharon hablar dormido y la llamaron.

Pero después iba a tener un momento para discutir sobre esto. Ahora estaba teniendo un momento tranquilo. Un puto momento tranquilo en toda mi vida de puro caos. No voy a privarme de eso, no van a sacarme este minuto de paz.

La miré durmiendo pacífica, confundido. Me voy a torturar mentalmente más tarde por lo que estaba por hacer, pero en este momento me chupaba un huevo.
Me acomodé de vuelta en su pecho y cerré los ojos, poniendo los brazos a su alrededor para dormir otra vez.

——————————

Cuando me levanté de vuelta sentí trazos en mi espalda, lo que me dió a entender que Alya ya estaba despierta. Con miedo, abrí los ojos. Sabiendo que se venía una charla que no quería tener.

—Hola Iván, cómo dormiste?–. Me acarició la cara.

—Cómodo–. Contesté sin escapar del tacto. —Qué pasó? Por qué estas acá?–.

—Tuviste una pesadilla. Carre y Ross me escribieron diciéndome que estabas murmurando y que parecías estar nombrándome. Casualmente vivimos a una cuadra de distancia, así que vine corriendo–.

—Viniste corriendo de noche? Estas loca? Alya te podría haber pasado cualquier cosa, más siendo una mujer–.

—Bueno pero no pasó, así que no nos preocupemos, la próxima saco el auto y vengo en auto–.

La próxima.

—Alya, no va a haber próxima. No quiero que vengas nunca más–. Dije separándome de su pecho como si quemara.

—Iván necesitas ayuda, literalmente me lo dijiste en el boliche. Si yo puedo venir y hacer algo para que puedas estar un rato tranquilo,lo voy a hacer–.

—Alya no podes ayudarme, no importa cuánto quiera, nadie puede ayudarme. Hace 22 años que estoy solo, luchando solo. Nada de lo que una chica que conozco hace tres días pueda hacer va a salvarme o ayudarme. Así que te pido por favor, no vengas con el discurso que todo el puto mundo me dice. Yo ya estoy hundido. Mi vida es una mierda, todo lo que hago es una mierda, todo lo que toco, lo rompo. No te arrastres más Alya, no quiero sumarte a este problema. Por favor dejame en paz–. A este punto ya se me había quebrado la voz y estaba por llorar. No quería que ella me viera así, por lo que me di vuelta dándole la espalda.

—No tenés porqué pelearla solo. No tenés porqué luchar con lo que estes luchando solo. Busca ayuda, apoyate en los amigos que tenés que son de oro y te aman un montón–. Dijo a mis espaldas —Iván por favor, no te cierres conmigo. Yo elijo ayudarte, yo elegí querer estar acá, nadie me está obligando a nada. Por favor, dame una chance. Empecemos conociéndonos y si te gusta después, seamos amigos–. Me pidió.

𝗔𝗻𝘁𝗲𝘀 𝗱𝗲 𝗾𝘂𝗲 𝘀𝗲𝗮 𝘁𝗮𝗿𝗱𝗲 || Spreen ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora